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Olivia Baro cree que la verdadera justicia digital en las islas del Pacífico necesita mucho trabajo y que los jóvenes pueden guiar los esfuerzos. 

Baro trabaja como facilitadora para el empoderamiento y la participación de la juventud ecuménica con la Conferencia de Iglesias del Pacífico.

 

El Dr. Salters Sterling, de 84 años, ve fácilmente el vínculo entre sus tres pasiones más grandes: el movimiento ecuménico, ayudar a las personas en la periferia de la sociedad y hablar acerca de lo que las iglesias deben hacer para sobrevivir en el mundo digital actual. 

Sterling pasó toda su carrera como administrador universitario principal del Trinity College en Dublín y después de retirarse comenzó a ejercer la docencia. 

 

Para Samson Waweru, de Kenia, está claro lo que significa la justicia digital: él cree que debe darse igual acceso, tanto a la información impresa como a la información digital, a quienes tienen una discapacidad y a quienes no la tienen.

“Al usar una computadora..”, dice en una entrevista en video con la directora ejecutiva del programa, Joy Eva Bohol, del Consejo Mundial de Iglesias (CMI), “...esto aplica a las plataformas de redes sociales y su acceso”. 

 

La justicia digital es importante para todos en la era digital, pero es más importante para aquellos que viven bajo un gobierno autocrático que puede usar tecnologías digitales para la vigilancia de los ciudadanos, dice una cristiana protestante que trabaja para la defensa de causas. 

Su trabajo involucra el respaldo a organizaciones no gubernamentales (ONG) en Asia y Europa, y pidió que no se divulgara su nombre. 

 

Jorge González Nuñez, de 29 años, vive en Matanzas, Cuba. Nuñez es presidente del Movimiento Estudiantil Cristiano de Cuba y estudia teología en el Seminario Evangélico de Teología de Matanzas. 

Katya Potapenko, periodista y presentadora de radio, dice que la justicia digital sigue siendo una meta y no una realidad. “Para mí, la justicia digital es una posibilidad de acceso justo a las plataformas digitales y a los dispositivos, sin importar el país de origen, la condición social u otras características”, dice Potapenko, voluntaria de la Federación Mundial de Estudiantes Cristianos.

 Digital justice for Kenyan Samson Waweru is clear, as he believes there should be equal access to both cyber and print information for those who have disabilities and those who do not.

 When using a computer, he says in a video interview with World Council of Churches (WCC) programme executive Joy Eva Bohol that it applies to social media platforms and access to them.

 

Dr Salters Sterling, 84, readily sees the ties between his three biggest passions: the ecumenical movement, supporting people on the periphery of society, and speaking out on what churches need to do to survive in today’s digital world.  

Sterling spent his career as a senior university administrator of Trinity College in Dublin, then began teaching there after he retired.

 

Olivia Baro believes achieving true digital justice in the Pacific islands needs some serious work—and that young people can lead the effort.

Baro serves as the ecumenical youth enabler for empowerment and engagement with the Pacific Confer-ence of Churches.

 

Digital justice is relevant to everyone in the digital age, yet it is more important to those living under an autocratic government that can use digital technologies for surveillance of civilians, says a Protestant Christian who works in advocacy.

Her work involves supporting non-governmental organizations (NGOs) across Asia and Europe, and she asked for her name not to be used.