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Dr. W. Salters Sterling

Dr. W. Salters Sterling

El siguiente texto forma parte de una serie que explora el tema de la justicia digital. La serie completa se publicará en los días previos al simposio internacional Comunicación para la Justicia Social en la Era Digital  que se celebrará del 13 al 15 de septiembre. Estas entrevistas tienen como propósito ofrecer visiones intergeneracionales – y objetivas – sobre la manera en que vivimos en un mundo digital, sobre si las iglesias no ayudan y sobre cómo podemos trabajar juntos para definir y buscar la justicia digital.

 

Él cree que estamos en medio de lo que algunos llaman una “revolución digital”, y otros, una “cuarta revolución”. Independientemente de cómo la llamemos, la nueva era traerá desafíos tan profundos que Sterling los equipara a una combinación del Renacimiento y la Reforma protestante. 



“Así es como yo empezaría a definirla”, dijo. “Supongo que ni siquiera comprendo completamente cuáles son sus implicaciones. Realmente, no creo que nadie lo haga”.



Sterling cree que, aun cuando todavía nos ocupamos de las definiciones, ya nos embarcamos en un viaje en el que los mundos del trabajo, las relaciones y el compromiso social han cambiado. Y las iglesias harían bien en cambiar también. 



“Si observamos a las iglesias vemos que nunca han estado involucradas de manera adecuada”, dijo. “De hecho, desde el tiempo del Renacimiento y la Reforma protestante, el compromiso de las iglesias con el mundo ha ido disminuyendo ciertamente cada vez más”.



Las iglesias ya no pueden rechazar el cambio si pretenden trabajar por la justicia en la era digital, dijo Sterling. 



“Tenemos que abordar este nuevo mundo como iglesia – con una actitud amorosa; es decir, una preocupación profundamente demostrada por el bienestar y la bondad de ese mundo y una preocupación profundamente demostrada igualmente por todas las cosas en ese mundo que pudieran deshumanizar la familia humana – y hay un gran potencial para que eso suceda”, dijo. “Es de suma importancia que amemos el mundo”.



¿Qué significa para las iglesias amar al mundo en el contexto digital? “Significará reajustar toda la educación teológica, ya sea secular en la universidad o religiosa en el seminario, que se imparta en casa o en la iglesia, a nivel nacional o internacional”, dijo. “La iglesia, si quiere realizar los deseos que Dios tiene para ella, debe entender de qué se trata la revolución digital y eso implica educar a quienes, de una manera u otra, serán líderes de la iglesia”.



Sterling es cuidadoso al delimitar el tipo de comunicación que se lleva a cabo digitalmente – por ejemplo, en redes sociales o por llamadas de Zoom –, y el tipo de comunicación sagrada que se desarrolla en las iglesias: la comunión. 



Esto no quiere decir que la comunicación digital no pueda ser enormemente útil, insistió. “Aquellos entre nosotros que han vivido a través de la pandemia de la Covid-19 saben cuánto hemos podido disfrutar reunirnos por Zoom o lo que sea– pero no es auténtico y no debemos permitir que se piense nunca que es auténtico”, dijo. 



Por más sofisticada que sea la tecnología, es una manera burda de comunicarse, observó. “La capacidad de involucrar el lenguaje corporal y las palabras es limitada”, dijo. “La naturaleza humana no cambia solo porque tenemos una revolución digital”. 



¿Dónde está la esperanza para las iglesias en medio de un cambio casi indescriptible? Está en su valentía, cree Sterling. “La iglesia tiene una valentía que no se le da necesariamente al mundo, porque somos iglesia en el contexto de la eternidad – no mañana, no el año próximo, sino en el tiempo de Dios”, dijo. “Y ese sentido es al mismo tiempo dador de paz y dador de valentía”.



Siga el programa y conozca más acerca del simposio "Comunicación para la Justicia Social en la Era Digital"