Una mujer que trabaja con jóvenes en Kenia, jóvenes que un día cometieron delitos atroces, hizo derramar lágrimas de compasión y alegría a un grupo de jóvenes cristianos, judíos y musulmanes al contarles su dura educación y cómo ayuda a los jóvenes delincuentes a dejar la criminalidad y dedicarse a la comunidad.
“El Pacífico es una extensa región oceánica, y consideramos el pequeño tamaño de nuestra región una fortaleza, no una debilidad. En medio de la vulnerabilidad que nuestras islas experimentan frente al cambio climático, el colonialismo geopolítico y el neocolonialismo, afirmamos nuestra resiliencia como un don de Dios, arraigado en nuestra sabiduría indígena y celebrado como espiritualidad de la abundancia y la hospitalidad”, dijo Iemaima Vaai, asesora joven del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) en representación de la Iglesia Metodista en Samoa, en el mensaje que compartió con el Comité Central en nombre de la región del Pacífico.
Buscando aunar esfuerzos con aquellos comprometidos con garantizar un futuro justo y sostenible para el continente, los representantes de las iglesias miembros del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) en América Latina se reunieron en el Comité Central del CMI en junio para identificar las preocupaciones comunes.
“Cargamos la cruz con dignidad y esperanza”. Estas fueron las primeras palabras de los cristianos de Oriente Medio cuando se dirigieron a la reunión del Comité Central del Consejo Mundial de Iglesias para dar testimonio de las cargas y los desafíos –pero también de la resiliencia– con los que viven a diario en la tierra donde nació el cristianismo.
Asia es, por amplio margen, la región más grande, tanto en términos de población como de extensión geográfica, y se enfrenta a una serie de asuntos importantes que requieren la atención y el compromiso de las iglesias. La región, que se extiende desde Irán al oeste hasta Japón al este, y desde Nepal al norte hasta Nueva Zelanda al sur, engloba un amplio abanico de culturas y religiones.
En cualquier gran reunión del Consejo Mundial de Iglesias (CMI), los stewards trabajan como el aceite de un motor, contribuyendo a que una reunión como la del Comité Central se desarrolle sin contratiempos, pero es también una experiencia de aprendizaje para los jóvenes trabajadores ecuménicos.
La esperanza y el compromiso fueron los aspectos centrales del informe que la región de África presentó al Comité Central del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) el 26 de junio. Como es habitual durante estas reuniones, los miembros del Comité Central, los presidentes, los asesores, los stewards y el personal de cada región se reunieron para orar, compartir e identificar las cuestiones que afectan la vida y el testimonio de las iglesias de su región.
En la celebración del 75º aniversario del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) resonaron las voces de la juventud con esperanza y alegría, y algunos trasladaron mensajes a sus familias ecuménicas.
En una reunión del Comité Central del CMI, los miembros pasan horas en el plenario ocupándose de decenas de informes, redactando documentos, deliberando, debatiendo y, a veces, discrepando entre sí. Pero también hay momentos durante los descansos y cuando pasan por el vestíbulo en los que entran en otra parte de la vida del CMI.
“La hospitalidad es uno de nuestros principales valores”, dijo la presidenta de la Iglesia Protestante de Suiza, Rev. Rita Famos, al dar la bienvenida a los miembros del Comité Central del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) a una recepción en el Centro Ecuménico el 23 de junio.
Con esas palabras se describieron los sueños del tipo de mujer que una joven aspira a ser y fueron acompañadas de imágenes en movimiento sobre la participación de las mujeres en la historia del movimiento ecuménico. Este poema representado fue parte de una inspiradora reunión de mujeres del movimiento ecuménico que estaban presentes en la reunión del Comité Central del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) el 22 de junio.
La reunión del Comité Central del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) trae gran alegría, dijo su moderador, con motivo del encuentro de sus 148 miembros en el Centro Ecuménico de Ginebra para examinar las cuestiones relativas a la gobernanza de una de las comunidades de iglesias más diversas del planeta.
El Comité Central del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) comenzó su reunión el 21 de junio con una oración común que recordó el 75º aniversario de la creación del CMI en 1948 y rememoró a las personas activas en el movimiento ecuménico que han fallecido en el último año.
Siendo muy joven, Tony Rinaudo, que se crió en una región agrícola del valle del Owens, en el estado australiano de Victoria, se indignó por la destrucción del medio ambiente e, impulsado por su fe, decidió actuar.
Un antiguo adagio luterano dice que ser luterano es ser ecuménico, por lo que el tema de la próxima Asamblea de la Federación Luterana Mundial (FLM) que tendrá lugar en Polonia, “Un cuerpo, un Espíritu, una esperanza”, resulta totalmente adecuado a los tiempos que vivimos.
“Los soldados se fueron porque ustedes estaban observando”.
“Puedo cuidar a mi rebaño de ovejas cerca de la base militar porque me siento seguro en presencia de los acompañantes ecuménicos, y el acoso de los colonos es mucho menor cuando ustedes están por aquí”.
“Nos sentimos seguros cuando los acompañantes ecuménicos están presentes”.
Durante un servicio de oración el 3 de abril, el Consejo Mundial de Iglesias (CMI) se centró en el tema del próximo Día Mundial de la Salud: “Salud para todos”.
La participación significativa de las mujeres en la solución de conflictos y la construcción de la paz promueve una paz más sostenible, según las conclusiones del debate de un panel con mujeres activistas por la paz, después de la proyección del documental sobre la iniciativa de 2015 “Women Cross the DMZ” (Mujeres cruzan la zona desmilitarizada).
El Consejo Mundial de Iglesias (CMI) ha celebrado el 50º aniversario de un acuerdo histórico entre las iglesias luteranas, reformadas y unidas de Europa, en virtud del cual se reconocieron mutuamente el bautismo y la ordenación, y afirmaron la posibilidad de celebrar juntas la Cena del Señor.
Para los 380 000 palestinos que viven en Jerusalén Este, la vida diaria se ve a menudo empañada por desigualdades que afectan a todo: desde la vivienda, los servicios sanitarios, las guarderías y hasta la recogida de basuras. Aunque los palestinos representan el 39% de la población de la ciudad, existen muchas discrepancias en los servicios que reciben.