Reportaje
El relato del grupo latinoamericano enfatizó tres temas cruciales que exigen la atención inmediata y la acción colectiva: el compromiso con un futuro justo y sostenible abordando activamente la crisis climática y la protección de los derechos indígenas, luchando contra la violencia de género, y fortaleciendo la capacidad institucional y la reflexión teológica de las iglesias.
“Nuestra amada Abya Yala ha sido bendecida con una diversidad de recursos naturales, preservados ancestralmente por nuestros pueblos indígenas”, dice el mensaje del grupo regional compartido en el plenario del Comité Central del CMI.
Abya Yala (tierra viva o tierra que florece) es uno de los nombres con el que los pueblos originarios llamaban al territorio al que luego los colonizadores darían el nombre de América.
Como cualquier otra región del mundo, América Latina sufre las consecuencias de la degradación medioambiental causada por la explotación temeraria de los recursos naturales, que afecta a las poblaciones vulnerables provocando desplazamiento, enfermedades endémicas y empobrecimiento. Además, la expropiación de las tierras ancestrales de las comunidades indígenas constituye una amenaza importante para sus medios de subsistencia y su patrimonio cultural.
“Nuestras iglesias abogan por la colaboración intergeneracional a través de medios como los diálogos, los estudios bíblicos y el material de educación cristiana con el fin de estudiar y promover soluciones sostenibles para cuidar de la creación de Dios y proteger los derechos de las comunidades indígenas”, dijo la Rev. Mariela Pereyra, de la Iglesia Evangélica Luterana Unida (Argentina), miembro del Comité Central del CMI.
Luchar contra la violencia y la discriminación por razón de género se planteó como otra prioridad para la región latinoamericana.
“Debemos alzar nuestra voz profética contra el pecado estructural de la violencia. Es urgente ofrecer nuevas herramientas para el diálogo y la hermenéutica frente a los fundamentalismos religiosos y sociales que siguen perpetuando el discurso de odio, los feminicidios y todas las formas de violencia contra las mujeres, las niñas, los adolescentes y la comunidad LGBTQ+, así como la pérdida de derechos adquiridos”, recoge el mensaje del grupo.
Por otra parte, destacaron la necesidad de fortalecer las estructuras institucionales y la reflexión teológica de las iglesias como una manera importante de revitalizar sus motivos para promover testimonios fiables de la justicia, la reconciliación y la unidad con palabras y acciones.
“La unidad, la misión y la formación ecuménica son aspectos fundamentales que requieren atención e inversión”, dice su mensaje.
El grupo reconoció asimismo que la brecha digital y el acceso limitado a las plataformas virtuales eran obstáculos importantes para la continuidad educativa, especialmente de los niños y los adolescentes. “Colmar esta brecha es esencial para garantizar la igualdad de oportunidades para todos y una sociedad más inclusiva”.
Galería fotográfica de la reunión del Comité Central del CMI
