Durante una oración en Bucha (Ucrania), los dirigentes del CMI afirman que han escuchado los “gritos de desesperación”

En los primeros días de la invasión rusa de Ucrania, las fuerzas rusas ocuparon Bucha y, durante la ocupación, fueron asesinadas más de 400 personas, en su mayoría civiles. Los testimonios fotográficos de la masacre se hicieron públicos el 1 de abril de 2022, después de que las fuerzas rusas se retiraran de la ciudad. Muchos cadáveres aparecían con las manos atadas a la espalda, y otras víctimas parecían haber recibido disparos mientras realizaban sus actividades cotidianas, llevaban bolsas de la compra o montaban en bicicleta. Ucrania ha pedido a la Corte Penal Internacional que investigue los posibles crímenes de guerra y contra la humanidad cometidos en Bucha.

Los cuerpos de 119 de las víctimas, de las cuales 115 eran civiles, entre ellos 30 mujeres y dos niños, fueron enterrados el 10 de marzo de 2022 en una fosa común en los terrenos de la Iglesia ortodoxa de San Andrés. Más tarde, tras la liberación de Bucha, los cadáveres fueron exhumados para su examen forense y, posteriormente, enterrados de nuevo por sus familias.

La delegación del CMI escuchó la historia de esta tragedia en palabras del párroco local, el padre Andrii Halavin, y a través de las terribles imágenes de la exposición fotográfica de la iglesia. “Durante esta visita, hemos escuchado los gritos de desesperación de las personas que han sido asesinadas y de quienes han visto morir a sus seres queridos”, dijo Bedford-Strohm durante una oración. “No nos rindamos ante el odio; venzamos el odio con el amor”.

En el exterior del recinto se pronunciaron oraciones por las víctimas mortales junto a un monumento conmemorativo erigido en el lugar de la fosa común. En estas oraciones también participó un representante de la comunidad musulmana de Ucrania, miembro del UCCRO, y en el servicio ecuménico de oración que se celebró en el interior de la iglesia participaron representantes de todas las iglesias miembros del UCCRO. Las personas que participaron se sumaron a las oraciones por las personas amenazadas por la guerra en Ucrania y por el establecimiento de una paz justa.

Se ofrecieron intercesiones para “abrir los corazones del mundo”, para “afrontar con valentía el mal” y para que “las personas responsables de los gobiernos del mundo redoblen sus esfuerzos y trabajen por la paz en Ucrania y en cualquier lugar donde haya conflictos”.

Las personas que participaron pidieron a Dios que “nos preserve de la arbitrariedad de los poderosos de este mundo y los lleve a reconocer sus límites para que encuentren caminos hacia la paz y pongan fin a la pérdida de vidas y al sinsentido de la guerra”.

“Ablanda los corazones de quienes los han endurecido y haznos volver al discernimiento de tu sabiduría. Concédenos valor para responder al clamor de la Iglesia y del pueblo de Ucrania. En medio del conflicto actual, concede sanación física, emocional, social y económica a nuestro mundo”.

Pillay se expresó diciendo: “Todas estas personas han muerto debido a las consecuencias de la guerra. Nos duele profundamente lo que vemos. Constatamos la devastación causada por la guerra, y es muy doloroso. Los dirigentes del CMI estamos aquí, ante ustedes, afligidos por lo que vemos que ha provocado esta guerra innecesaria. Nuestra plegaria a Dios y nuestro llamado al mundo es que se ponga fin a la guerra”.

Galería fotográfica del servicio ecuménico de oración en Bucha (Ucrania)

Una delegación de dirigentes del CMI se reúne con las iglesias de Ucrania (comunicado de prensa del CMI, 12 de mayo de 2023)