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Jerusalem, March 2019.

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“Creemos firmemente que la violencia y la guerra no ofrecen soluciones sostenibles y solo sirven para causar más daño a las comunidades vulnerables y desestabilizar la región”, dijo.  “Reafirmamos nuestra convicción de que la seguridad no es un logro individual sino una realidad colectiva que depende del acceso equitativo de todas las personas a la justicia, la paz y la dignidad”.

Pillay definió cinco llamados a la acción:

“Hacemos un llamado a todos los gobiernos y políticos implicados a defender los intereses de la paz, de las personas y del planeta, y no los del orgullo y la venganza”, anunció en el primer llamado. “La prevención de una mayor escalada de la violencia en la región debería ser para todas las partes interesadas una prioridad”.

El segundo llamado alude a la responsabilidad de los Estados Unidos y de otras naciones. “Instamos a los Estados Unidos de América y a los demás Estados influyentes en la región a asumir sus responsabilidades y actuar como agentes de buena voluntad”, declaró. “Es esencial que estos países utilicen su posición para promover el diálogo y favorecer soluciones que respeten los derechos y la dignidad de todas las personas afectadas”.

El Rev. Pillay también reiteró el llamado del CMI a un cese al fuego inmediato: “Hacemos un llamado urgente a un alto el fuego inmediato en Gaza”, declaró. “El primer paso necesario hacia la sanación y la recuperación es un cese de las hostilidades que permita un esfuerzo colaborativo urgente para restablecer la vida en la región y garantizar el retorno seguro de toda la población civil a sus hogares”.

El cuarto llamado pide la liberación de los detenidos y rehenes. “Hacemos un llamado a la liberación de todos los rehenes israelíes y prisioneros políticos palestinos detenidos por defender su derecho a vivir dignamente sin estar sometidos a la ocupación ni a la discriminación”, dijo Pillay. “Cada vida humana cuenta y la libertad de estos individuos pone de relieve el compromiso con los derechos humanos y la justicia”. “Asimismo, instamos a que todos los cuerpos de los fallecidos sean entregados a sus familias”.

El quinto llamado suplica a las Naciones Unidas que retome activamente su rol convocador y facilite negociaciones pacíficas entre todas las partes interesadas. “Es imperativo que las Naciones Unidas velen asimismo por que la rendición de cuentas sea uno de los pilares de estos procesos, promoviendo prácticas transparentes y justas que conduzcan hacia una paz duradera”, aseveró Pillay.

Y concluyó con la siguiente afirmación: “En calidad de seguidores de Cristo, quien nos llama a ser pacificadores, estamos obligados a pronunciarnos contra la espiral de violencia y a trabajar sin descanso por un mundo donde la paz se asiente sobre la justicia”.

Declaración del Consejo Mundial de Iglesias sobre la escalada de violencia en Oriente Medio (en inglés)