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“Estas explosiones provocaron el derrumbamiento repentino y catastrófico de dos salas de la iglesia alrededor de las decenas de refugiados, entre ellos mujeres y niños, que dormían dentro”, reza la declaración de los patriarcas y jefes de las iglesias de Jerusalén. “Docenas de refugiados fueron instantáneamente aplastados por los escombros”.
Dieciocho personas han muerto, entre ellas nueve niños.
“Al condenar este ataque contra un lugar sagrado de refugio, no podemos ignorar que este no es más que el último caso en que el lanzamiento de misiles contra refugios de último recurso hiere o mata a civiles inocentes”, rezaba la declaración. “A pesar de la devastación provocada en nuestras propias instituciones sociales, religiosas y humanitarias y en otras, nosotros, los patriarcas y jefes de las iglesias, seguimos plenamente comprometidos con el cumplimiento de nuestro deber sagrado y moral de ofrecer asistencia, apoyo y refugio a los civiles que acuden a nosotros en tan desesperada necesidad”.
La declaración subraya que la iglesia debe actuar como tal especialmente en tiempos de guerra.
“Por tanto, hacemos un llamado a la comunidad internacional para que haga efectiva de forma inmediata la protección de los santuarios de refugio de Gaza, tales como hospitales, escuelas y lugares de culto”, reza la declaración. “Y pedimos un alto el fuego humanitario inmediato para que los alimentos, el agua y los suministros médicos vitales puedan llegar con seguridad a los organismos de socorro que atienden a los cientos de miles de civiles desplazados en Gaza, incluidos los gestionados por nuestras propias iglesias”.
“Por último, hacemos un llamado a todas las partes beligerantes a reducir la violencia, cesar los ataques indiscriminados contra los civiles de todos los bandos y actuar dentro del marco de las normas internacionales de la guerra”, concluye la declaración.
El secretario general del CMI, el Rev. Prof. Dr. Jerry Pillay, expresó su solidaridad con los patriarcas y jefes de las iglesias de Jerusalén. “Este ataque contra un refugio es tan insensato como desgarrador”, dijo el Rev. Prof. Dr. Jerry Pillay, secretario general del CMI. “Nos unimos a las iglesias de Jerusalén y a muchas iglesias de todo el mundo que reclaman la protección de los refugios, el cese de los ataques contra personas inocentes y la apertura de más corredores humanitarios”.
Pillay pidió el respeto y la defensa del derecho internacional —especialmente de la Convención de Ginebra—, del derecho internacional humanitario y de los derechos humanos para proteger a todos los civiles, así como la liberación inmediata de todos los rehenes retenidos en Gaza y de los presos palestinos que se encuentran en cárceles israelíes.
Para concluir, el secretario general afirmó: “Apelamos a todos los dirigentes a trabajar por una paz justa en la Tierra Santa. Solo la justicia traerá paz, seguridad y protección para todos”.
