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Una mujer ora durante una misa católica en la zona de protección de civiles ubicada dentro de la base de las Naciones Unidas en Malakal (Sudán del Sur). Unas 35 000 personas viven en este campo, protegidas por tropas de mantenimiento de la paz de la ONU, tras haber sido desplazadas de Malakal a raíz del estallido de una guerra civil en 2013.

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Se ha informado del fallecimiento de siete miembros del personal local que asistían a una conferencia de paz. “El hecho de que las víctimas se encontraran en plena misión humanitaria, promoviendo la paz y la dignidad humana en su país, hace que esta tragedia sea aún más dolorosa”, escribió Pillay. “El CMI condena de la forma más categórica posible el ataque contra los civiles y los trabajadores humanitarios en Sudán del Sur”.

Esta violencia sin sentido socava la unidad, añadió Pillay. “Hacemos llegar nuestras condolencias a las familias de los fallecidos, al Consejo de Iglesias de Sudán del Sur, a la Ayuda de la Iglesia Noruega, así como a las iglesias y la población sursudanesas por las atrocidades cometidas por los autores de este malvado acto”, escribió. “Somos frágiles y débiles cuando estamos solos, pero fuertes y resilientes cuando estamos juntos”.

Pillay alentó a las iglesias y a la población del país a permanecer juntos en la búsqueda de la justicia, la reconciliación y la unidad en estos tiempos difíciles.

Cerró la misiva afirmando: “Oramos para que sientan la presencia y el amor de Dios, incluso en medio de estas dificultades”.

Lea la carta pastoral a las iglesias de Sudán del Sur y a Ayuda de la Iglesia Noruega  (en inglés)

Iglesias miembros del CMI en Sudán del Sur