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“Mientras muchos países proceden a la evacuación de sus ciudadanos, contactos de la iglesia miembro del CMI en Sudán y de asociados ecuménicos sobre el terreno informan de que, tras más de diez días de violencia armada y destrucción, los hospitales siguen sin funcionar, las tiendas y los mercados permanecen cerrados y se carece de servicios esenciales”, afirmó Pillay. “La población está luchando por encontrar alimentos y satisfacer sus necesidades vitales básicas”.
El secretario general del CMI instó a las partes beligerantes a cesar las hostilidades que afectan especialmente a la población y las zonas civiles, a respetar y proteger los lugares de culto (iglesias y mezquitas) y a tomar medidas urgentes para garantizar una paz sostenible, de modo que se puedan restablecer los servicios básicos y reanudar las operaciones humanitarias que tanto se necesitan.
“El CMI insta a la comunidad internacional a proporcionar una respuesta rápida y adecuada a la emergencia humanitaria causada por esta violencia inadmisible, y apoya los llamados a convocar con carácter de urgencia una sesión especial del Consejo de Derechos Humanos de la ONU para abordar la consiguiente crisis de derechos humanos en Sudán”, dijo Pillay. “Alentamos a todas las iglesias miembros del CMI, los asociados ecuménicos e interreligiosos y todas las personas de buena voluntad a unirse a las oraciones por la paz y a solidarizarse activamente con el pueblo de Sudán”.
Declaración del CMI sobre la situación en Sudán del 26 de abril de 2023 (en inglés)
