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El Rev. Dr. Olav Fykse Tveit, secretario general del Consejo Mundial de Iglesias, subrayó que “esta ley afecta a la Tierra Santa y a los lugares santos de tres religiones. Jerusalén debe compartirse”. Foto: Marianne Ejdersten/CMI

El Rev. Dr. Olav Fykse Tveit, secretario general del Consejo Mundial de Iglesias, subrayó que “esta ley afecta a la Tierra Santa y a los lugares santos de tres religiones. Jerusalén debe compartirse”. Foto: Marianne Ejdersten/CMI

Los jefes de las iglesias de Israel y de los territorios palestinos ocupados han reaccionado con consternación y preocupación ante la adopción por el Parlamento israelí –Knesset–, el 19 de julio de 2018, de una nueva ley básica: Israel como el Estado-Nación del pueblo judío, que especifica que “el derecho a ejercer la autodeterminación nacional en el Estado de Israel es exclusivo del pueblo judío”.

Teófilo III, patriarca ortodoxo griego de Jerusalén, observó que la nueva ley no menciona a los cristianos y musulmanes que han vivido en esta tierra antes y después del establecimiento del Estado de Israel, y dijo que la nueva ley “refuerza la institucionalización del racismo y disipa las esperanzas de igualdad”. El obispo Sani Ibrahim Azar, de la Iglesia Evangélica Luterana de Jordania y de la Tierra Santa, definió la ley como “fundamentalmente divisiva, racista y destructiva”.

El obispo Azar señaló que la nueva ley “excluye deliberadamente a los 1,5 millones de ciudadanos de Israel que se identifican como árabes israelíes” e “ignora la presencia de ciudadanos y residentes que son miembros de otros grupos religiosos, y sus importantes contribuciones a la sociedad israelí”.

Una declaración del Patriarcado Latino de Jerusalén señaló que “la ley no proporciona ninguna garantía constitucional para los derechos de los indígenas y otras minorías que viven en el país” y “envía una señal inequívoca a los ciudadanos palestinos de Israel de que en este país no están en casa”. La degradación del árabe de un idioma oficial a un idioma con “un estatus especial” refuerza esa señal.

Los líderes eclesiales también destacaron los peligros de la disposición de la nueva ley básica que estipula que “el estado considera el desarrollo de los asentamientos judíos como un valor nacional y actuará para alentar y promover su establecimiento y consolidación”. En palabras del obispo Azar, “es difícil entender cómo el fomento y la promoción de comunidades segregadas, monoculturales y monorreligiosas dentro del propio Israel (o dentro del territorio palestino, bajo la forma de asentamientos ilegales) podría llevar al Estado de Israel hacia un futuro pacífico”.

El patriarca Teófilo expresó su preocupación de que esta disposición fortalezca la capacidad de los grupos de los asentamientos que buscan apoderarse de las propiedades de la iglesia en Jerusalén y en otros lugares. El patriarca dijo que los principales defensores de esta nueva ley representan a los mismos organismos que han intentado promulgar una ley que permitiría al Estado de Israel confiscar las tierras de todas las iglesias. El Primer Ministro Netanyahu se comprometió a evitar esa ley, en los debates posteriores a la decisión de los jefes de las iglesias de cerrar la Iglesia del Santo Sepulcro, en febrero de este año.

En su declaración, el Patriarcado Latino sugirió que la nueva ley básica contraviene la propia Declaración de Independencia de Israel, que incluye los compromisos de “fomentar el desarrollo del país en beneficio de todos sus habitantes”, de “garantizar la completa igualdad de los derechos sociales y políticos” a todos sus habitantes, independientemente de su religión, raza o sexo”, “garantizar la libertad de religión, conciencia, idioma, educación y cultura”, y “ser fieles a los principios de la Carta de las Naciones Unidas”.

Asimismo, Peter Prove, Director de la Comisión de las Iglesias para Asuntos Internacionales, señaló que otra de las leyes básicas de Israel, sobre la dignidad y la libertad humanas, promulgada en 1995, “prescribe la dignidad humana y la libertad como valores básicos del Estado de Israel”. Aunque esta ley no incluye explícitamente varios de los derechos humanos fundamentales internacionalmente reconocidos (como la libertad de expresión, la libertad de reunión o la libertad de religión), sí reconoce la importancia de la protección de la dignidad humana y de los derechos para el futuro del Estado de Israel “como un Estado judío y democrático” (el subrayado es nuestro).

Muchos líderes judíos en Israel y en todo el mundo también han expresado su preocupación por las implicaciones de la nueva ley básica para la democracia de Israel. Al parecer, el director ejecutivo de la Liga antidifamación, Jonathan Greenblatt, comentó que la nueva ley “plantea importantes dudas sobre el compromiso a largo plazo del gobierno con la identidad pluralista [de Israel] y su naturaleza democrática”.

Tal y como se afirma al final de la declaración del Patriarcado Latino, “Los ciudadanos cristianos de Israel tienen las mismas inquietudes que cualquier otra comunidad no judía con respecto a esta ley. Y piden a todos los ciudadanos del Estado de Israel que sigan creyendo en la idea básica de la igualdad entre los ciudadanos de la misma nación, que expresen sus objeciones a esta ley y a los peligros que de ella se derivan para el futuro de este país”.

El Rev. Dr. Olav Fykse Tveit, secretario general del Consejo Mundial de Iglesias, subrayó que “esta ley afecta a la Tierra Santa y a los lugares santos de tres religiones. Jerusalén debe compartirse”. Que no puede ser posesión exclusiva de una religión por encima de las demás, ni de un pueblo por encima del otro. Jerusalén es, y debe seguir siendo, una ciudad de tres religiones y dos pueblos”.

“Jerusalén se considera una ciudad santa y amada, genuina y profundamente venerada por las tres religiones abrahámicas: el judaísmo, el cristianismo y el islam”, destacó el Rev. Tveit. “Cualquier solución imaginable que aspire a ser viable debe respetar y afirmar ese amor y profundo apego”.

Declaración del Comité Presidencial de Asuntos Eclesiales (Jefes de las Iglesias de Jerusalén)

La declaración del obispo Azar expresa “profunda preocupación” en relación con el Estado-Nación judío (en inglés y alemán)

El Patriarcado Latino emite una declaración sobre la nueva ley del Estado-Nación judío (en inglés)

La solidaridad con las iglesias de Oriente Medio