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En una “Declaración sobre la crisis de los desplazamientos forzosos,” el Comité Central del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) hizo un llamado el 28 de junio para que las naciones del mundo “honoraran tanto la letra como el espíritu de sus obligaciones en virtud del derecho internacional, como los derechos humanos y el derecho relativo a los refugiados, en especial el derecho al asilo”.

Al mismo tiempo que alienta a las “iglesias y ministerios especializados de las iglesias en su respuesta diacónica y humanitaria a las personas que se desplazan,” la declaración “reconoce y entiende el miedo e incertidumbre que sienten las sociedades, comunidades e iglesias en países que reciben grandes números de nuevas llegadas.” Sin embargo, continúa, “en medio del miedo y la incertidumbre, como Cristianos, es preciso que recordemos nuestra humanidad común, la dignidad otorgada por Dios a todos los humanos, la ‘regla de oro,’ la misión de cuidar de los huérfanos y las viudas,” así como la Orden de Cristo de acoger al extranjero.

Para mayor información:

Declaración sobre la crisis del desplazamiento forzado

La labor del CMI relativo con la migración y la justicia social