¿Qué significa para usted la campaña de los Jueves de negro?
Rev. Azar: Los Jueves de negro son un día en el que recordamos a todas las mujeres y toda la violencia que está teniendo lugar en todo el mundo y, en particular, en mi contexto, en Palestina. De hecho, en nuestro contexto, no se habla abiertamente de la violencia. Digamos que se trata de una cuestión tabú, así que, en muchos ámbitos, estamos esforzándonos mucho, incluso en nuestra Oficina de Justicia de Género, donde disponemos de más espacios abiertos para que las mujeres compartan sus experiencias. Pero es algo que sigue siendo difícil para muchas de ellas. Sigue siendo difícil incluso abordar el tema porque somos una comunidad muy pequeña.
Somos una minoría como cristianos y, como luteranos, somos una comunidad todavía más pequeña, por lo que si surge algo todo el mundo se enterará. Esto es lo que más preocupa a la gente y lo que les hace dudar a la hora de compartir sus experiencias. No obstante, es necesario que sigamos teniendo estos espacios, que nos aseguremos de que las mujeres puedan acudir a alguien en caso de sufrir violencia.
Creo que la campaña de los Jueves de negro es algo que está uniendo a la gente a escala mundial. En este sentido, incluso yo, como mujer, sabiendo que hay todo un mundo ahí fuera, teniendo su respaldo como mujer, como alguien que está viviendo lo mismo que otras mujeres en sus propias iglesias, en su propio contexto, me siento aliviada o con menos peso sobre mis hombros. Me ayuda saber que no es algo que se circunscribe a una parte del mundo, sino que se trata de que ese día todas las mujeres sean solidarias entre sí, piensen en las demás y oren las unas por las otras, sobre todo en estas circunstancias que sabemos que son muy difíciles para muchas de ellas. Estamos luchando juntas.
¿Qué espera de los Jueves de negro?
Rev. Azar: Espero que los Jueves de negro se conviertan en una práctica que se implante cada vez más no solo en las iglesias, sino también en otras organizaciones. Creo que es algo que no se limita solo a la iglesia, sino que es universal, que atañe a todos los grupos y todas las personas del mundo. Espero que sea algo que se comparta al menos en mi comunidad y, con mayor fuerza, en los diálogos y grupos interreligiosos.
El hecho de que una mujer se dé cuenta de que otra mujer puede estar enfrentándose a lo mismo que ella es algo que la ayudará a abrirse más. Espero que las mujeres no permanezcan calladas, porque cuando se hace frente a una injusticia, a una discriminación, cuando se sufre violencia no hay que permanecer en silencio. Crees que es normal, pero no lo es. Debes decirte siempre que no es normal.
¿Qué le gustaría compartir sobre las mujeres de su contexto?
Rev. Azar: Especialmente en tiempos como estos, en que estamos viviendo una guerra en toda Palestina y no solo en Gaza, nosotras, como mujeres, compartimos nuestras preocupaciones, compartimos la violencia y la discriminación a las que se enfrentan todas las mujeres de Gaza. Están sucediendo tantas cosas aquí que la gente desconoce. La violencia es cada vez más intensa y, sin embargo, nadie habla de ella porque en nuestro contexto es un tabú. Luchar contra los tabúes. Esto es lo que tenemos que hacer. Hemos de asegurarnos de que la opinión pública mundial sepa lo que está ocurriendo a las mujeres y los niños en Gaza. Se trata de algo que no debe justificarse ni explicarse. Se trata de algo que es humano, porque quienes viven aquí son seres humanos y a nadie le gustaría vivir esto. Están viviendo una guerra. Están sufriendo, mientras que nosotros solo somos observadores. Y, no obstante, depende de nosotros que les ayudemos a solidarizarse no solos los Jueves de negro, sino más allá, pues en Gaza cada día es un Jueves de negro.