La campaña Alimentos por la Vida tiene por objeto educar, inspirar y movilizar a las comunidades religiosas para que tomen medidas destinadas a aumentar la seguridad alimentaria y la agricultura sostenible.
Lo que comemos, el origen de nuestros alimentos, nuestra manera de cultivar, criar animales y peces, así como nuestra forma de cuidar el medio ambiente y de hacer frente a la desigualdad y la injusticia alimentarias, son todas ellas cuestiones existenciales para la humanidad. No obstante, también tienen una dimensión profundamente política y espiritual que influye en el presente y el futuro de la humanidad, la Creación y el mundo.
Millones de personas padecen hambre y malnutrición debido a conflictos y al cambio climático. Mientras casi mil millones de seres humanos se enfrentan al hambre crónica y la malnutrición, más de mil millones hacen frente a las consecuencias de la obesidad para la salud, dado que las dietas deficientes altas en alimentos procesados poco costosos están ocasionando un aumento de las enfermedades no transmisibles.
Al mismo tiempo, alrededor de un tercio de todos los alimentos producidos para el consumo humano se desperdicia.
La alimentación como un derecho, una necesidad y una responsabilidad
La campaña Alimentos por la Vida del CMI vela por que las decisiones adoptadas en los procesos de las Naciones Unidas no tengan repercusiones negativas en la seguridad alimentaria mundial, las vidas y los medios de subsistencia de los pequeños productores de alimentos ni agudicen la competencia por sus tierras.
Para ello, la campaña:
- promueve los sistemas alimentarios justos y sostenibles mediante políticas y prácticas internacionales;
- fomenta la reflexión y las acciones a favor de la justicia alimentaria;
- brinda oportunidades para la educación y la formación sobre el derecho a la alimentación y la agricultura sostenible entre las comunidades religiosas.
