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Ruth Mathen, una joven ortodoxa que trabaja para la Conferencia Cristiana de Asia, moderó el debate. “La trata de personas constituye uno de los atentados más viles contra la dignidad fundamental y los derechos de los seres humanos, reduciéndolos a meras mercancías y objetos”, afirmó. “Mientras la crisis de COVID-19 sigue proyectando una larga sombra sobre la recuperación y la rehabilitación mundiales, dejando a millones de niños desempleados y desescolarizados, asistimos a un aumento del acoso y la captación de víctimas en línea”.



En “The China Bride” (La novia de China), un cortometraje compartido por la ONG Vida con Dignidad-Camboya (LWD, por sus siglas en inglés), una mujer cuenta cómo fue vendida por 2700 USD. “Me forzó a tener sexo para concebir un bebé”, dijo. “Sabía que esto es trata de personas y explotación, pero no tenía otra opción. A veces, cuando duermo todavía me siento fatal. Cada día quiero olvidarlo, pero no puedo”.



Aby, de Filipinas, compartió su historia de cómo, tras convertirse en una superviviente de la trata de seres humanos, ha vuelto a tener esperanza en su vida con la ayuda del Centro Batis para Mujeres.



“Aprendí sobre mis derechos como mujer y también sobre cómo emigrar de manera segura”, explicó. “Además, aprendí a emprender mi propio negocio que ahora me sirve para mantenerme a mí y a mis hijos”.



Ahora, Aby asesora a mujeres jóvenes acerca de cómo pasar con seguridad por los canales legales de migración y evitar que se conviertan en víctimas de la trata de personas. “Agradezco al Señor que me topara con el Centro Batis porque pude superar la experiencia de haber sido traficada y rehacer mi vida”, observó. “También ayudo a otras mujeres”.



Aby quiere que su experiencia sirva de inspiración. “Incluso si has pasado por una experiencia negativa de migración, puedes rehacer tu vida”, aseguró.



Heang Veasna, responsable de programas en LWD, explicó algunas de las repercusiones sociales de la trata de personas. “Las personas que han sido objeto de trata a veces se suicidan o sufren discapacidades cognitivas y pérdidas de memoria cuando regresan a sus hogares”, indicó.



Otra repercusión social es el efecto en los hijos, dice Veasna. “En Camboya, los abusos físicos causados por la trata de personas conducen a problemas reproductivos irreversibles, a problemas físicos causados por trabajar en condiciones en las que abundan las sustancias químicas o los pesticidas, y a otras enfermedades”, afirmó. “Muchos niños de familias empobrecidas son traficados con fines de trabajos forzosos, como la servidumbre doméstica”.



Giselle, una superviviente de la trata de personas, fue forzada a ser cuidadora de un hombre que la hizo ir a Japón con la promesa de regresar a Filipinas. El traficante le dijo que la única manera de ir a Japón para ejercer el empleo de cuidadora era casándose con el hombre japonés.



“No era una relación verdadera”, dijo Giselle. El hombre la violó y la denigró emocional y físicamente.



“Pude encontrar ayuda en un refugio”, explicó. “Cuando volví a Filipinas, me encontraba en estado de angustia y quería justicia, por lo que puse una denuncia por trata”.



Giselle todavía padece trastornos causados por el estrés postraumático. “Si los supervivientes como yo no hablan, ¿cómo conocerán otras mujeres el peligro?”.

Ver la grabación del seminario web (en inglés)