Componiendo un colorido tapiz visual, los participantes ataron trozos de tela en los que habían plasmado sus dones para ilustrar la diversidad de estos, y la conexión y la unidad en Cristo.
Durante el culto de apertura, Jussi Luoma, un pastor finlandés de veinticinco años recién ordenado, contó que llevaba tiempo esperando ese momento. “Con diferentes orígenes, diferentes sueños y diferentes trayectorias como seguidores de Jesús; aquí estamos, listos para celebrar esta diversidad tan especial. Durante los próximos días, formaremos un solo cuerpo en que cada uno de nosotros constituye una parte esencial”, dijo Luoma.
En su reflexión sobre el pasaje 1 Corintios 12:12-27 de la Biblia, Luoma explicó que en su idioma, el finlandés, no existe una palabra perfecta para describir la idea del cuerpo de Cristo. “En finlandés, en ese pasaje se usa la palabra ruumis, que a menudo se emplea para referirse a un cuerpo sin vida, a un cadáver. Pero, en este sentido, no hablamos de un cadáver, sino de un cuerpo vivo, activo y con plenas capacidades. Ser un cuerpo vivo significa que no estamos separados de este mundo. Respiramos en este mundo, en esta creación de Dios, nuestras acciones tienen lugar en este mundo que queremos transformar. Ser un cuerpo vivo también implica que cada miembro de ese cuerpo tiene conciencia de la existencia de los demás miembros y cuida de ellos. Como sabemos, los reflejos son un importante síntoma de que un cuerpo está vivo”, dijo Luoma.
La moderadora del Comité Central del CMI, la Dra. Agnes Abuom, dio la bienvenida a los jóvenes a través de un videomensaje en el que envió sus bendiciones. “Los papeles que desempeñan en esta asamblea son diversos y muy, pero que muy importantes”, dijo. “Para mí, ustedes son un faro de esperanza para el barco del ecumenismo que navega en un mar agitado. El tema de esta asamblea busca soluciones para un mundo muy agitado”.
La vicemoderadora del CMI, la obispa Mary Ann Swenson, también expresó en un videomensaje su entusiasmo ante la próxima asamblea y por la participación de los jóvenes en ella. “Estamos muy, muy ilusionados con los jóvenes y con este encuentro para preparar la asamblea”, dijo. “Conozco a varias personas que empezaron muy jóvenes a trabajar con el CMI, que han estado implicadas en el movimiento ecuménico toda la vida y cuya ayuda ha sido esencial en nuestra labor conjunta”.
Tras el culto de apertura, los participantes fueron recibidos por el secretario general en funciones del CMI, el Rev. Prof. Dr. Ioan Sauca.
“Ver sus jóvenes rostros me da fuerzas. Veo en ustedes al siguiente Comité Central del CMI y en alguno de ustedes a futuros miembros de su personal ejecutivo. El futuro les pertenece”, les dijo Sauca.
En otro videomensaje, la enviada de las Naciones Unidas para la juventud, Jayathma Wickramanayake, dijo que los jóvenes son fundamentales para tender puentes entre las instituciones religiosas y la sociedad en general.
“Ustedes, los jóvenes, son garantía de un mundo unido porque son capaces de ver la posibilidad de interconexión con los demás; y están a la vanguardia en la creación de soluciones sociales, políticas, económicas y medioambientales para los problemas de esta generación y también los de las generaciones futuras”, afirmó Wickramanayake.
Más información sobre el Encuentro Ecuménico de la Juventud
11ª Asamblea del CMI en Karlsruhe (Alemania)