Entrevista
“Ya durante las clases de confirmación, descubrí la Biblia y empecé a comprender lo que significa dar un testimonio cristiano”, explica.
Cuatro décadas más tarde, acaba de participar en la reunión del Comité Central del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) en Ginebra, como nueva miembro, en representación de la Iglesia Protestante de Suiza. La Rev. Famos sucede al Rev. Serge Fornerod, que acaba de jubilarse.
Las semillas plantadas durante su adolescencia han sido, desde entonces, cuidadosamente cultivadas y fertilizadas. Curiosa y con ganas de saber más, finalmente se inscribió en la Universidad de Berna para cursar estudios de Teología. El programa académico también incluía una estancia en la Universidad de Halle en Alemania del Este (RDA), en una época en que la oposición en la iglesia contra el régimen opresivo de la RDA se estaba haciendo cada vez más fuerte, algo que le dejó una impresión duradera.
“La iglesia en la RDA marcó una auténtica diferencia en el proceso que condujo a la caída del régimen en 1989. Fue una expresión de fe, esperanza y valentía”, afirma.
Ordenada en 1992, la Rev. Famos inició una trayectoria de ocho años como pastora en diversas congregaciones en Uster y Zúrich-Enge.
“Al principio, no tenía ambiciones clericales, pero tras presentárseme la oportunidad de acompañar a un pastor en su trabajo cotidiano en una congregación rural durante mis años de estudiante, me convencí de que eso era lo que quería hacer y seguí mi corazón”, confiesa.
Treinta años después, la Rev. Famos es presidenta de la Iglesia Protestante de Suiza, una iglesia con una larga tradición ecuménica, y ha sido recientemente elegida miembro del Comité Central del CMI. En esta calidad, sigue abogando a favor de un exigente y claro diálogo con la Iglesia Ortodoxa Rusa con el fin de que deje de justificar la guerra en Ucrania. También expresa una gran preocupación por la suerte de los pastores ortodoxos rusos que han osado oponerse a la posición oficial de su empleador.
“No hay argumentos teológicos en favor de esta brutal guerra y debemos seguir condenándola firmemente”, dice.
Mientras se espera y se ora para que el diálogo actual entre el CMI y la Iglesia Ortodoxa Rusa sea eficaz, las exigencias de las iglesias miembros de la Iglesia Protestante de Suiza de suspender la condición de miembro de la Iglesia Ortodoxa Rusa han quedado aparcadas.
“Estamos siguiendo de cerca los acontecimientos y respaldamos todos los buenos esfuerzos destinados a apoyar la resistencia frente a las fuerzas destructivas que impulsan esta guerra”, prosigue la Rev. Famos.
Motivada por la fe, el compromiso y la curiosidad, siempre ha estado dispuesta a asumir nuevos desafíos y nunca ha tenido miedo de defender lo que es correcto.
A lo largo de los años, se le han ido confiando cargos cada vez más altos y un número creciente de personal. También ha participado activamente en la política de la iglesia como miembro del sínodo del cantón de Zúrich, donde vive con su marido Cla desde los años noventa y donde han criado a sus dos hijos.
“Promover el ecumenismo siempre ha sido una prioridad para la Iglesia Protestante de Suiza y sus veinticinco iglesias miembros. Es algo de lo que estamos muy orgullosos y en lo que hemos invertido mucha energía y recursos humanos en el transcurso de los años. Estoy determinada a dar continuidad a esta tradición”, confía.
Lo que más le preocupa en el contexto de la actual sociedad secularizada es la transición hacia una sociedad individualista y una cultura del yo, en la que cada vez es más difícil comunicar el valor de la fe, de la solidaridad, de ser miembro de una iglesia.
“¿Quién asume la responsabilidad y mantiene a las sociedades unidas en un entorno en el que el individualismo se ha convertido en la norma?”, pregunta.
La iglesia tiene un papel importante que desempeñar.
