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Photo: Albin Hillert/CMI

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El secretario general del Consejo Mundial de Iglesias, el Rev. Dr. Olav Fykse Tveit, intervino el 7 de noviembre en un simposio de la Liga Musulmana Mundial, en Ginebra, titulado “El papel de las religiones en la consolidación de la paz mundial”.

El Rev. Tveit habló del establecimiento de la paz como un objetivo común y como la máxima prioridad para los distintos líderes religiosos que se reunieron para poner de relieve la contribución de las religiones a una vida positiva, en oposición a todas las formas de violencia, así como la necesidad de que reine la paz en las sociedades humanas.

Este encuentro llega en un momento crítico para Europa, para Oriente Medio, y para muchas regiones del mundo, donde se aprecian síntomas de división y polarización en los pueblos y las naciones, y en muchos lugares, la propia fe está generando división” dijo el secretario general del CMI; “vemos que esto ocurre en muchas partes del mundo”.

“Los hombres y mujeres de fe, y sobre todo los líderes religiosos, tenemos la responsabilidad especial de ensalzar la santidad de la vida de todos los seres humanos creados por el Santo Dios”, prosiguió Tveit.

“Reconocemos que todos somos vulnerables y que todos tenemos las mismas necesidades de protección y de disfrute de los derechos humanos”, dijo. “Las autoridades de los Estados tienen la responsabilidad de proporcionar los marcos para que esas necesidades se vean satisfechas, de manera que todos gocemos de la igualdad de derechos y asumamos las mismas responsabilidades”.

Esto coincide en varios aspectos con el concepto de “ciudadanía”, explicó el Rev. Tveit; “el principio de la ciudadanía es, por lo tanto, bajo mi punto de vista, una forma adecuada de expresar en el ámbito de la política algo que también es importante en nuestra fe en Dios”, dijo; “el principio de la ciudadanía pertenece al ámbito de la política y de los sistemas jurídicos, pero puede proporcionar los derechos y la protección que necesitamos, seamos quienes seamos y sea cual sea la comunidad religiosa a la que pertenecemos”.

Todas las personas deberían contar con los mismos principios y la misma seguridad para sus vidas y para la vida de sus hijos y de sus nietos. “En el contexto de un Estado y en la comunidad internacional de Estados, necesitamos principios que cuiden de la justicia y la paz para todos”, afirmó. “Tenemos que proteger a todos por igual de las injusticias y de la violencia”.

Y continuó aseverando: “La violencia en nombre de la religión no puede ejercerse sin violar los valores de la religión”. “La violencia en nombre de Dios contra aquellos que han sido creados a imagen de Dios, se convierte en violencia contra Dios”. “De principio a fin, debemos rendir cuentas ante Dios”.

“Nuestras diferencias no deben impedir que trabajemos juntos por la paz”. “Compartimos la verdad sobre el amor de Dios y la voluntad de Dios, así como también buscamos la verdad sobre la realidad en que vivimos en nuestros diferentes contextos”, dijo. “La realidad de la gracia de Dios que compartimos se mezcla con la realidad del pecado”.

Y concluyó afirmando: “Queremos trabajar juntos y con todos los seres humanos y comunidades religiosas, por el bien de nuestro mundo”. “Esta visión de la diversidad en la unidad es también un don que queremos poner sobre la mesa de la cooperación interreligiosa más amplia, de hombres, mujeres y niños de muchas religiones diferentes que se esfuerzan juntos por alcanzar una paz mundial con justicia para todos los seres humanos, y también, por supuesto, por el bienestar del propio planeta Tierra”, añadió. “Como líderes religiosos, reunidos hoy por la paz, tenemos el deber de hablar con una sola voz, especialmente para enfrentarnos a todo tipo de apología del odio que equivalga a la incitación a la violencia y a la discriminación, o cualquier otra violación de la dignidad que merecen por igual todos los seres humanos, independientemente de su religión, creencia, sexo, opinión política o de otra índole, origen nacional o social, o cualquier otra condición”.

El diálogo interreligioso del CMI

Lea el texto completo del discurso del Secretario General del CMI