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Mary Alual, a nurse at the Mary Ward Primary Health Care Clinic in Maker Kuei, South Sudan, educates neighbors about proper health care.
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“La pandemia ha enmascarado —y en algunos casos ha agravado— otros problemas de larga duración para la salud y el bienestar”, afirma la declaración. “La pandemia también provocó una presión excepcional sobre la salud física y mental de los trabajadores médicos y sanitarios de primera línea, sobrecargados y con escaso apoyo, muchos de los cuales sufrieron agotamiento laboral y otras consecuencias para su salud en su intento por atender a tantas otras personas”.

“La pandemia de la COVID-19 ha destapado varios obstáculos que vienen dificultando la plena realización de la visión de salud y bienestar para todos”. “Dada la reacción inicial de algunas iglesias ante la introducción de las vacunas, y el cambio que se dio posteriormente, una vez iniciado el diálogo por parte de los profesionales de la salud de primera línea, quedó claro que es necesaria una mayor interacción entre ambos sectores”, dice la declaración.

“El crecimiento demográfico supera al desarrollo socioeconómico en la mayoría de los países”. “El aumento del gasto militar y armamentístico de muchos países sigue reduciendo drásticamente la inversión pública en sanidad y en otros sectores sociales conexos”, dice el texto. “Las enfermedades tropicales desatendidas son a veces denominadas ‘enfermedades de los pobres’, y siguen siendo un ejemplo de la persistente falta de equidad y justicia en la salud”.

La declaración acoge con satisfacción el establecimiento de la Comisión de las Iglesias para la Salud y la Sanación e invita a las iglesias miembros del CMI a adquirir el compromiso de convertirse en “iglesias promotoras de la salud”, dirigiendo ministerios de promoción de la salud fundados en información objetiva; a evaluar sus sistemas nacionales de salud y determinar las áreas críticas en las que pueden intervenir para garantizar unos servicios sanitarios completos e inclusivos; evaluar sus actuales carteras de programas relacionados con la salud en función de las necesidades de la comunidad y de las carencias de los servicios sanitarios disponibles; y adoptar otras medidas para revitalizar el compromiso ecuménico con la atención sanitaria primaria para todos.

El Comité Ejecutivo del CMI, elegido durante la 11ª Asamblea del CMI, se reunió por primera vez del 7 al 11 de noviembre, y se centró en dar seguimiento a la Asamblea, en la planificación para 2023 —en particular, el presupuesto y los planes de programas— y en la redacción de declaraciones destinadas a dar respuesta a situaciones críticas que afectan a la comunidad de iglesias miembros del CMI.

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