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En un seminario celebrado en febrero de 2019, unos barquitos de origami sirven para recordar a las numerosas personas que actualmente están en movimiento por todo el mundo, y especialmente a las que migran por mar. Foto: Albin Hillert/CMI

En un seminario celebrado en febrero de 2019, unos barquitos de origami sirven para recordar a las numerosas personas que actualmente están en movimiento por todo el mundo, y especialmente a las que migran por mar. Foto: Albin Hillert/CMI

Citando las “escalofriantes cifras” de barcos de refugiados que no han sido rescatados, la Iglesia Evangélica en Alemania, junto con otros grupos religiosos y de la sociedad civil, están pidiendo mejores soluciones.

El obispo Heinrich Bedford-Strohm, presidente del consejo de la Iglesia Evangélica en Alemania, anunció que, como parte de una amplia alianza social, la Iglesia Evangélica en Alemania iba a enviar un barco adicional para rescatar a las personas que se están ahogando en el Mediterráneo.

“Queremos enviar un barco. El consejo de la Iglesia Evangélica en Alemania ha decidido en una reunión reciente fundar una asociación para que las iglesias, instituciones y voluntarios lleven lo antes posible otro barco más que se sume a las operaciones de rescate”, dijo Bedford-Strohm. “Como parte de sus actividades humanitarias y de desarrollo, la iglesia y la diaconía han estado ayudando a salvar a las personas necesitadas todos los días, durante décadas. Mientras haya personas en busca de protección que se ahogan en el Mediterráneo y los gobiernos no actúen para evitarlo, haremos todo lo posible para apoyar los servicios civiles de rescate”.

Un llamado a la seguridad

Centrando la atención en el fracaso político para abordar la situación en Libia y en el Mediterráneo, la Iglesia Evangélica en Alemania y otros grupos pidieron al gobierno federal y a todos los dirigentes políticos de Europa que establezcan de inmediato un mecanismo de distribución en toda Europa para los refugiados rescatados en la Unión Europea.

Christoph Hey, anteriormente director de proyecto para Médicos Sin Fronteras en Libia, describió la situación en los centros de detención como “atroz”; los detenidos reciben una alimentación deficiente y viven en condiciones higiénicas insoportables. Están todos, incluidos los menores, “literalmente amontonados y, a menudo, no pueden salir durante días”, cuenta Hey.

En relación con los rescates marítimos civiles, Barbara Held, jefa de operaciones de la organización Sea-Eye, lo deja muy claro: “El pueblo libio no tiene más remedio que huir por el Mediterráneo para llegar a un lugar seguro. En esos barcos sobrecargados se encuentran en una situación extremadamente peligrosa, pero la esperanza de sobrevivir a ese peligro es mayor ante la perspectiva de nunca escapar de la trampa de los campos de internamiento libios”.

Salvar vidas es una necesidad, añade Held. “En otras palabras, desde un punto de vista humanitario, así como de acuerdo con la legislación marítima actual, las personas en peligro deben recibir ayuda, sin ningún tipo de condicionantes ni salvedades. Las vagas declaraciones de buena voluntad no servirán de nada a quienes están huyendo ahora. La responsabilidad recae no solo en Italia y Malta, sino en toda Europa”.

Tareq Alaows, representante del movimiento SEEBRÜCKE, pidió un compromiso masivo para crear vías de evacuación seguras: “Todas las personas deben tener el derecho de moverse libremente y venir a Europa de manera segura y legal. Las personas rescatadas deben ser llevadas a un puerto seguro de inmediato. Solo en Alemania, hay más de noventa municipios dispuestos a aceptar más refugiados”.

Entre las principales demandas del conjunto de organizaciones participantes, se incluye un plan de emergencia para los refugiados del mar, que haría posible la creación de refugios seguros y sin repatriación a Libia.

Iglesia Evangélica en Alemania (EKD)

La labor del CMI en materia de migración y justicia social