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Foto: ACT/Paul Jeffrey

Foto: ACT/Paul Jeffrey

El Consejo Mundial de Iglesias (CMI) coorganizó el 28 de septiembre un debate en Ginebra bajo el tema “Reconstruir desde abajo: el papel de la sociedad civil local en Sudán del Sur”.

“La población de Sudán del Sur tiene derecho a la paz”, dijo el Rev. Dr. Martin Junge, secretario general de la Federación Luterana Mundial, apuntando que actualmente más de un millón de sursudaneses buscan refugio y que, para que un futuro acuerdo de paz funcione, es necesaria la participación de múltiples actores de la sociedad civil.

Cuatro panelistas y un público formado por unas cien personas intentaron definir el término ‘sociedad civil’. El padre James Oyet Latansio, secretario general del Consejo de Iglesias de Sudán del Sur, dijo que el lugar de la iglesia estaba junto a las comunidades de base. “Debemos dar voz a los sin voz”, argumentó, añadiendo que “las mujeres son más influyentes que los hombres. Las mujeres están a tiempo completo, mientras que los hombres a tiempo parcial”, una observación que, además de suscitar un murmullo general de risas, sugirió la adopción de un enfoque diferente.

John Ashworth, asesor del CMI sobre Sudán del Sur, hizo hincapié en que todos los actores deben ser realistas. La sociedad civil es “débil, joven, está fragmentada, formada por élites urbanas que no están en contacto con la población rural”, afirmó. Asimismo, señaló que la iglesia debe desempeñar un importante papel en este espacio y que un tercer elemento, la sociedad civil “tradicional” –los jefes tribales, incluidas las ancianas–, no podía ignorarse.

Teohna Williams, asesora en conflictos, dijo que Sudán del Sur está muy polarizado y politizado y que, sin darse cuenta, la sociedad civil influye en la agenda política o está influida por ella. Los esfuerzos encaminados a poner fin a la violencia, dijo, pueden revestir un carácter político, aunque no sea esa su intención.

Los medios para lograr un alto al fuego fueron un tema central de debate. “Si se consigue detener las matanzas, habría una oportunidad para abordar la paz”, apuntó Ashworth.

Matthias Wevelsiep, asesor superior de Finn Church Aid sobre el derecho a la paz, dijo que los actores internacionales deben apoyar a la sociedad civil para obtener un alto al fuego, pero constató que el enfoque actual de la comunidad internacional no es integral.

Williams compartió una anécdota que ilustra crudamente la gran dificultad que supone garantizar la paz. Describió una ciudad donde se habían alcanzado “niveles espeluznantes de sufrimiento” y en la que vivían más soldados que civiles. Los líderes comunitarios convocaron una reunión a la que acudieron 500 personas, incluidos representantes gubernamentales. Para reducir las tensiones, se propuso “acantonar” las tropas de la oposición, es decir asentar a los combatientes en un campamento en el que estuvieran dispuestos a establecerse para garantizar que no lucharan. Pero con esta medida se corría el riesgo de exacerbar la situación, ya que el acantonamiento puede favorecer a una de las partes. Así pues, a pesar de que la intención sea buscar una solución, la adopción de una medida aparentemente sencilla puede resultar contraproducente.

La reconciliación también fue una cuestión importante. Ashworth observó que la reconciliación no puede imponerse y que requerirá un tiempo considerable. Haciéndose eco de la cuestión planteada por Latansio, describió una estrategia de consulta con “las verdaderas comunidades de base”, impulsada por las iglesias, que necesitará entre dos y tres años. Para la reconciliación propiamente dicha se precisarán, insistió, otros diez o veinte años.

Aun estando de acuerdo, Wevelsiep se mostró optimista con respecto al logro de una paz duradera, citando otros lugares de África, como Ghana y Liberia, donde “se están estableciendo las infraestructuras para la paz”.

La necesidad de reconciliación se hizo claramente patente cuando Latansio dijó: “Matamos, violamos, abusamos; hicimos de todo… pero aspiramos a una paz bendita”. La reconciliación siempre será un gran desafío en Sudán del Sur, donde conviven 64 tribus. No obstante, esbozó la hoja de ruta de las iglesias para facilitar la sanación nacional mediante programas destinados a promover la sensibilización, los foros neutros y la reconciliación. Asimismo, indicó que la sociedad sursudanesa es una pirámide, en la que quienes denominó los “depositarios” se sitúan en la parte más alta, las “bases” en la más baja y los “brókeres” entre ambas. Según señaló, son estos últimos quienes tanto daño han hecho en el pasado, pues indujeron a error a las “bases” por lo que respecta a las intenciones de los “depositarios” y viceversa, por lo que deberían ser suprimidos.

Williams afirmó que “muchas personas se sienten muy presionadas a hacer lo que el Gobierno les dice o a irse del país”. No obstante, hizo referencia a una situación que se produjo hace 18 meses en una región del país donde miles de personas han sido desplazadas. En una comunidad con afán de venganza, los líderes lograron reunir a los miembros y disuadirlos, alegando que las represalias se volverían en su contra.

Finalmente, se expuso que en un contexto como el de Sudán del Sur la noción de justicia es claramente controvertida. Wevelsiep dijo que era necesario un “cumplimiento progresivo de los derechos humanos. Las violaciones de los derechos son difíciles de asumir, pero debemos encontrar soluciones que nos permitan dar un paso adelante”.

Este aspecto también fue señalado por Ashworth, quien observó que la justicia transicional es siempre un compromiso. En este sentido, indicó que es importante centrarse en establecer secuencias o un proceso y que “la justicia y la rendición de cuentas deberían afianzarse como parte del proceso”.

El Consejo de Iglesias de Sudán del Sur envía un mensaje a una delegación de la ONU (Comunicado de prensa del CMI del 7 de septiembre de 2016, en inglés)

“El pueblo de Sudán del Sur necesita ayuda y una paz justa” (Comunicado de prensa del CMI del 27 de julio de 2016)

CMI: Llamamiento urgente de los dirigentes de las iglesias de Sudán del Sur para pedir alimentos y una paz justa (Comunicado de prensa del CMI del 15 de julio de 2016, en inglés)

Iglesias miembros del CMI en Sudán del Sur