Consulta de jóvenes misiólogos

Documento Preparatorio Nº 8

Centro Internazionale Animazione Missionaria C.I.A.M.
Roma, Italia, 19 - 25 de enero de 2005

"Ven, Espíritu Santo, sana y reconcilia"

1 - Observaciones introductorias

La "consulta de jóvenes misiólogos" fue organizada por el Equipo de Misión y Formación Ecuménica del Consejo Mundial de las Iglesias, en nombre de la Comisión de Misión Mundial y Evangelización, respondiendo a una propuesta formulada durante la reunión del Comité Central del CMI. Se reunieron 32 jóvenes teólogos de siete regiones y diversas denominaciones interesados en misiología, los cuales aprendieron a conocerse unos a otros y trabajaron sobre temas relacionados con la futura Conferencia Mundial sobre Misión y Evangelización que se celebrará en Atenas del 9 al 16 de mayo de 2005. Aunque se comparten aquí sus resultados como aportación valiosa a los preparativos de la conferencia de Atenas, la consulta tuvo su propia identidad y finalidad: ofrecer un espacio para el diálogo sobre importantes cuestiones de misiología entre jóvenes misiólogos.

La consulta se celebró en el CIAM, centro de reuniones sobre espiritualidad misionera, situado en el campus de la Pontificia Universidad Urbaniana, adyacente a la Ciudad del Vaticano. El CMI expresa su agradecimiento al Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos por su apoyo en la organización de la consulta, así como al personal del CIAM, en particular a su director, Padre Romeo Ballan, por su generosa hospitalidad.

Se hicieron tres presentaciones teológicas introductorias:

"El significado misionero del Espíritu Santo como presencia de Dios que da poder, sana y reconcilia" (Anastasia Vassiliadou, Ortodoxa, Grecia)

"Procesos de misión y reconciliación" (Puleng LenkaBula, Protestante, Sudáfrica)

"Ministerio de sanación y comunidades de sanación" (Baard Knapstad, Pentecostal, Noruega).

La mayor parte de la consulta se desarrolló en cuatro grupos temáticos. El presente documento reproduce los informes de los debates en los grupos (capítulo 2) y un resumen de los debates sostenidos al final de la consulta (capítulo 3: debate de los informes de los grupos, y capítulo 4: recomendaciones generales). Ninguno de estos textos fue aprobado por la consulta. Ofrecen una idea de los debates.

Los participantes en la consulta pudieron visitar los archivos de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, que se hallan justo detrás del CIAM. Se ofrecieron oportunidades para dialogar con el Dr. Renato Maiocchi, Secretario Ejecutivo de la Federación de Iglesias Protestantes de Italia, y con Monseñor John Mutiso-Mbinda, del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos.

2 - Informes presentados por los cuatro grupos acerca de sus debates

Es importante recordar que estos informes no fueron aprobados y son una descripción de parte de los debates que tuvieron lugar en los grupos. Las recomendaciones contenidas en estos informes representan también únicamente los debates sostenidos en los mismos grupos. No fueron aprobados por la consulta.

2 a - Grupo sobre reconciliación

INFORME DE LOS DEBATES DEL GRUPO

Cuatro temas:

  1. La reconciliación como la naturaleza de la iglesia (su identidad)

Esta naturaleza o identidad procede de la Escritura, en la que afirmamos que Dios nos ha reconciliado y continúa reconciliándonos con Él mismo/Dios mismo (2 Cor. 5:18-19). Afirmamos así nuestra responsabilidad (responsabilidad de la iglesia) en relación con el ministerio de reconciliación. Afirmamos también la ambigüedad de la actuación humana y social en el ministerio de reconciliación, en el que unas veces somos agentes de conflicto y otras, agentes de reconciliación.

  1. ser la iglesia es ser un cuerpo de reconciliación

  2. los cristianos no deberían olvidar el reconciliarse consigo mismos

  3. hay diferentes niveles de reconciliación, a saber, personal o familiar, social o comunitario, y estructural.

  1. El momento oportuno dentro de los procesos de reconciliación

Planteamos la cuestión de cuándo es el momento oportuno para comenzar un proceso de reconciliación. Aclaramos también que "tener conciencia de la historia" (frase utilizada más adelante) significa tener conciencia de las heridas y ofensas pasadas, así como de los efectos continuos de tales heridas y ofensas.

  1. necesidad de tener conciencia de la historia en el proceso de reconciliación

    1. pecado heredado

    2. memoria

    3. momento oportuno

  2. la reconciliación como acción continua (trabajo continuo)

  3. Cómo se incorpora el perdón en los procesos de reconciliación

Aclaramos que el perdón es parte fundamental del ministerio de reconciliación, pero no una condición previa.

  1. la reconciliación exige cambiar las formas de pensar (metanoia)

  2. cómo deben reconocer las partes interesadas sus errores (rendición de cuentas y arrepentimiento)

NB: cuando las personas no pueden o no quieren reconocer su participación en los errores cometidos, no puede producirse la reconciliación. Señalamos aquí la diferencia entre participación directa e indirecta en los crímenes e injusticias.

  1. Relación entre justicia y reconciliación

Reconocemos la conexión con la metanoia y que el cambio de una parte del sistema o de la vida exige un cambio en otras esferas del sistema o de la vida.

  1. Justicia económica, Lucas 19 y el relato de Zaqueo.

    1. Zaqueo se compromete a entregar la mitad de sus bienes a los pobres.

    2. Mateo 6:24, servir a Dios y al dinero.

  2. Justicia restitutiva

  3. Lucas 15:11-31, el relato del hijo pródigo

¿Cómo implica la reconciliación un cambio de cultura (cambios en la cultura)? ¿En qué medida?

La cuestión de la violencia de género y el ministerio de reconciliación al nivel personal.

¿Es una cuestión de intimidad o de simpatía? ¿Son éstos signos de reconciliación?

Las cualidades del ministerio de reconciliación (2 Cor. 6)

v.4 con gran constancia

v.6 con pureza, conocimiento, paciencia y bondad; en el espíritu santo y en amor sincero

v.7 con palabras de verdad y con el poder de Dios

con las armas de la justicia

v.8 - 10 tenidos por impostores, siendo veraces

….como desconocidos, aunque bien conocidos

….como tristes, pero siempre alegres

….como pobres, aunque enriquecemos a muchos

….como quienes nada tienen, aunque todo lo poseemos

Los frutos del espíritu pueden ser (son) signos de reconciliación (Galatas 5:22)

- amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, templanza

La metanoia afecta a todo. Es un cambio de corazón, de actitud.

(Ven, Espíritu Santo, cambia nuestros corazones)

PROPUESTAS PARA AVANZAR

Concretar las formas de facilitar el ministerio de reconciliación de las iglesias:

  • utilizar estudios de casos, por ejemplo, el obispo de una región europea1

  • análisis bíblico (estudio de la Biblia)

Realización de otra consulta sobre temas más específicos, por ejemplo, la conexión entre justicia ecológica y reconciliación. Creemos que éste es uno de los asuntos más críticos con que se enfrenta la iglesia hoy.

Otro asunto crítico es el examen de los elementos que impiden la reconciliación. Quizás este podría ser el centro de atención temático de una consulta de seguimiento.

Recomendamos que el CMI organice las contribuciones de los participantes en esta consulta en relación con temas como los arriba indicados y otros que exigen una mayor reflexión.

(se introdujeron aquí los nombres de los miembros del grupo)

Representamos distintas tradiciones y comuniones cristianas.

2 b - Grupo sobre el ministerio de sanación en las iglesias

Informe sobre los debates del grupo

Introducción

La definición de sanación, tal como se presenta en los documentos preparatorios de la Conferencia del CMI, "Llamados en Cristo a ser comunidades de reconciliación y de sanación", abarca un gran número de cuestiones, tales como el "bienestar del individuo y de la sociedad, bienestar físico, mental, espiritual, económico, político y social... armonía con los demás, con el medio ambiente y con Dios"2. Aunque valoramos esta definición general de sanación, nuestro grupo consideró importante destacar el "aspecto personal de la sanación"3. La decisión de destacar este aspecto de la sanación se debió a la impresión de que, hasta ahora, el CMI no ha prestado atención suficiente a la cuestión de la sanación al nivel personal. Los miembros del grupo deseaban también poner de relieve que, en este caso, es importante trabajar con una interpretación holística de la persona, es decir, la interpretación que incluye los aspectos físico, espiritual, emocional, mental y social del ser humano. El grupo deseaba también llamar la atención sobre la realidad de la sanación milagrosa, que aparece con frecuencia en los ministerios y la vida de las iglesias.

Nuestros debates sobre el tema de la sanación se centraron en cuatro puntos principales:

  1. Impacto de las cosmovisiones en nuestra comprensión de la sanación;

  2. Relación entre sanación y poder, y sanación y fe;

  3. Prácticas de sanación;

  4. La sanación teniendo en cuenta a quienes no son sanados.

  1. Impacto de las cosmovisiones en nuestra comprensión de la sanación.

El debate sobre la cuestión de las cosmovisiones puso de manifiesto cómo los distintos orígenes culturales influyen en la comprensión teológica de la sanación. La cuestión de que el ámbito espiritual es un aspecto esencial de la realidad y de la forma de entender las causas de la enfermedad parecía constituir un problema, principalmente para quienes procedían de tradiciones de iglesias profundamente influidas por el paradigma heredado de la Ilustración. Parecía como si el CMI hubiera favorecido la cosmovisión derivada de la Ilustración con preferencia a otras cosmovisiones y en contra de ellas. A este respecto, se planteó la cuestión de si debería entenderse la cosmovisión en términos culturales o teológicos. Con todo, se llegó a un acuerdo sobre la necesidad de poner en tela de juicio la cosmovisión derivada de la Ilustración, que se basa en el presupuesto de que todo necesita una prueba y explicación científicas. Este presupuesto es especialmente devastador para comprender la sanación porque excluye el ámbito espiritual, así como la realidad de los milagros.

  1. Relación entre sanación y poder, y sanación y fe

Los distintos orígenes denominacionales y culturales de los miembros del grupo influyeron también mucho en la segunda parte del debate sobre la sanación: en él se hizo hincapié en dos problemas que se planteaban de manera diferente según los orígenes culturales de los miembros. Algunas iglesias tienen dificultades para reconocer la posibilidad de la sanación milagrosa. Otras se enfrentan con la cuestión de cómo discernir entre las prácticas de sanación cristianas y las no cristianas. No obstante, pudimos llegar a cierto nivel de acuerdo con respecto a la naturaleza de la sanación: debe realizarse en el nombre del Dios uno y trino y debe hacer referencia también a Cristo. Las iglesias deben tener sumo cuidado de discernir las sanaciones realizadas por otros poderes espirituales y siempre deben insistir en el poder de Dios como fuente de sanación. Esta puede ir seguida también de la incorporación de la persona sanada en el cuerpo de Cristo, dándole así la posibilidad de crecer en la fe.

  1. Práctica de la sanación

El grupo estuvo bastante de acuerdo sobre esta parte del debate. Se compartía la convicción de que las iglesias deben redescubrir la tradición de la sanación y la experiencia de la iglesia primitiva. A este respecto es muy importante el diálogo interdenominacional para compartir la experiencia de tradiciones de sanación existentes (litúrgica, etc.), así como para ayudar a redescubrir las olvidadas. Algunos miembros reconocen la influencia reciente de las iglesias Pentecostales/Carismáticas como contribución valiosa a las prácticas de sanación de las iglesias en el mundo. Tiene que haber también espacio para la variedad de prácticas de sanación sin prescindir de los medios de tratamiento médico. Los miembros del grupo debatieron también la cuestión de quién puede ejercer el ministerio de la sanación. Todos estaban de acuerdo en que dicho ministerio no debe limitarse únicamente a la responsabilidad del sacerdote/pastor. Algunos miembros del grupo deseaban que las iglesias proporcionen el espacio estructural para que se cultiven los dones de la sanación. Hay que enseñar a la gente la sanación como un don espiritual y que es algo cuyo uso debe estimularse. Sin embargo, quienes lo utilicen deberán estar guiados por cristianos más experimentados a fin de evitar la mala utilización de este don espiritual. La imagen de Cristo crucificado, que se vacía de sí mismo por los demás, debería ser el modelo de la utilización del poder de sanación. El grupo señaló también la necesidad de un espacio en la liturgia y en la vida de la iglesia para dar testimonio de la experiencia de la sanación y compartirla.

  1. La sanación teniendo en cuenta a quienes no son sanados.

Al debatir este aspecto especial de la sanación, el grupo decidió no analizar las causas de la enfermedad en general, considerando esta cuestión demasiado amplia. Convinimos también en que debe establecerse una distinción entre la noción de sanación y la de curación. Una persona puede seguir estando físicamente enferma, pero haber sido sanada en su corazón y ser parte integrante de la comunidad. La comunidad tiene la gran responsabilidad de incorporar a las personas enfermas o discapacitadas. Consideramos también importante que, en la búsqueda de la sanación, se debe tener en cuenta la libertad de Dios para sanar o no sanar: el sufrimiento o la enfermedad pueden ser un camino hacia Cristo, lo mismo que la sanación. Con todo, hay que estimular a quienes no son sanados y a sus comunidades a que crean que el amor de Dios es igual para los sanados que para los enfermos. Los casos de personas no sanadas no deberán desalentar en las iglesias las prácticas de sanación: éstas no deberán estar condicionadas por los presupuestos del paradigma derivado de la Ilustración, según el cual cada acción debe tener un resultado para ser validada.

Recomendaciones

  • El grupo recomienda al CMI que preste más atención al personal de sanación, incluida la sanación milagrosa.

  • Desearíamos subrayar asimismo la necesidad de que el CMI elabore un lenguaje que ofrezca un espacio para tener seriamente en consideración las sanaciones milagrosas como parte de nuestra cosmovisión.

  • Consideramos importante incluir el tema de la sanación milagrosa como parte de la formación teológica en general.

  • Deseamos estimular el diálogo interdenominacional sobre los ministerios de sanación con el fin de intercambiar la experiencia de las prácticas de sanación existentes, así como para apoyar y alentar a las iglesias que deseen desarrollar los ministerios de sanación.

  • El CMI debería estimular a las iglesias miembros a cultivar entre sus miembros la educación y reflexión sobre el don espiritual de la sanación. Además, los dedicados al ministerio de la sanación deberían ser alentados, apoyados y orientados por las iglesias.

  • Algunos miembros del grupo deseaban subrayar que el movimiento ecuménico moderno debería reconocer la influencia creciente Pentecostal/Carismática en el mundo de hoy y empeñarse en un diálogo, especialmente en lo relativo a sus ministerios de sanación.

2 c - Informe de los debates del Grupo sobre diálogo

Preámbulo

Nos reunimos como un grupo de personas que tenían diferentes necesidades con respecto al diálogo y distintas actitudes hacia el mismo. Pero teníamos en común el sentimiento general de que el diálogo es importante. El grupo demostró que el diálogo era posible y se compartieron las diferentes necesidades de los distintos participantes. El diálogo puede derivarse de situaciones de tensión. Tensiones creativas pueden dar lugar a nuevas ideas y reflexiones más profundas.

Nuestro grupo sobre el diálogo era de composición diversa. Estaba integrado por 8 "jóvenes" teólogos. Procedíamos de diferentes orígenes: uno de Sudáfrica, dos de Grecia, uno de Alemania, uno de EE.UU., uno de Suiza, uno de Siria y uno de los Países Bajos. Éramos cinco mujeres y tres hombres. Tres somos Ortodoxos, uno Pentecostal, uno Luterano, tres Presbiterianos/Reformados. Nuestros orígenes reflejan las preocupaciones y cuestiones que planteamos en el diálogo.

En el informe que sigue podrán verse los temas que compartimos entre nosotros. En él no tenemos la intención de simplificar los temas: hay tensiones e incongruencias, y convinimos en que aparecieran.

Introducción

¿El "diálogo" ha sustituido a la misión cristiana? Es ésta la pregunta que analizamos en nuestros debates durante los tres últimos días. Reconocimos la herencia del colonialismo y las misiones. Se mencionaron como ejemplos las cruzadas y la colonización violenta de América Latina y África. Debido a esta connotación negativa de la "misión", examinamos las cualidades positivas del diálogo. Un ejemplo positivo de diálogo es la liturgia de la que hablaremos más adelante. Mientras la misión puede implicar una dirección en sentido único, el diálogo implica necesariamente un intercambio. En nuestras conversaciones entendíamos que el diálogo puede sustituir a la misión, pero examinamos el diálogo como una forma de misión. Reconocimos que existe cierta tensión entre el diálogo, como finalidad en sí mismo, y el diálogo en cuanto que tiene una finalidad, a saber, la unidad entre las iglesias. Para algunos miembros del grupo, la unidad es una finalidad clara; para otros, esta unidad es abstracta.

Procediendo de distintos orígenes, nuestras preocupaciones se relacionaban con tipos diferentes de diálogo: el diálogo surge de la necesidad de las personas, las comunidades y las iglesias de llegar a un entendimiento y a una forma de convivir. Esto significa que nuestros intereses respectivos se referían a un diálogo interreligioso, interdenominacional e intercultural y a un diálogo con la sociedad secular. En nuestro informe no definimos necesariamente el diálogo, sino que, cuando haga falta, especificaremos cada vez el tipo concreto al que nos referimos.

Aunque no estábamos de acuerdo sobre la finalidad del diálogo, coincidimos más en las actitudes que los participantes deben llevar al diálogo. Los seres humanos han sido dotados de una razón y una voluntad libre: es preciso disfrutar del diálogo como de un instrumento para expresar el amor de Dios por medio de la escucha, la apertura y la aceptación. El diálogo es una forma de dar testimonio de nuestra fe. El Espíritu Santo actúa dentro de nosotros y en nosotros en nuestros diálogos con Dios y con los demás.

Estuvimos de acuerdo en que el diálogo es un espacio en el que pueden expresarse percepciones verdaderas y equivocadas con el fin de trabajar hacia la unidad. Todos los que se empeñan en el diálogo llevan consigo a la mesa su situación social. La apertura hacia los otros significa que nos damos cuenta de que somos más completos juntos que individualmente. Las dos partes se transforman al entablar un proceso de aprendizaje mutuo en el diálogo. El diálogo depende de relaciones de poder equilibradas. Planteamos el hecho de que hay desigualdades entre las personas y las comunidades: nuestra situación de género, etnicidad y geopolítica y nuestra edad pueden ser para nosotros una ventaja o un inconveniente.

Reconocimos que el centrar la atención en el crecimiento denominacional - evangelización agresiva y competencia entre los cristianos - es un obstáculo para el diálogo entre las iglesias. Rechazamos la idea de una "misión en franquicia" (Ray Bakke/Misiólogo urbano), es decir, diferentes iglesias que venden un producto similar y compiten por conseguir consumidores. Misión en diálogo significa superar la competencia y llegar a la cooperación. En lugar de ser autosuficientes, las iglesias deben aprender unas de otras por medio de mutuos intercambios dinámicos. Esto implica que todos participen: no sólo de Norte a Sur y de Oeste a Este, sino como interlocutores en un diálogo multidireccional. Reconocimos que las iglesias del sur mundial ("dos tercios del mundo") están creciendo y que existe un vivo interés en la misión, a pesar de las experiencias negativas del pasado.

Hasta ahora, la mayor parte de nuestras observaciones se han centrado en un diálogo interdenominacional. Planteamos también en nuestro grupo, el diálogo con personas que no tienen creencias religiosas, que se experimenta en partes de Europa. Sin embargo, no llegamos a conclusiones sobre si este diálogo es diferente del que se pueda mantener con creyentes de otras religiones.

Distinguimos varios enfoques del diálogo interreligioso desde un punto de vista cristiano. En un extremo, encontramos la opinión de que todas las religiones son igualmente verdaderas. En el otro, se halla la convicción de que no hay salvación fuera del cristianismo. Nadie de nuestro grupo se identificó con estas posiciones extremas. Desearíamos entablar un intercambio con creyentes de otras religiones que tengan esta misma actitud con respecto al diálogo interdenominacional. Damos testimonio de nuestra fe y recibimos la de los demás con el fin de vivir en paz, en armonía y respeto en nuestras sociedades. Se mencionó el diálogo entre cristianos y musulmanes como ejemplo de diálogo interreligioso en Oriente Medio. Cada religión se considera a sí misma como la fuente de la verdad absoluta. Sin embargo, la experiencia de vivir juntos - con todos sus aspectos positivos y negativos - lleva a descubrir la importancia de superar el exclusivismo y llegar a un respeto y entendimiento mutuos.

Entendemos de formas teológicas diferentes la misión y cómo funciona el diálogo dentro de ella. Mencionaremos a continuación algunos de los enfoques indicados.

  • La liturgia como diálogo: Para los Ortodoxos, la eucaristía constituye un acto fundamental de misión (como iniciativa y como contexto de la actividad misionera y del diálogo entre las diferentes iglesias y culturas). La eucaristía (que en el contexto Ortodoxo se denomina Liturgia Divina) manifiesta la misma esencia de la Iglesia como Reino de Dios escatológico, realidad de comunión (koinonia) y de unidad. El juntarnos todos en uno (synaxis), para comunicarnos unos con otros (horizontalmente) y con Dios (verticalmente) es, al mismo tiempo, ir en misión. Por medio de la eucaristía es como la iglesia dialoga con todo el mundo, asumiéndolo y transformándolo. Por ello, lo que la iglesia propone es la transformación del mundo y de la humanidad.

  • En la Biblia tenemos ejemplos de diálogos: entre Dios y el pueblo y entre las personas. Este diálogo no es sencillo y sin ambigüedad. Nuestros contextos son una parte del diálogo continuo con/en los textos bíblicos.

  • El diálogo se vuelve a reflejar sobre uno mismo: necesitamos evaluarnos a nosotros mismos y a los demás para validar el diálogo. Esto conduce a la transformación, la cual no significa que perdemos nuestra identidad eclesial o religiosa.

  • La función del ministro puede facilitar el diálogo entre la congregación y Dios y representar al pueblo ante Dios (Martín Lutero utilizó el término "tubo" entre el pueblo y Dios).

  • El diálogo puede tener como finalidad la unidad, pero esto debe traducirse en una acción social.

Todo lo que debatimos quedó allí, porque lo consideramos como un plan para el futuro. Tratamos de encontrar los medios para hacer florecer el diálogo. Como reflexionamos sobre el diálogo bajo la perspectiva de la misión, estuvimos influidos por nuestros orígenes diferentes.

  1. Tenemos que admitir que frecuentemente se considera la misión como un término con una connotación positiva o negativa estricta

  • Como connotación positiva, la misión es el carácter/esencia fundamental de la iglesia.

  • Como connotación negativa, sigue siendo una expresión de colonización y proselitismo

Como conclusión de ello, pudimos decir que la Misión divide.

  1. Debemos admitir que el Diálogo se considera frecuentemente o en general como un término con una connotación positiva estricta. Parece que el Diálogo

    • Para algunas personas, tiene una determinada finalidad (unidad)

    • Para otras, es un proceso dinámico con un final abierto. Por ello, la idea general fue que podría ser útil obtener sugerencias concretas para planes futuros. La naturaleza de nuestro diálogo fue completamente diversa como resultado de nuestra diversidad.

Recomendaciones

  1. Es preciso dar prioridad a la aclaración de las definiciones y tenemos que entenderlas respetando su contextualidad. El diálogo también es cuestión de términos. El idioma del diálogo es un tema de gran importancia. El diálogo está lleno de confusión debido a la dificultad de entender el idioma.

  1. Los profesores, estudiosos y especialistas en cuestiones de misión y los dirigentes de las iglesias deben recoger, elaborar y difundir información en formas accesibles tanto para los especialistas como para la base. El diálogo ha carecido frecuentemente de una dimensión pública adecuada. En lugar de ello, se ha centrado en preocupaciones individuales o eclesiales. La participación en foros públicos, grupos políticos, movimientos sociales y grupos ciudadanos deberá considerarse la base de un diálogo creativo.

  1. Se pueden elaborar estudios bíblicos comunitarios en los que se pongan de relieve cuestiones de diálogo entre culturas, contextos, religiones, géneros y clases. Se deberá desarrollar y fomentar la utilización de un paradigma contextual narrativo como forma dinámica de diálogo.

  1. La conferencia de Atenas podría elaborar también un plan de información sobre las actividades posteriores de los participantes, es decir, un calendario para la presentación de informes regionales.

  1. Proyectos de investigación sobre las ideas de los jóvenes acerca del diálogo en las iglesias y la unidad de las iglesias. Esta investigación debería ser cualitativa, con la posibilidad de desarrollar y criticar temas contemporáneos relacionados con las cuestiones mencionadas.

  1. Analizar constituciones, políticas y estatutos denominacionales que causan la exclusión y división en el cuerpo de Cristo.

  1. Estimular y facilitar un diálogo "mundial local" para crear una conciencia sobre las distintas cosmovisiones, es decir, Norte Sur, primer mundo y segundo tercer mundo.

Conclusión

El proceso de dialogar sobre el diálogo ha sido intensivo y nos ha transformado en cuanto grupo: la confianza y apertura entre nosotros, con todas nuestras diferencias, ha sido un don del que estamos muy agradecidos. Ha sido un proceso estimulante que desearíamos que continuara. El Dr. Renato Maiocchi4 nos hizo recordar los Hechos de los apóstoles, señalándonos que los apóstoles se confrontaban entre sí en el diálogo y el amor. Es de esperar que este diálogo sea recibido y mantenido por otros jóvenes teólogos/misiólogos. Nosotros llevaremos de aquí con nosotros esta experiencia enriquecedora al volver a nuestros países, iglesias, congregaciones y estudios.

2 d - Grupo sobre pneumatología: informe de los debates

Nuestro grupo afirmó el interés creciente en la teología del Espíritu Santo, como medio útil para comprender e incluso cambiar el modo en que vivimos la misión.

Determinamos varios temas importantes que han de ser examinados si queremos entender mejor la acción del Espíritu Santo en relación con los distintos aspectos de la misión:

  • La reconciliación como obra del Espíritu en la iglesia, para que podamos ser comunidades reconciliadoras y sanadoras en el mundo.

  • La participación en la acción del Espíritu de sanación, restauración y renovación.

  • El reconocimiento de la acción del Espíritu en nuestras religiones, que puede cambiar la naturaleza del diálogo interreligioso.

  • La participación con el Espíritu, ya que los cristianos están conformados en el cuerpo de Cristo precisamente por medio de la diversidad, variedad y multiplicidad.

  • La invitación, por medio del Espíritu, a dejar que nuestra identidad se configure como la de Cristo y como agentes de la nueva realidad del Reino.

  • El enfoque sobre la presencia del Espíritu Santo en toda la creación, que nos exige una comprensión eclesial de la naturaleza y de nuestra responsabilidad, procede de nuestra autocomprensión eclesial.

Aunque debemos vivir nuestras vidas como misión, "el vivir cristiano" no siempre incorpora esta comprensión. Por esta razón, consideramos necesario salir de nuestros contextos normales para vivir, y cruzar las fronteras para penetrar en los contextos de los demás: es ésta una parte importante de lo que constituye la misión, y podemos actuar así únicamente gracias al poder del Espíritu Santo. En este sentido, podemos sugerir que la misión consiste en los frutos y dones del Espíritu Santo. Nuestra identidad cristiana consiste en estar abiertos al Espíritu y ser guiados por Él, de modo que podamos ser agentes de esta misión.

Una tarea importante que determinó nuestro grupo es la de discernir o caracterizar la naturaleza del Espíritu Santo. Por ello formulamos varias preguntas fundamentales:

  • ¿Cómo, si es posible, se puede discernir que la labor de la iglesia es, de hecho, la obra del Espíritu?

  • ¿Cómo podemos discernir una diferencia entre la experiencia del Espíritu Santo y otras experiencias espirituales?

  • ¿Cuál es el objetivo, si lo hay, de describir la naturaleza del Espíritu Santo?

  • ¿Cómo percibimos y valoramos las diferentes manifestaciones de los frutos y dones del Espíritu que observamos en las tradiciones cristianas existentes en distintos contextos?

  • ¿Cómo podemos entender las relaciones entre las personas de la Trinidad como una forma de ser ad intra y cómo esta relación, en cuanto perichorisis, se vive ad extra en cuanto el modo en que Dios se manifiesta a Sí mismo.

  • ¿Hay alguna relación entre la oikonomia de Cristo y la oikonomia del Espíritu y entre la misión de Cristo y la misión del Espíritu?

Podemos señalar que un aspecto de la misión ecuménica contemporánea es la necesidad de un encuentro abierto con los cristianos de distintas comunidades con el fin de aprender unos de otros. Dentro de la iglesia, reconocemos distintos tipos y expresiones de espiritualidad, que están presentes en diferentes tradiciones y diversos contextos. Cada una de estas expresiones puede añadir algo a nuestro entendimiento del Espíritu Santo, si bien no puede decirse que la suma de todas ellas haga que sea completo. Tratar de discernir así el Espíritu Santo contribuye a la unidad cristiana.

Por último, el hacer hincapié en el Espíritu Santo es también eficaz porque nos hace centrar la atención en su importancia para este mundo cuando hablamos de misión. Este enfoque no se encuentra ya en un mensaje específico que se puede predicar, sino en un entendimiento radicalmente transformador de la experiencia del Reino de Dios aquí y ahora, no sólo en el eschaton. Al ser transformados por el Espíritu, nos convertimos en agentes del Reino en nuestras comunidades y en la comunidad mundial. Por ello, la misión es el trabajo que hacemos para realizar el Reino cada día y en todo lugar.

(El grupo añadió aquí unas consideraciones y observaciones sobre la consulta en general, que se tuvieron en cuenta en la sesión de evaluación)

3 - Resumen de los puntos de debate planteados cuando la plenaria recibió los informes de los grupos

Las notas que siguen tienen un carácter personal y reflejan el modo en que los dos co moderadores entendieron las sesiones finales y tomaron nota de ellas. No se trata de actas oficiales de los debates ni en manera alguna representan una nota recapitulativa aprobada.

Cuando es necesario y posible, en este documento se incluyen en cursiva citas de los informes de los grupos.

3 a - Debate acerca del informe del grupo sobre reconciliación

1

La cuestión del pecado heredado, mencionada en el informe, se basa en un relato contado en el grupo acerca de un obispo de un país europeo que se negó a pedir perdón por los pecados cometidos por su iglesia contra los gitanos durante la segunda guerra mundial, basándose en que ningún representante de la iglesia de hoy podría considerarse responsable de las malas acciones del pasado ("No lo hicimos nosotros mismos"). Esto plantea la cuestión de la responsabilidad colectiva de algunas comunidades, a las que frecuentemente se exige que pidan perdón por injusticias cometidas por generaciones anteriores. ¿Las actuales autoridades u órganos rectores de las iglesias deberán confesar tales pecados y, de hacerlo, de qué manera y en nombre de quién? En otros términos: si para la reconciliación es necesario corregir injusticias pasadas, ¿a quién se le exige que se responsabilice de ello?

No hubo discusión sobre esto en la consulta pero el relato mismo fue muy controvertido.

2

El perdón no es una condición previa. Al ser cuestionado acerca de esta formulación, el grupo explicó su texto. El perdón es esencial en todo proceso de reconciliación, como lo es el deseo de los causantes del mal de pedir perdón; no hay ninguna duda al respecto. Sin embargo, el grupo no quiso determinar una secuencia cronológica estricta y reconoció que sí, que los autores de los crímenes deben considerarse responsables y tener conciencia de lo que hicieron, pero que esto puede llegar en cualquier momento durante un proceso de reconciliación. No tiene por qué ser la condición para iniciar dicho proceso. No todos estuvieron de acuerdo con la explicación. Para algunos, sin perdón desde el comienzo mismo, nos encontramos en una lógica de venganza.

3

"Metanoia": Durante el debate, se estimó que faltaba el aspecto litúrgico de la reconciliación (p. ej., el sacramento de la confesión o reconciliación). El grupo lo reconoció, pero señaló que nunca había tenido intención de hacer una descripción completa de los procesos de reconciliación.

4

Se criticó que en el informe no se mencionara la importancia de la justicia punitiva o retributiva. Se respondió que no se había planteado en los debates del grupo.

5

Algunos echaron en falta el aspecto personal de la reconciliación con Dios y de la necesidad de que todo ser humano se reconcilie con Dios. El grupo señaló que deseó poner de relieve la respuesta de la humanidad a la reconciliación de Dios. El hecho de ser reconciliado era, para ellos, el punto de partida (no el objeto del debate). Se relaciona con la identidad cristiana (por esta razón el texto afirma en su párrafo  1 que la identidad de la iglesia viene de la escritura). Es un aspecto implícito. Sin embargo, todos reconocen que no hay ninguna reconciliación sin el fruto del espíritu y, por lo tanto, que la reconciliación está vinculada a la pneumatología.

3 b - Debate acerca del informe del grupo sobre sanación

En la plenaria no se leyó el informe, sino que se resumió.

Se expresó tanto un acuerdo general como (más frecuentemente) un desacuerdo fundamental con respecto a la forma en que este informe describe los elementos del ministerio de sanación y critica la cosmovisión posterior a la Ilustración (el término no es muy útil, si se refiere al enfoque científico racional que es precisamente el de la Ilustración). "Estoy plenamente de acuerdo con este grupo en lo relativo a la post Ilustración" "Lo que es importante es señalar que no solemos hablar sobre la sanación y el Espíritu Santo" - " No creo que esto se adapte a mi contexto y a mi iglesia" - "Estoy de acuerdo con la crítica" - "No encuentro mis antecedentes".

Algunas de las críticas suscitadas podrían resumirse como sigue:

1

Se puso en tela de juicio la insistencia en lo "milagroso". Según el relato de las tentaciones, en el desierto, Jesús rechazó el uso de lo milagroso para manifestar el reino. Eligió la forma de la impotencia, la teología de la cruz. Otros habrían preferido términos como "profundamente espiritual" en lugar de "milagroso". Algunos opinaron que había que dejar espacio para los milagros, pero cuestionaron la preponderancia que se les daba en el texto.

2

La mayor parte de los oradores consideraron demasiado unilateral la crítica del enfoque de la Ilustración, salvo algunas personas que la consideraron necesaria debido a que el ethos de la Ilustración había frustrado a tantos cristianos. Habría que tratar con más cuidado la cosmovisión de la Ilustración y la forma de entender las energías sagradas e increadas de Dios.

3

Se criticó la falta de una perspectiva más amplia. Incluso dentro del paradigma de la Ilustración, hay formas de sanación personal, existe un cuidado y enfoque pastoral y la psicoterapia puede contribuir en gran medida a este debate, lo que se halla totalmente ausente en el informe del grupo. La plenaria pidió que se integraran las distintas tradiciones en el aspecto de la sanación personal. Se expresaron también críticas debido a que no se habían tratado los niveles sociales del ministerio de sanación (hecho reconocido en el informe del grupo)

4

Se hicieron preguntas sobre la relación entre fe y sanación. ¿Qué es prioritario: la fe en Cristo o en la sanación milagrosa? Hay que aclarar también la finalidad de la sanación. Fundamentalmente, la sanación se basó en la redención y restaura a las personas en la redención. En otras palabras, ¿cuáles son la naturaleza y finalidad de la sanación, cuáles son sus objetivos?

5

Se planteó una pregunta concreta sobre lo que se entiende por los cristianos más experimentados que deben guiar a quienes poseen dones espirituales (en el párrafo 3, Práctica de la sanación). La respuesta fue que la sanación espontánea debe ser controlada desde fuera, es decir por la comunidad, de forma que se mantenga dentro del cristianismo. El grupo no quiso hablar de magisterio de la iglesia, sino insistir en la responsabilidad.

En las respuestas del grupo, se aclaró que había habido también discusiones internas. Sin embargo, se afirmó que la capacidad de sanar es uno de los dones del Espíritu y no puede prescindirse de ella puesto que tiene un sólido fundamento bíblico. Forma parte del ministerio de la iglesia (1 Cor. 12, Marcos 16). Hay que establecer una distinción entre los milagros que Jesús rechaza en el relato de la tentación y su práctica de sanación bien atestiguada en el Nuevo Testamento. Sin embargo, hay que reconocer que, por cada "original bíblico", había un "duplicado" en el mundo y así hay milagros hechos por otros. La relación entre fe y sanación no es tan simple, ya que puede implicar la fe de la persona que sana y/o la fe de la persona sanada. A veces la fe es importante en los relatos de sanación y, otras veces, no lo es. Sin embargo, la fe es lo que hace estar bien a la persona.

El grupo reconoció las limitaciones del informe. Se decidió utilizar este enfoque del ministerio de sanación porque no era frecuente en los debates en los círculos ecuménicos. Se reconoció que se había prescindido de otros aspectos.

Hubo acuerdo general en criticar el uso excesivo del verbo "deber" en el informe. Se vio con claridad que este informe era un punto de partida para el debate, no un documento conclusivo sobre la cuestión.

3 c - Debate acerca del informe del grupo sobre el diálogo

Tras la presentación del informe por el grupo sobre diálogo, hubo también un vivo debate. Las discusiones y los comentarios se centraron en las cuestiones siguientes:

1

No hay salvación fuera del cristianismo… ¿posición extrema?

¿Se puede decir que la afirmación de que no hay salvación fuera del cristianismo es una posición "extrema"? Si algunas religiones son más verdaderas que otras y, con todo, hay salvación fuera del cristianismo, ¿esto significa que, a juicio del grupo, la verdad absoluta no es necesaria para la salvación? "¿Vivir en paz implica que tenemos que negar lo que creemos?". Algunos participantes para quienes la misión es algo prioritario afirmaron que la salvación se halla en Cristo y no hay salvación fuera de la fe en Cristo. Consideraban que no es correcto calificar dicha posición como extrema. Sin embargo, no afirmaban que la salvación sea posible sólo en el cristianismo. En los debates se señaló que personas de origen musulmán habían recibido la revelación de Cristo sin tener vínculos con la iglesia o el cristianismo institucionalizado.

El grupo reconoció que sólo había podido comenzar a examinar la cuestión. Explicó que, en los debates, no se había negado la salvación en Cristo. Había que entender el texto de la forma siguiente: en el diálogo interreligioso, hay distintas teorías y posiciones. Algunos afirman que todas las religiones son verdaderas. Otros dicen que sólo el cristianismo es la religión verdadera. "Nosotros nos encontramos en medio", fue el resumen oral de la posición del grupo sobre esta cuestión. La palabra "extrema" representa en el texto los dos extremos de una línea de posibilidades. Por "Cristianismo" se entiende: "cristianismo institucionalizado".

Esta respuesta provocó la pregunta siguiente: "¿Puedo llevar conmigo al diálogo la convicción de que no hay salvación fuera de la fe en Jesucristo?". La respuesta del grupo fue: sí. El grupo dijo que había intentado trasmitir el hecho de que en un diálogo (p. ej. entre cristianos y musulmanes) ambos continuarán creyendo en el mensaje de su propia religión, pero estarán más abiertos. El grupo había deseado distanciarse de posiciones exclusivistas.

En relación con la iglesia y la salvación, un participante señaló que es necesario e importante distinguir entre los límites canónicos y carismáticos de la iglesia.

2

Durante el debate, varias personas expresaron sus opiniones sobre cómo interpretaban la verdad en relación con la misión y el diálogo. Sin embargo, no fue un debate estructurado sobre verdad y teología. "Nosotros no poseemos la verdad, somos parte de la verdad" dijo uno de los participantes. Para otro, que defendía un punto de vista ortodoxo, en cuanto iglesias somos la verdad, no somos parte de la verdad. Si usted no tiene el sentimiento de que usted es la verdad, si usted piensa que usted no es la verdad, entonces no es posible ningún diálogo.

3

Hubo algún debate sobre el uso de los términos misión y diálogo, y sobre su relación en el texto. ¿El diálogo sustituye a la misión o debe considerarse como parte de la misión? ¿Cuál es la finalidad del diálogo? El grupo explicó que había comprobado los muchos significados muy diferentes que tiene el término misión en los distintos contextos representados en sus debates. Consideró que el término era difícil. El grupo había examinado el diálogo como una descripción del amor de Dios e instó a que se adopte con personas de otras religiones la misma actitud que en las relaciones ecuménicas. Pero no hubo una conclusión definitiva sobre el debate terminológico ni en el grupo ni en la plenaria.

4

Se trataron brevemente varios otros temas. Hubo una cuestión difícil a la que no pudo encontrarse respuesta en esta reunión: ¿Cuáles son los pasos siguientes para los cristianos que viven en una situación de intolerancia religiosa, después de que han tratado dialogar en la medida de lo posible, sin haber recibido una respuesta satisfactoria?

En el debate se apreció el párrafo sobre la liturgia como diálogo. La misión no debe considerarse únicamente como "ir a otros lugares" o "aumentar el rebaño".

5

¿Qué significan el diálogo o la misión en un mundo plenamente secularizado (con una cosmovisión científica clásica) en el que la gente no tiene ninguna creencia religiosa de ningún tipo? En tales contextos, la misión tiene una connotación muy negativa. Se pregunto ¿y entonces qué decir del diálogo interreligioso? "Podemos dialogar también con un ateo. El ser cristiano es una posibilidad de ver en el otro el rostro de Jesucristo. Podemos así no limitar el diálogo a quienes tienen una comprensión específica de la verdad".

3 d - Debate acerca del informe del grupo sobre pneumatología

"Lo que aparece en el informe de nuestros debates es un 10% de lo que debatimos..."

En el debate de la plenaria, se destacaron los temas siguientes:

1

La atención especial a la presencia del Espíritu Santo en toda la creación

No se veía con claridad a qué se refería esto exactamente. Si el Espíritu Santo está presente en todas partes, ¿cuál es el significado del bautismo? ¿Se refiere el grupo a cuestiones ambientales o a la presencia del Espíritu en otras religiones?

La respuesta destacó que se deben considerar las etapas de la presencia del Espíritu. El Espíritu Santo está presente de formas diferentes, en la eucaristía, el mundo, los seres humanos, los animales, el medio ambiente. No es verdad afirmar que el Espíritu Santo no estaba presente antes de Pentecostes. El Espíritu actúa desde la creación, lo que no significa que "naturalicemos" el Espíritu ni ignoremos Pentecostés. Todo lo que viene a la vida lo hace por medio del Espíritu Santo, nada tiene vida de por sí. ¿Cómo, se dirá, rinden culto a Dios un animal? Por medio de su propia existencia. Dios es no sólo el creador (al comienzo), sino también sostiene todo continuamente.

2

Hay un sentido especial en el que la iglesia es "pentecostal", pero resultó difícil describirlo, dijo el grupo respondiendo a una pregunta. La frase "participación con el Espíritu, ya que los cristianos están conformados en el cuerpo de Cristo precisamente por medio de la diversidad, variedad y multiplicidad" trata de trasmitir el sentido del debate del grupo.

3

Algunas personas participantes en la plenaria pidieron una explicación sobre el significado de perichoresis5. En su respuesta, los miembros del grupo recordaron que todo se deriva de que Dios es relacional en Dios mismo. El problema es cómo se vive esto en la iglesia. Cuando hablamos del Espíritu Santo en el mundo, entendemos las manifestaciones de Dios en el mundo, que no están separadas de la propia vida de Dios. El término perichoresis define lo que significan las relaciones intratrinitarias (referencia a la imagen de unir las manos).

4

El grupo respondió a una pregunta sobre el significado de la propuesta de superar el paradigma clásico (ecuménico) basado en la misión de Dios (missio Dei). Se propone que se haga mayor hincapié en la función del Espíritu Santo, lo que obliga a tomar seriamente el hecho de que Dios es Dios en relación. Destaca asimismo el aspecto relacional de la vida humana (la relación Yo - Tu en filosofía) y del testimonio cristiano. Esto puede abrir nuevas vías para la comprensión y práctica del diálogo.

5

Independientemente del texto del informe del grupo, se hizo una pregunta sobre el significado de la referencia en Mateo 12:31-32 al pecado que no puede perdonarse (la blasfemia contra el Espíritu). Un miembro del grupo respondió que habían tratado la cuestión y habían reconocido la dificultad y gravedad del asunto. Dicho versículo había silenciado la conversación sobre el Espíritu Santo en muchos lugares. No se pudo dar una respuesta definitiva: Hay blasfemia cuando se desprecia el testimonio del Espíritu Santo. El Espíritu está presente/actúa en toda la creación, sería blasfemia no reconocerlo.

6

Se hicieron observaciones en la plenaria sobre la vinculación entre el Espíritu Santo y la misión. Uno dijo que, como cristianos, salimos a otros lugares porque recibimos el Espíritu. Es la misión de Dios la que nos induce a hacerlo. La misión es una consecuencia directa de la presencia y el poder del Espíritu (referencia a Hechos 1:8). Otra intervención señaló que, en este contexto concreto, en lugar de hacer hincapié exclusivamente en el Espíritu, es importante la encarnación de Cristo (Fil. 2) como fundamento de la misión.

Varios miembros del grupo respondieron que la encarnación cristiana es ciertamente el modelo de la misión, pero hay que considerar que es el Espíritu Santo quien da identidad a Jesús (en su bautismo) y, después, Jesús cruza las fronteras y predica. El Espíritu da la dinámica y empuja a las personas a salir de su propia situación. La misión debe entenderse fundamentalmente como vivir la vida cristiana hacia fuera. Pero tiene algo que ver con el cruzar las fronteras, salir del propio "ego". Salir hasta los confines de la tierra y amar a los demás es posible únicamente por medio del Espíritu.

4 - Recomendaciones comunes

La plenaria no quiso hacer propias, en cuanto tales, todas las recomendaciones procedentes de los grupos. Quedan en recomendaciones de los grupos. Sin embargo, en la última tarde de la consulta, se dedicó un tiempo a intercambiar en sesión plenaria opiniones sobre actividades de seguimiento. Estas notas no deberán considerarse actas aprobadas de estos debates, sino resúmenes (no formulaciones) de asuntos sobre los que pareció llegarse a cierto consenso.

* La experiencia de un trabajo de este tipo con y entre jóvenes misiólogos debe continuar y la CMME/CMI deberá encargarse de facilitar la organización de otras consultas iguales a la de Roma.

* En la medida de lo posible, se recomienda continuar con las mismas personas, pero ampliando el grupo con personas de denominaciones o regiones no representadas suficientemente. Se consideró importante basarse ahora en las relaciones que se han entablado, en lugar de comenzar con un grupo totalmente nuevo. Si la edad llegara a constituir un problema, se dijo que se podría llamar al grupo "misiólogos siempre jóvenes".

* Facilitar la creación de una red de jóvenes misiólogos por medio de una base de datos o de un directorio en internet.

* Se pide a la revista International Review of Mission que reserve un espacio a los jóvenes misiólogos y quizás dedique incluso un número especial a sus investigaciones y escritos, recurriendo a personas de este grupo para que formen un comité editor dedicado a dicha finalidad.

En el debate se señalaron los temas siguientes para futuras consultas y trabajos en común:

Reconciliación y justicia ecológica

Reconciliación y sanación en comunidades rotas6

Aspectos litúrgicos de los temas tratados (rituales de sanación y de reconciliación, compartir el caudal de recursos litúrgicos)

Misión (atravesar las fronteras, diálogo con otras personas) en el sentido amplio de la palabra.

Notas ofrecidas por los dos co moderadores de la consulta de Roma, Beate Fagerli, que moderó las sesiones finales, y Jacques Matthey, que tomó las notas.

Ginebra, 7 de febrero de 2005

 

 

1 Relato narrado en el grupo y para el grupo. Véase más adelante el informe sobre el debate en sesión plenaria.

2 La definición se encuentra en: La salud integral. La función de las iglesias en la salud. Informe de un estudio realizado por la Comisión Médica Cristiana. Ginebra, CMI, 1990, p. 16.

3 Por "aspecto personal de la sanación", entendemos la sanación que incluye la sanación física, espiritual, emocional y/o mental de una persona.

4 Véase la introducción general a este documento.

5 Término griego que se refiere al dar y recibir recíprocos entre las tres personas de la Trinidad, a su interpenetración.

6 Se recomendó que la Conferencia Mundial sobre Misión que se celebrará en Atenas incluya lo milagroso al hablar de la sanación.