Documento Preparatorio Nº 11: La Misión de Sanación de la Iglesia

OBSERVACIONES INTRODUCTORIAS

 

1. El presente documento ha sido preparado por un grupo multicultural e interdenominacional de fisiólogos, médicos y profesionales de la salud. Se basa en la tradición de la Comisión Médica Cristiana (CMC) del CMI y en su contribución altamente fructífera a una comprensión del ministerio de sanación de la iglesia. En este documento no se repite lo que queda ya bien formulado en textos anteriores del Consejo Mundial de las Iglesias, tales como el documento "La Salud Integral. La Función de las Iglesias en la Salud", aprobado en 1990 por el Comité Central. Dicho texto sitúa el ministerio de sanación en el ámbito de la lucha por la justicia, la paz y la integridad de la creación, y sigue siendo una contribución esencial, cuya urgencia es ahora incluso mayor en un mundo globalizado. El presente documento de estudio se centra principalmente en algunos aspectos médicos y teológico espirituales del ministerio de sanación y en su vinculación con una interpretación ecuménica reciente de la misión. Se presenta como documento informativo para la Conferencia Mundial sobre Misión y Evangelización (CMME) que se celebrará en Atenas en 2005 y constituye una contribución importante al diálogo sobre la pertinencia de su tema "Ven, Espíritu Santo, sana y reconcilia - Llamados en Cristo a ser comunidades de reconciliación y de sanación".

Conviene que se lea junto con el documento de estudio recomendado por la Comisión de la CMME sobre "La misión como ministerio de reconciliación"1.

Con este documento no se pretende hacer ninguna declaración definitiva sobre la sanación o la misión, sino que se espera enriquecer el debate y contribuir a que los cristianos y las iglesias respondan mejor a su vocación.

 

1. EL CONTEXTO

El contexto mundial de la salud y la enfermedad a comienzos del siglo XXI

2. Las estadísticas mundiales sobre la incidencia y prevalencia de las enfermedades, sobre la carga de las enfermedades para las comunidades y sociedades y sobre las tasas de mortalidad se basan en un concepto científico de enfermedad y en métodos epidemiológicos para medir la enfermedad y sus efectos2. En las ciencias médicas se designa como enfermedad una disfunción identificable de la fisiología humana. Tenemos que reconocer que este enfoque es inherentemente diferente a una interpretación más holística de la salud y de las enfermedades utilizada en los ámbitos3 del CMI y que no es cuantificable mediante los métodos actuales, por lo que no se adapta fácilmente a los análisis estadísticos.

3. Es posible que sea hasta cierto punto equívoco describir el contexto mundial, ya que la situación es extremadamente compleja y varía enormemente entre los continentes y las sociedades, así como también, y cada vez más, dentro de las sociedades e incluso dentro de las comunidades locales, dependiendo de los recursos económicos que influyen en las condiciones de vida, modos de vida y comportamientos y acceso a la atención de salud. Toda visión panorámica será muy engañosa si se toma como una descripción exacta de situaciones locales o regionales.

4. No obstante, pueden discernirse algunas tendencias. Se puede hablar de una mejora mundial de la salud si se mide en términos de mortalidad prematura y de años de vida ajustados en función de la discapacidad, salvo en aquellas regiones gravemente afectadas por el VIH/SIDA. La mortalidad infantil, que es un indicador sensible de las condiciones generales de vida y del acceso a la atención básica de salud, ha llegado a niveles muy bajos en Europa y América del Norte y está disminuyendo especialmente en el Asia Oriental y Sudoriental, así como en América Latina y el Caribe. En cambio, sigue siendo elevada o está incluso creciendo en varios de los países del África Subsahariana.

5. Otra de las tendencias principales es el aumento de enfermedades crónicas en todo el mundo, especialmente las enfermedades mentales y las que afectan a los ancianos. Incluso en países de bajos ingresos está aumentando el número de adultos que padecen, por ejemplo, cardiopatía coronaria, cáncer o diabetes, enfermedades que son las causas más comunes de morbilidad y mortalidad en los países industrializados4. Lo que es más inquietante es la tendencia general a un aumento a largo plazo del número de personas que padecen enfermedades psiquiátricas, especialmente la depresión, tanto en los países del Norte como en los del Sur. Experiencias, cada vez más graves y frecuentes, de crisis y amenazas como consecuencia de los rápidos procesos de globalización parecen imponer una presión excesiva al sistema psíquico humano.

6. Actualmente, la comunidad internacional se ha empeñado en un importante examen de la situación mundial de la salud como parte del proceso para determinar los progresos hacia el logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). Tres de los ocho ODM se relacionan directamente con la salud5.

7. El impacto del cambio climático de origen humano y del deterioro del medio ambiente natural en la situación de la salud mundial no se ha cartografiado ni medido todavía suficientemente, pero surgen graves preocupaciones respecto de sus potenciales efectos devastadores, no sólo en el ámbito local, sino también a nivel mundial. La deforestación, por ejemplo, contribuye a crear gases de invernadero en la atmósfera lo que da lugar al agotamiento del ozono estratosférico y al incremento de la radiación ultravioleta. Esto induce la eliminación de sistemas inmunes y permite la aparición de cánceres y de algunas enfermedades infecciosas que dependen de respuestas inmunitarias celulares. El calentamiento mundial, que provoca la elevación del nivel de los océanos, hace que se inunden lugares de asentamientos humanos, lo que incrementa la incidencia de enfermedades transmitidas por el agua. El calentamiento mundial hace también que resurjan la malaria y otras enfermedades infecciosas en países de clima templado y acrecienta el peligro de enfermedades cardiovasculares.

8. El estado de la salud en el mundo, pese a la disponibilidad de una tecnología avanzada, sigue siendo preocupante, como demuestra el informe sobre la salud en el mundo 20046.

Por todo ello, se ha señalado que la salud y la sanación no son meramente cuestiones médicas, sino que abarcan dimensiones políticas, sociales, económicas, culturales y espirituales. Como se afirma en el documento del CMI "La Salud Integral. La Función de las Iglesias en la Salud": "... Aunque la llamada "industria de la salud" está produciendo y utilizando una tecnología cada vez más cara y perfeccionada, la mayoría de los problemas de la salud no pueden abordarse desde esa perspectiva. ... Es un hecho reconocido que la principal causa de las enfermedades en el mundo es actualmente la pobreza, resultado final de la opresión, la explotación y la guerra. Las campañas de vacunación, los medicamentos e incluso la educación para la salud según los métodos tradicionales no resuelven, de manera significativa, los problemas que plantea la enfermedad debida a la pobreza..."7.

Acceso desigual a los servicios de salud: la salud y la justicia como desafíos éticos

9. Persiste la realidad de que en amplias zonas del mundo la gente no tiene acceso a servicios esenciales de salud. El acceso fácil a los medios de atención de salud y la comercialización de la salud constituyen otras cuestiones muy complejas y delicadas. Por una parte, la atención de salud basada científicamente resulta cada vez más costosa al aumentar la especialización de diagnóstico y terapéutica, lo que acreciente la brecha entre quienes pueden permitirse utilizar estos medios y quienes no lo pueden. Donde más pronunciada es esta brecha es en los países de bajos ingresos, pero resulta también cada vez más visible en países de ingresos elevados que han reducido el gasto público en salud. Hay que recordar continuamente a los cristianos que el acceso a la atención de salud es un derecho humano esencial y no un producto del que deben disponer sólo quienes tienen recursos financieros suficientes.

10. Por otra parte, se manifiesta un interés creciente en afrontar las enfermedades causadas por la pobreza, especialmente las principales enfermedades infecciosas, el VIH/SIDA, la tuberculosis y la malaria. La creación por las Naciones Unidas del "Fondo mundial para luchar contra el SIDA, la tuberculosis y el paludismo" es un ejemplo de ello. Los cristianos han defendido firmemente que se preste mayor atención y se dediquen más recursos financieros a combatir las enfermedades de la pobreza a fin de conseguir una mayor equidad en la distribución de los recursos. Varias campañas o iniciativas mundiales testifican esta preocupación, tales como la "Alianza Ecuménica de Acción Mundial" y la "Iniciativa Ecuménica sobre el VIH/SIDA en África". Con respecto a estas cuestiones mundiales de salud, se están realizando también mayores esfuerzos en cooperación entre varias comunidades basadas en la fe.

11. Pese a que, en algunos casos, unos buenos servicios de atención de salud contribuyen a mitigar la pobreza, no es posible desconectar la salud y la sanación de la organización estructural de nuestras sociedades, de la calidad de la relación entre las personas y de los modos de vida.

La difusión creciente de sistemas de vida poco sanos8 es la consecuencia de normas e intereses de la industria alimentaria y de nuevos comportamientos culturales fomentados, entre otros, por los medios de difusión y la industria de la publicidad.

12. La situación actual podría resumirse de la forma siguiente:
Hoy en día, en nuestro mundo globalizado y altamente comercial, la gente no está ni mucho menos sana, ni las personas ni las comunidades, a pesar de los muchos adelantos de la medicina preventiva y los medios terapéuticos.

  • Muchas personas no tienen acceso a una atención médica asequible.
  • A la vez que las enfermedades prevenibles siguen constituyendo un grave problema en muchas partes del mundo, las enfermedades crónicas, relacionadas en muchos casos con los modos de vida y el comportamiento, están aumentando y causan graves sufrimientos en todo el mundo.Se reconoce hoy en día que está creciendo el número de personas con enfermedades mentales.

  • Los costos de la atención médica han aumentado a niveles prohibitivos, lo que hace que muchos no dispongan de la tecnología necesaria y que los sistemas médicos lleguen a ser insostenibles.

  • La alta tecnología tiene un aspecto inhumano que hace sentirse aisladas y separadas a las personas.

  • En la medicina moderna se considera la muerte como un fracaso que se combate agresivamente hasta el punto de que la gente no puede morir con dignidad.

13. Los seres humanos decepcionados con el sistema médico establecido buscan algo más que el mero tratamiento de un hígado o corazón enfermos. Quieren ser considerados y tratados como personas. Sus enfermedades les llevan en muchos casos a plantearse preguntas espirituales y existe una búsqueda cada vez mayor de la dimensión espiritual de la sanación.

En muchos de los países ricos se está volviendo a descubrir la importancia de la función de la comunidad en la creación y el mantenimiento de la salud.

14. Los investigadores científicos han comenzado a cartografiar lo que llaman los "activos de salud religiosos" con el fin de obtener datos básicos sobre la posible infraestructura material de las comunidades religiosas y su contribución espiritual a una política de salud nacional e internacional.

Varios estudios epidemiológicos realizados por profesionales médicos, principalmente en los EE.UU., que destacan el efecto positivo de la religión y la espiritualidad en la salud, están abriendo camino a un nuevo diálogo entre las disciplinas médicas y teológicas9. La misma medicina científica se interesa cada vez más de la dimensión espiritual de la persona humana.

Sanación y cultura: diferentes cosmovisiones y condiciones culturales y sus efectos en la comprensión de la salud y la sanación

15. La forma en que se definen la salud y la sanación y se explica la enfermedad depende en gran medida de la cultura y las convenciones. En los círculos de la misión ecuménica, se suele entender la cultura en sentido amplio, incluyendo no sólo la literatura, la música y las artes, sino también los valores, estructuras, cosmovisión y ética, así como la religión10.

16. Es la combinación concreta de religión, cosmovisión y valores lo que influye en la forma específica en que la gente entiende y plantea la sanación. Como la cultura varía de un continente a otro y de un país a otro o incluso dentro de los países y los grupos de personas, no hay ninguna interpretación común universal e inmediata de las causas principales de la enfermedad o de cualquier otro mal que afecte a los seres humanos.

17. Hay culturas en que se considera a seres supernaturales como los agentes causales últimos reales de una mala salud, especialmente de los trastornos mentales. En este tipo de cosmovisiones, las personas recurren a los curanderos tradicionales y a los especialistas religiosos para que las exorcicen y las liberen de los espíritus malignos y demonios. Sólo entonces tendrán la garantía de que se ha tratado la causa radical de su sufrimiento. Esto no excluye el tratamiento paralelo de los síntomas con hierbas, o con medicamentos tradicionales o fabricados industrialmente.

18. Muchas personas integran las creencias religiosas y cultura populares en su forma de entender la salud y la sanación. Es lo que podríamos denominar religiosidad y creencias populares en la salud. Estas creencias pueden incluir la veneración de santos, la peregrinación a santuarios y la utilización de símbolos religiosos, como aceites y amuletos, para protegerse de los espíritus malignos o de las malas intenciones que perjudican a las personas.

19. Otras culturas, especialmente en Asia, destacan también la importancia de la armonía dentro del cuerpo humano como condición previa necesaria para la salud, el bienestar y la sanación de las personas. Por ejemplo, el Shibashi, una antigua práctica china de los movimientos orientados hacia la naturaleza, sintoniza el cuerpo con el ritmo de la naturaleza para producir un efecto energético. Según la creencia tradicional, la sanación y la salud son efectos reales del equilibrio del flujo de energía que afecta desde dentro y desde fuera al cuerpo humano. El atascamiento de los centros de energía (chakras) o la obstrucción del flujo de energía causan la enfermedad. La acupuntura o la presión con los dedos son otras formas de equilibrar el flujo de energía.

20. Las diferentes cosmovisiones han dado lugar a ciencias y sistemas médicos específicos de la propia cultura en algunas de las principales civilizaciones del mundo. Estos sistemas han sido despreciados por el sistema médico establecido en Occidente, sobre todo desde la Ilustración, pero actualmente se vuelven a considerar cada vez más como valiosas alternativas para el tratamiento de enfermedades específicas.

21. Gracias a los adelantos de la ciencia médica y a los intercambios interculturales, algunas personas, especialmente en ámbitos occidentales, empiezan a practicar nuevas formas de vida que recomiendan caminar, correr, el ejercicio aeróbico, una dieta sana, el yoga y otras formas de meditación, los masajes y frecuentar la sauna y los "spa" para estar en forma, curarse y gozar de buena salud. También es posible que estos medios alivien las situaciones de estrés y algunas enfermedades crónicas como las cardiovasculares y la diabetes sacarina.

22. Algunas formas de religiosidad centrada en la naturaleza y algunas culturas indígenas y seculares emergentes destacan también la relación entre la cosmología o la ecología y la salud y sanación. Se reconoce cada vez más, si bien todavía en medida insuficiente, la importancia de vincular la ecología y la salud. Los determinantes de la salud son el agua y el aire limpios y un espacio seguro para todas las criaturas vivientes. La deforestación ha perjudicado gravemente el suministro de agua, ha contribuido a la contaminación del aire y ha destruido los hábitat de muchas criaturas vivientes, convirtiéndolas en "plagas" y creando una mala salud en los seres humanos y otros elementos de la creación. Las asociaciones muy estrictas de animales y seres humanos son actualmente la causa de nuevas formas de epidemias, tales como la aparición de la gripe aviar, infección viral grave y potencialmente letal que se transfiere de los patos y pollos a los seres humanos. La catástrofe del tsunami y la situación posterior al mismo ponen de relieve la importancia de tener cuidado no sólo de los seres humanos, sino también de toda la creación y de sintonizarse con el ritmo de la naturaleza.

2 SALUD Y SANACIÓN Y EL MOVIMIENTO ECUMÉNICO

23. En tiempos antiguos, el arte de curar pertenecía a los sacerdotes, a los cuales se consultaba en los casos de enfermedad y, frecuentemente, se consideraba como mediadores de la sanación. Se comprendía y aceptaba la unidad del cuerpo, la mente y el espíritu.

La centralidad de la sanación en la misión de la iglesia primitiva

24. Vale la pena recordar que el crecimiento de la iglesia primitiva en los siglos II y III se debió también, entre otros factores, al hecho de que el cristianismo se presentaba a las antiguas sociedades del mediterráneo como un movimiento de sanación. La importancia de los distintos ministerios de sanación dentro de la iglesia se refleja en los primeros relatos de misión que figuran en el Nuevo Testamento. En muchos de los escritos de los padres de la iglesia se afirma también la centralidad de la iglesia como una comunidad de sanación y se proclama a Cristo como el sanador del mundo en contraposición y con superioridad a la religiosidad helenista.

25. Al afirmar que Dios mismo ha vivido, en la vida de su Hijo, experiencias de debilidad, hasta llegar a experimentar la muerte misma, el cristianismo revolucionó la idea de Dios y transformó profundamente las actitudes básicas de la comunidad de fe con respecto a la enfermedad, la vejez y la muerte. Contribuyó decisivamente a desbaratar las estrategias y mecanismos convencionales de exclusión, discriminación y estigmatización religiosa de los enfermos y los débiles. Puso fin a la asociación de lo divino con los ideales de una existencia perfecta, sana, bella y sin sufrimiento. La actitud diferente hacia los enfermos, las viudas y los pobres resultó una fuente vital para el éxito misionero y la vitalidad de la iglesia primitiva. Los monasterios continuaron siendo islas de esperanza mediante el cuidado de los enfermos.

Ciencia médica y misiones médicas

26. A lo largo de los siglos, el desarrollo de la ciencia y la tecnología, sobre todo desde la Ilustración, han provocado un cambio en la comprensión del ser humano y de la salud. En lugar de considerarlo una unidad indivisible, se fragmentó al ser humano en cuerpo, mente y alma. Las profesionales de la medicina tendieron a considerar la enfermedad como un mal funcionamiento de una maquinaria maravillosa y complicada que debía repararse con la ayuda de los conocimientos médicos, olvidando el hecho de que los seres humanos tienen un alma y una mente. Acentuó esta división el surgir de las disciplinas de la psicología y la psiquiatría que se ocupan de la mente. Como consecuencia de ello, se perdió la comprensión del concepto de integridad, así como de la función de la comunidad y la espiritualidad en la salud.

27. Las misiones médicas llegaron algo más tarde, es decir, en el siglo XIX, dando lugar, en muchas partes del mundo, a la creación de sistemas de atención de salud relacionados con las iglesias, en los que los misioneros desempeñaban una función activa. Algunos consideraron que la atención de salud era una parte esencial de la misión encomendada por la iglesia u organización misionera que los enviaba. Aunque estos hospitales de las misiones prestaban una atención misericordiosa de alta calidad y a bajo costo, en muchos casos se impuso el modelo médico occidental de atención de salud a culturas locales indígenas que tenían sus propias tradiciones terapéuticas y de sanación. No obstante, muchos misioneros médicos se dedicaron a impartir a personas indígenas conocimientos sobre medicina y enfermería desde el comienzo mismo de su misión médica.

Una comprensión holística y equilibrada del ministerio cristiano de sanación

28. El proceso de estudios más completos y mejor planificados, iniciado por la Comisión Médica Cristiana (CMC) del Consejo Mundial de las Iglesias en los años setenta y ochenta, demostró que son muchos los factores o influencias responsables de las distintas formas de enfermedad y rupturas de relaciones; del sentimiento creciente de vacío y falta de orientación espiritual en la propia vida; del debilitamiento de las defensas naturales del cuerpo para superar o defenderse de infecciones o trastornos bioquímicos de las funciones corporales u otras formas de trastornos físicos, emocionales o mentales; del desequilibrio en el flujo de energía que provoca la obstrucción y la manifestación de un malestar; así como de la esclavitud o adicción a malos deseos o influencias que obstaculizan la respuesta de la persona a la gracia salvadora de Dios.

29. De acuerdo con la antropología enraizada en la tradición bíblico teológica de la iglesia, el ser humano es una "unidad multidimensional"11. El cuerpo, el alma y la mente no son entidades separadas, sino interrelacionadas e interdependientes. Por lo tanto, la salud tiene dimensiones físicas, psicológicas y espirituales. El ser individual es también parte de la comunidad, por lo que la salud tiene también una dimensión social. Y debido a la interacción entre el medio ambiente natural (biosfera) y las personas o comunidades, la salud tiene incluso una dimensión ecológica.

30. Por estas razones, el Consejo Mundial de las Iglesias ofrece la siguiente definición de salud:

La salud es un estado dinámico de bienestar del individuo y de la sociedad; de bienestar físico, mental, espiritual, económico, político y social; un estado de armonía con los demás, con el medio ambiente y con Dios. 12.

Esta visión holística destaca que la salud no es un concepto estático que permite establecer una distinción clara entre quienes están sanos y quienes no lo están. Cada ser humano está moviéndose continuamente entre distintos grados de estar sano y luchar contra infecciones y enfermedades. Esta comprensión de la salud se acerca mucho a la que está surgiendo en los debates e investigaciones más recientes sobre los factores que fomentan la salud.13

Esta visión holística tiene también consecuencias para la comprensión de la misión de la iglesia: el ministerio cristiano de la sanación incluye tanto la práctica de la medicina (tratar la salud física y la mental), como las disciplinas de atención y asesoramiento y las prácticas espirituales. El arrepentimiento, la oración y/o la imposición de manos, la sanación divina, rituales que implican caricias y ternura, el perdón y compartir la eucaristía pueden ejercer efectos importantes y a veces incluso espectaculares en el ámbito físico y social de los seres humanos. Todos los distintos medios son parte de la obra de Dios en la creación y de su presencia en la iglesia. La medicina científica contemporánea, lo mismo que otros enfoques médicos, utilizan también lo que está disponible en el mundo que Dios ha creado. La sanación por medios médicos no debe considerarse inferior al a la sanación por otros medios o por medios espirituales (o incluso innecesaria).

31. Hay iglesias y contextos sociales (especialmente en las sociedades occidentales herederas de la Ilustración y en las sociedades modernas) en los que se hizo hincapié y se prestó atención unilateralmente a los logros de la medicina científica contemporánea y a los aspectos físicos de la salud y la sanación. Frente a ello, se necesita una nueva apertura y es preciso prestar atención a las dimensiones espirituales en los ministerios cristianos de la sanación. Hay otros contextos e iglesias en los que, debido a una diferente cosmovisión y a la no disponibilidad de sistemas médicos occidentales modernos, se valora altamente la importancia de la sanación espiritual. También a este respecto es imprescindible un nuevo diálogo entre las prácticas de sanación espirituales y los enfoques de la medicina moderna.

Intentos recientes de profundizar la comprensión de la misión de sanación de la iglesia

32. Uno de los estudios recientes más completos fue el realizado en nombre de la iglesia de Inglaterra por un grupo de trabajo encargado por la Cámara de Obispos, el cual preparó un informe muy completo en el que se elaboraba una definición de sanidad como "proceso hacia la salud y la integridad... que abarca lo que Dios ha conseguido para los seres humanos por medio de la Encarnación de Jesucristo... Los dones de sanación concedidos por Dios se experimentan en algunas ocasiones de forma instantánea o rápida, pero en la mayoría de los casos la sanación es un proceso gradual que tarda cierto tiempo en aportar un profundo restablecimiento de la salud en más de un nivel"14.

33. También es significativo que, al comienzo del siglo XXI, se hayan celebrado varias importantes reuniones ecuménicas de la iglesia, centradas directa o indirectamente en el ministerio de salud de la iglesia en un mundo desecho por el sufrimiento y la violencia, tales como la asamblea de la Federación Luterana Mundial (FLM) celebrada en Winnipeg, Canadá; la asamblea de la Conferencia de Iglesias Europeas (CEC), celebrada en Trondheim, Noruega; el Consejo General de la Alianza Mundial Reformada (AMR), celebrado en Accra, Ghana. En el fragmento que sigue, tomado del documento de misión más reciente de la FLM, se exponen muchos de estos esfuerzos:

Según las escrituras, Dios es la fuente de toda sanación. En el Antiguo Testamento, la sanación y la salvación están relacionadas entre sí y, en muchos casos, significan lo mismo: "Sáname, Señor, y quedaré sano; sálvame, y quedaré salvo" (Jeremías 17:14). Sin embargo, en el Nuevo Testamento, no es igual ser curado de una dolencia que ser salvado. En el Nuevo Testamento se distingue también entre curación y sanación. Se puede ser curado, pero no sanado (Lucas 17:15-19), pero también se puede no ser curado y ser sanado (2 Corintios 12:7 9). "Curar" denota restaurar la salud perdida y, por lo tanto, entraña una visión protológica. La sanación se refiere a la realidad escatológica de la vida abundante que irrumpe con la llegada de Jesucristo, el sanador herido, que participa en todos los aspectos del sufrimiento, la muerte y la vida humanos y vence la violación, el sufrimiento y la muerte mediante su resurrección. En este sentido, la sanación y la salvación apuntan a la misma realidad escatológica.15

Diálogo reciente entre distintas cosmovisiones sobre la realidad de los poderes espirituales

34. En los últimos años, debido sobre todo al rápido crecimiento de los movimientos Pentecostales carismáticos y a su influencia en todo el espectro ecuménico, términos como "choque de poderes", "demonio[logia]" y "principados y potestades", se han convertido hoy en día en temas de interés e investigación misiológicos, lo mismo que la cuestión de la sanación divina, en particular. Los exorcismos, la expulsión de espíritus malignos y la "brujería demoniología" son también términos que actualmente se utilizan con mayor frecuencia en determinados círculos cristianos16.

Hablar de demonios y espíritus malignos no es, por supuesto, un fenómeno nuevo ni en la teología cristiana ni en la vida de la iglesia. La iglesia cristiana, a lo largo de su historia - especialmente durante los primeros siglos y, posteriormente, con mayor frecuencia en el ámbito de movimientos entusiásticos y carismáticos de renovación - ha designado a personas con dones/carismas especiales para afrontar las fuerzas malignas (exorcistas) o, al menos, ha reconocido la realidad de algunos poderes espirituales.

35. La rápida proliferación de iglesias cristianas entre las culturas ajenas a la occidental ha contribuido también a incrementar la preponderancia del tema de la demoniología. Los cristianos de África, Asia, América Latina y el Pacífico tienden a estar mucho más abiertos a la idea de la realidad de estas fuerzas. En muchas de esas culturas, existe una amplia implicación con poderes espirituales incluso fuera de la fe cristiana.

Una de las principales razones, por las que las iglesias occidentales - especialmente las principales iglesias protestantes - evitaron durante varios siglos todo el tema de los poderes espirituales, se relaciona con el carácter específico de su cosmovisión, la cual procede de la influencia de la Ilustración. La teología cristiana y la formación del clero no sólo ignoraron el tema, sino también contribuyeron frecuentemente a "desmitizar" incluso los relatos bíblicos sobre demonios y poderes espirituales. Tampoco se ha afrontado el tema debidamente en documentos anteriores del CMI sobre sanación y salud17. Actualmente, se está produciendo un cambio de paradigma en la cultura occidental - denominado frecuentemente "posmodernidad"  que está poniendo en tela de juicio la estrechez de la cosmovisión y teología racionalistas.

3. SALUD Y SANACIÓN EN LA PERSPECTIVA BÍBLICA Y TEOLÓGICA

Misión de sanación de Dios

36. Dios, Padre, Hijo y Espíritu, conduce la creación y la humanidad hacia la plena realización del reino de Dios, que los profetas anuncian y esperan como una relación reconciliada y sanada entre la creación y Dios, la humanidad y Dios, la humanidad y la creación, y entre los seres humanos como personas y como grupos o sociedades (la sanación en su sentido más pleno como "shalom", Isaías 65:17-25). Esto es lo que la misiología denomina missio Dei. En una perspectiva trinitaria, las dimensiones creacional, social relacional y espiritual energética de la sanación son interdependientes y están entrelazadas.

Al afirmar la realidad dinámica de la misión de Dios en el mundo y la creación, reconocemos también su misterio profundo e incomprensible para el entendimiento humano (Job 38 ss). Nos alegramos siempre que la presencia de Dios se manifiesta en cambios de sanación, milagrosos y liberadores, en la vida humana y la historia, posibilitando una vida con dignidad. Pero también, con el Salmista y con Job, cuando el mal y sufrimientos inexplicables nos escandalizan y parecen indicarnos la ausencia de un Dios justo y misericordioso, clamamos para preguntar al Creador: "¿Por qué, Dios mío? ¿Por qué a mi, Señor? ¿Hasta cuándo?" Es en un mundo profundamente ambivalente y paradójico donde afirmamos nuestra fe y nuestra esperanza en un Dios que sana y atiende.

37. Como cristianos, reconocemos la imagen perfecta de Dios manifestada en Jesucristo, el cual vino para dar testimonio a través de su vida, sus acciones y sus palabras de la forma en que Dios cuida de la humanidad y la creación. La encarnación de Dios en Cristo afirma que el poder sanador de Dios no nos salva de este mundo ni de todos los problemas materiales y corporales, sino que se realiza en medio de este mundo y de todo su dolor, ruptura y fragmentación, y que la sanación abarca la totalidad de la existencia humana.

Jesucristo es el núcleo y centro de la misión de Dios, la personalización del reino de Dios. Con el poder del Espíritu Santo, Jesús de Nazaret fue sanador, exorcista, maestro, profeta, guía e inspirador. Trajo y ofreció la liberación del pecado, del mal, del sufrimiento, de la debilidad, de la enfermedad, de la ruptura, del odio y de la desunión (Lucas 4:16ss, Mateo 11:2-6). Las notas características de las sanaciones de Jesucristo fueron su sensibilidad hacia las necesidades de la gente, especialmente los vulnerables, el hecho de que se conmovía y respondía sanando (Lucas 8: 42b-48), su disponibilidad a escuchar y su apertura al cambio (Marcos 7: 24b- 30), su oposición a cualquier retraso en el alivio de los sufrimientos (Lucas 13: 10-13) y su autoridad sobre las tradiciones y sobre los espíritus malignos. Las sanaciones de Jesús siempre traían el restablecimiento completo del cuerpo y la mente, a diferencia de lo que nosotros experimentamos normalmente en las sanaciones.

38. Él inauguró la nueva creación, el "final de los tiempos" (eschaton), por medio de signos y prodigios cuyo objeto era la plenitud de la vida y la eliminación del sufrimiento y la muerte, prometidas por Dios según lo anunciado por los profetas. Pero estas acciones milagrosas eran más que signos o señales. Cristo sanó a quienes venían o eran llevados a Él, pero no sanó a todos los enfermos de su tiempo. El reino de Dios, ya presente, es algo que se espera todavía. "La sanación es un viaje hacia la perfección de la esperanza final, pero esta perfección no siempre se realiza plenamente en el presente (Rom. 8:22)"18.

39. La actividad de sanación y exorcismo de Jesús se orienta en particular a la culminación de su ministerio en la cruz: vino para ofrecer la salvación, la sanación de la relación con Dios, que Pablo más tarde describe como "reconciliación" (2 Cor. 5). Por medio de su servicio y su sacrificio, llevó a cabo el cumplimiento del ministerio del "sanador de los heridos" profetizado por Isaías (52:13 - 53:12). La muerte de Cristo en la cruz es, pues, tanto una protesta contra todo sufrimiento (Marcos 15:34) como una victoria sobre el pecado y el mal. Resucitando a Cristo, Dios reivindicó su ministerio y le dio un significado perenne. La cruz y la resurrección de Cristo afirman que el poder sanador de Dios no queda aparte y por encima de la realidad del sufrimiento, la ruptura y la muerte, sino que desciende hasta lo más profundo del sufrimiento humano y de la creación, llevando luz y esperanza hasta los últimos rincones de oscuridad y desesperación. La imagen del Cristo resucitado se puede encontrar en muchas personas que sufren (Mateo 25:31-46), así como en los sanadores vulnerables y heridos (Mateo 28: 20 y 10:16, 2 Cor. 12: 9, Juan 15:20).

40. En la misiología ecuménica, se cree en la actividad del Espíritu Santo, Señor y Dador de vida, en la iglesia y en el mundo. La acción continua del Espíritu Santo en el conjunto de la creación, que es signo y anticipo de la nueva creación (2 Cor. 5:17), afirma que el poder sanador de Dios trasciende todos los límites de tiempo y lugar y actúa dentro y fuera de la iglesia cristiana transformando la humanidad y la creación en la perspectiva del mundo que ha de venir. El Espíritu Santo es fuente de vida para las personas y la comunidad cristianas (Juan 7:37-39). El Espíritu capacita a la iglesia para su misión y la equipa con carismas multiformes, entre los que figuran el de sanación (curación) por medio de la oración y la imposición de manos, el don del consuelo y el cuidado pastoral de aquellos cuyo sufrimiento parece no tener fin, el carisma del exorcismo para expulsar espíritus malignos, la autoridad profética para denunciar los pecados estructurales causantes de la injusticia y la muerte, y el carisma de la sabiduría y el conocimiento que es fundamental para la investigación científica y el ejercicio de las profesiones médicas. Pero el Espíritu Santo da también a la comunidad cristiana el poder de perdonar, compartir, sanar las heridas, superar las divisiones y caminar así hacia la comunión perfecta. De esta forma, el Espíritu continúa, amplia y universaliza la misión de sanación y reconciliación de Cristo.

El Espíritu, que gime en la iglesia y la creación (Rom. 8), actualiza también la solidaridad de Cristo con los que sufren y da así testimonio del poder de la gracia de Dios que puede manifestarse también paradójicamente en la debilidad o la enfermedad (2 Cor. 12:9).

41. El Espíritu colma la iglesia con la autoridad transformadora del Señor resucitado, el cual sana y libera del mal, y con la compasión del Siervo sufriente que muere por el pecado del mundo y consuela a los oprimidos. La misión de sanación guiada por el Espíritu incluye tanto el testimonio audaz como la presencia humilde.

Salud, sanación y el concepto de los poderes espirituales

42. Uno de los aspectos predominantes bajo los cuales se presenta el ministerio de sanación de Jesús en el Nuevo Testamento es el de su autoridad definitiva sobre todos los poderes que deforman y destruyen la vida, especialmente la muerte (Lucas 7:11-17; Juan 11:11; Marcos 5:35-43). La cosmovisión bíblica da por descontada la realidad del mundo invisible y atribuye poder y autoridad a los espíritus y al mundo espiritual.

43. En Jesús Mesías llegó el reino de Dios (Mateo 4:17, Lucas 11:20) haciendo temblar a los demonios (Santiago 2:19) porque comprobaron que Cristo había venido a "deshacer las obras del diablo" (1 Juan 3:8; véase Col. 2:15). Dado que numerosos relatos bíblicos de sanaciones se refieren a los demonios y espíritus malignos como la causa de la enfermedad, el exorcismo llegó a ser lógicamente uno de los remedios más comunes (Marcos 1: 23-28; 5:9; 7:32-35; Lucas 4:33-37; Mateo 8:16; Juan 5:1-8). Hay incluso en la Biblia una forma de sanación que se presenta como un choque de poderes entre Cristo y las fuerzas del mal, forma específica de misión de sanación que se valora especialmente en varias iglesias actualmente, sobre todo en las de un entorno Pentecostal y Carismático.

44. A través de su resurrección y ascensión, Cristo ha vencido a todos los poderes del mal. En la liturgia, la iglesia celebra esta victoria. Por medio de su testimonio y su misión, la iglesia manifiesta que los poderes - todos los poderes - han sido derrotados y se les ha arrebatado su influencia vinculante sobre las vidas humanas. Los seguidores de Cristo se atreven en su nombre a denunciar y desafiar a todos los demás poderes, poniendo así en práctica la buena nueva: "Id y predicad, proclamando que el reino de los cielos está cerca. Sanad a los enfermos, curad a los leprosos, resucitad a los muertos, expulsad a los demonios" (Mateo 10:7, véase Marcos 16: 9-20).

45. Todo ello implica que el ministerio de las iglesias de proclamar el evangelio tiene que dirigirse conscientemente y nombrar a todos los poderes, empeñándose en la lucha con el mal, sea cual fuere la forma en que éste se presenta. No hay que manipular estos poderes, pero sí hay que reconocerlos, porque su realidad consiste en la influencia que ejercen sobre las personas que se refieren a ellos como a las coordinadas vitales de su existencia.

Es preciso estudiar atentamente esta cuestión de la relación entre demoniología/poderes y sanación. Uno de los debates ecuménicos urgentes19 es el relativo a cómo interpretar la realidad y la influencia de los poderes en las culturas y contextos contemporáneos.

Enfermedad, sanación y pecado. El "ya, pero todavía no" del reino

46. Aunque el mal y el pecado han sido vencidos en Cristo, sigue habiendo todavía muchas catástrofes, deficiencias y enfermedades (físicas, morales, espirituales y sociales) que parecen negar la llegada del reino de Dios. La Biblia conoce la tradición según la cual la enfermedad o la catástrofe pueden ser una respuesta divina al pecado, individual o colectivo. Los profetas han interpelado repetidamente al pueblo de Dios para que se arrepienta de su desobediencia a la palabra de Dios. El Nuevo Testamento conoce la relación potencial entre pecado y enfermedad (1 Cor. 11: 28-34). Sin embargo, Jesús insiste decididamente en negar toda relación directa entre pecado personal y enfermedad: "¿Quién pecó, él o sus padres?... es para que se manifiesten en él las obras de Dios" (Juan 9:2). De igual forma, en sus respuestas a preguntas relacionadas con catástrofes, Jesús deja abierta la cuestión de su origen (Lucas 13:1-5) y, en lugar de ello, insiste en la urgencia de convertirse a Dios y aceptar la vida que Él ofrece.

47. El sufrimiento persiste en el período entre la pascua y el final de la historia. Los Evangelios no explican este misterio, pero el Espíritu capacita a la iglesia para su misión de sanación y reconciliación y fortalece a las personas para afrontar las enfermedades y sufrimientos continuos a la luz de la redención de Cristo. Dado que Cristo ha pagado el precio por todos los pecados y trae la salvación, ningún poder tiene una influencia nociva definitiva sobre quienes ponen su confianza en el amor de Dios manifestado en Cristo (Rom. 8 : 31 - 39).

48. Al final, Cristo entregará el reino a su Padre (1 Cor. 15 : 24), libre de enfermedades, sufrimiento y muerte. En ese reino, la sanación será completa. En Él se encuentra la raíz común de la sanación y salvación (salus)."Él enjugará toda lágrima de sus ojos y no habrá ya muerte ni luto, ni llanto ni dolor" (Apoc. 21: 4).

4. LA IGLESIA COMO COMUNIDAD DE SANACIÓN

Iglesia, comunidad y misión

49. La naturaleza y misión de la iglesia proceden de la propia identidad y misión de Dios uno y Trino, que se nos manifiesta sobre todo como una comunidad en la que se da un compartir en una dinámica de interdependencia. Pertenece a la esencia misma de la iglesia - entendida como el cuerpo de Cristo creado por el Espíritu Santo - vivir como una comunidad de sanación, reconocer y fomentar los carismas de la sanación y mantener los ministerios de la sanación como signos visibles de la presencia del reino de Dios20.

50. El ser una comunidad de reconciliación y sanación es una expresión esencial de la misión de la iglesia de crear y renovar las relaciones en la perspectiva del reino de Dios. Esto significa proclamar la gracia y el perdón de Cristo, sanar los cuerpos, las mentes y las almas y reconciliar las comunidades rotas en la perspectiva de la plenitud de la vida (Juan 10:10).

51. Hay que reafirmar lo que se declara en el documento Misión y Evangelización en la Unidad Hoy21, es decir que "la "Misión" conlleva una significación holística: la proclamación y participación de las buenas nuevas del Evangelio mediante la palabra (kerygma), la acción (diakonia), la oración y el culto (leiturgia) y el testimonio cotidiano de la vida cristiana (martyria); la enseñanza como formación y fortalecimiento de las personas en sus relaciones con Dios y los semejantes, y la sanación como integridad y reconciliación en koinonia, en comunión con Dios, comunión con el prójimo y comunión con la creación como un todo".

Sanación de las heridas de la iglesia e historia de la misión

52. Cuando las iglesias cristianas hablan del ministerio de sanación como elemento indispensable del cuerpo de Cristo, deben afrontar también su propio pasado y presente, y compartir entre sí una historia larga y frecuentemente conflictiva. Las divisiones de la iglesia, la rivalidad en la misión y evangelización, el proselitismo, las exclusiones de personas o enteras iglesias por razones dogmáticas, o las condenas de distintas tradiciones de iglesias anatematizadas como movimientos heréticos, pero también la colaboración inapropiada entre iglesias y movimientos políticos o poderes económicos y políticos, han dejado profundas huellas y heridas en muchas partes del único cuerpo de Cristo y continúan ejerciendo un efecto nocivo en las relaciones entre distintas denominaciones.

Los cristianos y las iglesias siguen estando profundamente necesitados de sanación y reconciliación entre sí. La tarea de conseguir la unidad de la iglesia sigue siendo una parte esencial del ministerio de sanación. De hecho, el movimiento ecuménico ha sido y sigue siendo uno de los instrumentos más prometedores y esperanzadores de los procesos necesarios de sanación y reconciliación dentro del cristianismo. Lo que tales procesos significan e implican se ha descrito en el documento "La misión como ministerio de reconciliación", recomendado por la comisión de la CMME en 200422.

La comunidad cristiana local como lugar primordial del ministerio de sanación

53. Las consultas celebradas en Tubinga en 1964 y 196723 afirmaron que la congregación o comunidad cristiana local es el agente primordial de sanación. Aún reconociendo la necesidad y legitimidad de instituciones cristianas especializadas, tales como hospitales, servicios de atención primaria de salud y centros especiales de sanación, se insistió en que cada comunidad cristiana, en cuanto tal - en cuanto cuerpo de Cristo -, tiene una importancia y eficacia para la sanación. La forma en que se recibe, acoge y trata a las personas en una comunidad local ejerce un efecto profundo en su función de sanación. El modo en que se mantiene y fomenta una red de apoyo mutuo, de escucha y de asistencia mutua en una congregación local expresa el poder de sanación del conjunto de la iglesia. Todas las funciones básicas de la iglesia local tienen también una dimensión de sanación para la comunidad más amplia: la proclamación de la palabra de Dios como mensaje de esperanza y consuelo, la celebración de la eucaristía como signo de reconciliación y restauración, el ministerio pastoral de cada creyente, la oración de intercesión individual o comunitaria en favor de todos los miembros y en particular de los enfermos24. Cada miembro de una congregación local tiene el don excepcional de contribuir a todo el ministerio de sanación de la iglesia.

Los dones carismáticos de sanación

54. Según la tradición bíblica, la comunidad cristiana ha recibido del Espíritu Santo una gran variedad de dones espirituales (1 Cor 12) entre los cuales los carismas relacionados con el ministerio de sanación ocupan un lugar preponderante. Todos los dones de sanación existentes en una determinada comunidad deben fomentarse, recibir un alimento espiritual, educarse y enriquecerse, pero debe haber también un ministerio específico de acompañamiento pastoral y supervisión eclesial. Los carismas no son únicamente los llamados dones "sobrenaturales" que trascienden la comprensión común y/o la cosmovisión personal, sino también tienen una interpretación más amplia en la que se incluyen por derecho propio los talentos y enfoques de la medicina moderna, los enfoques de la medicina alternativa, así como los dones de la sanación tradicional y las formas espirituales de sanación. Entre los más importantes medios y enfoques de la sanción dentro de la tradición cristiana, cabe mencionar:

  • el don de la oración por los enfermos y los afligidos
  • el don de la imposición de las manos
  • el don de la bendición
  • el don de la unción con óleo
  • el don de la confesión y el arrepentimiento
  • el don del consuelo
  • el don del perdón
  • el don de la sanación de memorias heridas
  • el don de la sanación de roturas de relaciones y/o del árbol familiar
  • el don de la oración de meditación
  • el don de la presencia silenciosa
  • el don de la escucha mutua
    el don de la oposición a los espíritus malignos y su expulsión (ministerio de liberación)
  • el don de la profecía (en los ámbitos personal y sociopolítico)

La eucaristía como acontecimiento cristiano de sanación por excelencia

55. La celebración de la eucaristía es considerada por la mayoría de los cristianos como el don de sanación más preponderante y como un acto de sanación único en la iglesia en todas sus dimensiones. Si bien no todas las tradiciones denominacionales entienden de la misma manera la contribución esencial de la eucaristía a la sanación, hoy en día el aspecto sacramental de la sanación cristiana se aprecia y expresa con mayor profundidad en muchas iglesias. En la eucaristía los cristianos experimentan lo que significa estar reunidos y formar una unidad, constituida de nuevo como el cuerpo de Cristo por encima de las barreras sociales, lingüísticas y culturales, si bien sin que se hayan superado aún las divisiones denominacionales. La división aún existente entre las iglesias, que impide la celebración común en la mesa del Señor, es la razón por la que muchos cristianos tienen dificultades para comprender y experimentar la eucaristía como acontecimiento de sanación por excelencia.

56. La liturgia eucarística constituye el marco y la expresión visible de la presencia sanadora de Dios en medio de la iglesia y, a través de ella, en la misión a este mundo roto. La dimensión de sanación de la eucaristía aparece destacada por la tradición que se remonta a la iglesia primitiva, según la cual hay que reconciliarse con el hermano o la hermana antes de compartir el sacramento. Se expresa también en el compartir mutuo de la paz y el perdón de los pecados entre Dios y los creyentes en la liturgia de la confesión. Hay también pruebas muy antiguas de la práctica cristiana de compartir la eucaristía con los enfermos y llevársela a sus hogares y hospitales. El cuerpo de Cristo, partido para el mundo que sufre, se recibe como el don fundamental de la gracia de sanación de Dios. Cada celebración eucarística restablece la comunidad de la iglesia y renueva los dones y carismas de sanación. Fuentes antiguas nos indican que la tradición litúrgica de la unción de los enfermos con óleo está enraizada en la celebración eucarística. Tanto en la tradición católica romana como en la ortodoxa, el óleo utilizado para ungir a los enfermos25 está consagrado por el obispo local en la liturgia de la bendición de los óleos durante la Semana Santa (misa crismal), de forma que el ministerio de sanación de la iglesia está enraizado tanto en la eucaristía como en la cruz y resurrección de Cristo.

La dimensión de sanación del culto en general y los servicios especiales de sanación

57. Todas las denominaciones cristianas y tradiciones de la iglesia sostienen que la comunidad del culto y el culto mismo pueden tener una profunda dimensión de sanación. La propia apertura a Dios en la oración y la lamentación, el unirse a otros como comunidad de creyentes, el liberarse de la culpa y de las cargas de la vida, el experimentar incluso curaciones increíbles, el inflamarse por la experiencia del canto y la alabanza, son todas ellas enormes experiencias de sanación. Hay que reconocer, no obstante, que esto no debe darse nunca por sentado. Hay formas inapropiadas de culto cristiano, como los "servicios de sanación" triunfalistas, en las que se glorifica al sanador a expensas de Dios y que suscitan falsas esperanzas, que pueden herir profundamente y perjudicar a la gente. En cambio, en muchos lugares se celebran mensual o semanalmente servicios especiales que se experimentan como testimonio auténtico del poder y el cuidado sanador de Dios. En este tipo de cultos se reconocen explícitamente las necesidades de quienes buscan la sanación partiendo de experiencias de pérdida, de fragmentación, de desesperación o de enfermedad física. En muchas tradiciones de la iglesia, los actos de culto combinan la eucaristía con el ritual de la oración personal por los enfermos y la imposición de manos y constituyen una respuesta apropiada tanto al mandato de la iglesia como al deseo de sanación de las personas. Hay que reconocer a este respecto la contribución del Pentecostalismo y el movimiento carismático, tanto dentro como fuera de las iglesias históricas, a la actual renovación de la comprensión de la dimensión de sanación del culto y de la misión en general.

Profundización de un entendimiento común de la espiritualidad cristiana de sanación

58. Todas las tradiciones cristianas convienen en que los ministerios cristianos de sanación no pueden considerarse como meras técnicas y conocimientos profesionales o como determinados rituales. Todos ellos dependen de una espiritualidad y disciplina cristianas que influyen en todas las esferas de la vida tanto personal como profesional. Esta espiritualidad depende de la fe en Dios, siguiendo las huellas de Cristo, así como del modo en que se trata el cuerpo, se superan las limitaciones de tiempo y espacio, se afrontan el dolor y la enfermedad, se come y se ayuna, se ora y se medita, se visita a los enfermos, se ayuda a los necesitados y se guarda silencio abriéndose al Espíritu de Dios.

Hace falta discernir lo que constituye una auténtica espiritualidad cristiana. Existen teologías y formas de práctica cristiana que no contribuyen a la sanación. Hay formas distorsionadas de espiritualidad o de piedad que pueden hacer que se viva de forma no sana y se establezca una relación dudosa con Dios y los demás seres humanos.

Los ordenados y los laicos en el ministerio de sanación

59. Se puede observar en muchas congregaciones que se permite sólo a personas ordenadas realizar signos de bendición y oraciones de sanación en favor de personas necesitadas. El testimonio bíblico nos recuerda, sin embargo, que el Espíritu y los dones del Espíritu se han prometido a todos los miembros del pueblo de Dios (Hechos 2:17, 1 Cor. 12.3 ss) y que todo miembro de la iglesia está llamado a participar en el ministerio de sanación. Se debería estimular a las iglesias a que fomenten especialmente los dones y potencialidades de las personas laicas, tanto en las congregaciones locales, como en las instituciones de atención de salud. La tarea de conferir a las personas el poder de actuar como embajadoras del ministerio de sanación es esencial tanto para los ministros y diáconos ordenados en la iglesia, como para los profesionales cristianos que trabajan en las distintas instituciones relacionadas con la salud.

60. El modo concreto, en que cada iglesia puede reconocer mejor el mandato de la comunidad local y expresar la responsabilidad de las personas ordenadas y de las laicas en el ministerio de salud, depende de su propia tradición y estructura. La iglesia de Inglaterra, por ejemplo, ha designado en muchos lugares un asesor de sanación al nivel de la diócesis. Este ministro se encarga de estimular, educar y proporcionar asesoramiento espiritual y pastoral a los nuevos ministerios de sanación en cooperación con el obispo regional. El ministerio de sanación de la iglesia recibe así un reconocimiento y apoyo visibles en la iglesia en su conjunto, en lugar de ser meramente algo delegado a instituciones especializadas o limitado a la situación local.

La necesidad de educar a los cristianos para el ministerio de sanación: integración frente a compartamentalización

61. Existe un consenso cada vez mayor en que la educación para las distintas formas del ministerio cristiano de sanación no se difunde y desarrolla como se debiera en los diversos sectores de la vida de la iglesia. En muchos programas de formación teológica, falta o está todavía subdesarrollada la enseñanza explícita de la forma cristiana de entender la sanación. No obstante, recientemente se han realizado esfuerzos para incluir el tema del VIH/SIDA en los programas de estudios de las instituciones de formación teológica en África. Pero muchos programas de formación y educación se están realizando únicamente en el ámbito de las distintas esferas de competencias especializadas. Se educa a los enfermeros, médicos o trabajadores diaconales dentro de sus propios campos profesionales. No hay una interacción entre los diferentes programas de formación y campos de competencias, y no se han incorporado las cuestiones y temas básicos de la sanación cristiana en lo esencial de la formación ministerial y de los adultos en general.

 

El ministerio de sanación de la comunidad y las profesiones de sanación

62. Las deliberaciones de las consultas de Tubinga de 1964 y 1967 y la institución de la CMC en 1968, junto con el desarrollo del concepto de atención primaria de salud (APS) en los años ochenta, contribuyeron a la creación de un movimiento de APS que comenzó con grandes esperanzas de cambio que no se han mantenido. La división creada entre la medicina basada en la alta tecnología, por una parte, y la atención primaria de salud, por otra, ha redundado en perjuicio de la lucha por conseguir un mundo mejor y más sano. Profesionales cristianos comprometidos elaboraron programas eminentes de atención primaria de salud, pero la participación de las congregaciones en el movimiento de APS fue variable y mínima. Asimismo, en dicho movimiento se afrontaron cuestiones de acceso y justicia, pero no se plantearon debidamente los aspectos espirituales. En muchos países, el sistema alopático de la medicina moderna ha condenado sin necesidad los sistemas de medicina tradicional, la cual se ha desarrollado aisladamente y en competencia con los primeros, lo que ha creado problemas de relación entre las comunidades cristianas y los especialistas en métodos de salud tradicionales.

63. Otros cambios espectaculares registrados en la sociedad y los sistemas de salud han acrecentado en los últimos años las tensiones para muchos que trabajan dentro de los sistemas médicos establecidos, en particular en los países y centros industrializados. Las presiones crecientes para racionalizar la atención de salud y reducir tanto los costos como el personal médico tienden a impedir que los médicos, enfermeros y asistentes adopten un enfoque holístico de la salud y la sanación. En cambio, en muchas partes del mundo ha resultado cada vez más que evidente la necesidad de tratar a toda la persona en la atención de salud. Queda abierta la cuestión de si el personal médico podrá responder, y de qué manera, a estas exigencias contradictorias. Es alentador comprobar que, en muchas instituciones seculares del sistema de salud establecido, están apareciendo signos y señales de una nueva búsqueda y disponibilidad hacia la cooperación con organizaciones religiosas, especialmente con iglesias cristianas.

64. Las iglesias cristianas deben estar abiertas y dispuestas a escuchar y aprender de la situación de quienes padecen contradicciones y deficiencias cada vez mayores dentro de los sistemas médicos establecidos. Los profesionales de la salud, por su parte, deberán reconocer que las cuestiones de salud trascienden los límites del individuo y abarcan a la comunidad, la cual es una red social con muchos recursos y técnicas que pueden fomentar la salud. Es preciso que los profesionales de la salud se consideren parte de una red más amplia de disciplinas de sanación, que incluye tanto las ciencias médicas, técnicas, sociales y psicológicas, como los enfoques de sanación tradicionales y de las religiones. Esta visión más amplia los ayudará a integrar el sufrimiento en el concepto de salud y permitirá ser personas sanadas a las que padecen problemas físicos incurables. Se estimulará también de esta forma a los profesionales de la salud a compartir la información con sus pacientes y a capacitarlos para que se consideren responsables de su propia salud y adopten las debidas decisiones.

65. El enfoque de atención primaria de salud deberá estar apoyado en la comunidad por servicios adecuados de atención secundaria y terciaria. El sistema de envío de pacientes a los servicios apropiados deberán funcionar con reciprocidad y mutuo apoyo.

Ministerio de salud y defensa de la justicia

66. Aunque este documento tiene por objeto los aspectos médicos y espirituales del ministerio de sanación, se reconoce que existe una definición más amplia de sanación que incluye los esfuerzos de personas, movimientos, sociedades e iglesias en pro de una transformación fundamental de las estructuras que producen pobreza, explotación, daños y deficiencias o enfermedades. El anterior estudio de la CMC de 199026 se considera todavía una directriz válida sobre ese aspecto más amplio del ministerio de sanación, que ha cobrado ahora una urgencia aún mayor con la pandemia del VIH/SIDA. En el documento de 1990 se considera que la salud es una cuestión de justicia, una cuestión de paz y una cuestión relacionada con la integridad de la creación. Por consiguiente, se pide a la congregación de sanación que lleve "el ministerio de la sanación al ámbito político, social y económico:

  • defendiendo la eliminación de la opresión, el racismo y la injusticia,
  • apoyando las luchas por la liberación de los pueblos oprimidos,
  • uniéndose a otras personas de buena voluntad para desarrollar juntos un proceso en favor de una mayor conciencia social,
  • formando a la opinión pública para que apoye la lucha por una mayor justicia en el ámbito de la salud"27.

67. Todos los cristianos, especialmente los que participan activamente en los ministerios de sanación y en las profesiones médicas y los que han recibido el don de los carismas de la profecía, están llamados a ser defensores de este enfoque holístico en la esfera política nacional e internacional. Debido a su competencia y experiencia específicas, tienen una responsabilidad especial para con los marginados y desfavorecidos y en favor de ellos. Son también los responsables de contribuir a fortalecer las redes y campañas de defensa de la justicia para presionar a las organizaciones internacionales, los gobiernos, la industria y las instituciones de investigación, a fin de que se cuestione y modifique fundamentalmente la actual administración escandalosa de los recursos.

Formación

68. Teniendo en cuenta todos estos aspectos de la misión de la iglesia en el ámbito de la salud y la atención, la capacitación de los médicos y profesionales de la salud es el sector decisivo donde se deben adoptar las medidas apropiadas. También las congregaciones y quienes realizan tareas pastorales necesitan recibir una formación sobre los enfoques holísticos de la salud y las contribuciones específicas que pueden aportar, tal como se indica en el presente documento.

69. La tarea acuciante de los cristianos es la de comprometerse en sus comunidades a incorporar la pedagogía de la sanación en la iglesia, con el fin de

  • Motivar y movilizar a las comunidades para que identifiquen los problemas fundamentales de la mala salud, los comprendan debidamente y actúen eficazmente al respecto.
  • Se identifiquen con la interpretación holística del ministerio de sanación que aparece en el evangelio.
  • Trabajen con un círculo más amplio de sociedades para provocar cambios que mejoren la salud y la vida de las personas.

 

5. CUESTIONES ABIERTAS Y DEBATES NECESARIOS

 

70. En este capítulo se incluyen algunos temas sobre los que hay un debate en curso entre cristianos de diferentes tradiciones denominacionales y/o antecedentes culturales. Esto no significa que se discutan todas las afirmaciones que se hacen a continuación, sino que el ámbito y las consecuencias de algunas de ellas son objeto de debate.

Toda sanación proviene de Dios
Espiritualidad de sanación cristiana y prácticas de sanación no cristianas

 

71. Que toda sanación proviene de Dios es una convicción compartida por la mayoría, si no la totalidad de las tradiciones cristianas28. Sin embargo, existe un debate sobre las consecuencias de dicha afirmación para la aceptación de personas y tradiciones o prácticas de sanación de otras religiones.

72. Al afirmar la presencia activa de la energía sanadora de Dios en toda la creación, se deberían dar gracias y rendir alabanzas a Dios por todos los remedios, métodos y tradiciones diferentes que contribuyen a la sanación de las personas y comunidades humanas, así como de toda la creación, reforzando sus potenciales de sanación.

73. Sin embargo, en muchos contextos en que, dentro y fuera de las iglesias cristianas, se percibe un fuerte anhelo de sanación, se debate mucho, tanto en las iglesias como en las instituciones cristianas relacionadas con la salud, la cuestión de la apertura cristiana hacia la aceptación de prácticas de sanación enraizadas en otras religiones (tales como los métodos medicinales religiosos tradicionales, pero también las prácticas de Yoga, Reiki, Shiatsu, Zen-Meditation etc.). ¿En qué medida la espiritualidad de sanación cristiana es compatible con prácticas de sanación de otras religiones? ¿Son éstas reconciliables y están en armonía con los principios básicos de la espiritualidad cristiana?

74. La espiritualidad cristiana debería estar abierta a todos los medios de sanación que se ofrecen como parte de la creación continua de Dios. Al mismo tiempo, existen prácticas de sanación asociadas a una cosmovisión religiosa que puede estar en contraste con principios cristianos básicos, y algunos cristianos son particularmente sensibles a tales peligros. Para otros cristianos, hace falta actuar con cautela porque los poderes espirituales malignos pueden causar sus efectos destructivos ocultándose tras prácticas de sanación aparentemente benéficas.

75. Ninguna práctica de sanación es estrictamente neutral. Todas necesitan una evaluación teológica crítica. Esto no equivale a decir que ninguna práctica de Yoga o Reiki, por ejemplo, puede tener un lugar en centros parroquiales cristianos. Muchos cristianos de Occidente creen que se pueden practicar de modo que no conduzcan a una disolución o distorsión fundamental de la fe cristiana y la comunidad cristiana. La iglesia ha reconocido siempre que Dios puede revelar aspectos del modo en que funciona la creación y puede contribuir a la sanación, por medio de personas de otros idiomas, culturas e incluso tradiciones religiosas, lo que vale también para el ámbito del tratamiento médico, la medicina alternativa y las prácticas de sanación alternativas.

76. Con todo, se recomienda precaución o incluso un rechazo explícito siempre que

  • se cree una dependencia religiosa del sanador o Guru,
  • se exija una obediencia espiritual, social o económica absoluta,
  • se mantenga a los seres humanos en un estado de amenaza, ansiedad o cautiverio a causa de las prácticas de sanación,
  • el éxito de la sanación dependa de cambios fundamentales en la cosmovisión religiosa de los cristianos.

 

77. Como muestra la tradición bíblica, se invita y recomienda a los cristianos que prueben todo, se queden con lo bueno y se abstengan de todo tipo de mal (1 Tes. 5: 21 22). Los cristianos, al encontrarse con prácticas de sanación y trabajos terapéuticos energéticos enraizados en otras religiones, deberían empezar siempre por tratar de redescubrir la rica diversidad y las antiguas tradiciones espirituales de sanación dentro de la misma iglesia cristiana.

Debate sobre los conceptos de demoniología y choque de poderes

78. Tradicionalmente, el término "demoniología" ha sido parte de la doctrina de los ángeles (angelología) en la teología cristiana. Los demonios y los poderes demoníacos denotan la parte "oscura" de la realidad espiritual.

El término "poder[es]" se utiliza en el lenguaje teológico y ecuménico en más de una forma. Frecuentemente, y en especial en círculos ecuménicos, se emplea en relación con la violencia política y las estructura sociales opresoras.

79. Entre los cristianos Pentecostales Carismáticos - pero también, más ampliamente, entre quienes continúan en la tradición del cristianismo clásico -, el término "poderes" suele significar los poderes espirituales, los espíritus malignos y demonios. Por consiguiente, se entiende el "choque de poderes" como un encuentro entre el poder (espiritual) de Dios y el de otros dioses/realidades espirituales. Estos cristianos creen que el verdadero Dios mostrará el poder de Dios sobre los demás. Aunque es importante que en un diálogo de este tipo no se simplifiquen las intrincadas complejidades de los mundos espirituales que florecen en - y a lo largo de - la edad del postmodernismo, hay que resistir al mismo tiempo a todo intento de convertir al Espíritu Santo en un medio poderoso para conseguir un fin, como si la iglesia tuviera que defender a Dios29. Corresponde a la iglesia dar testimonio del Dios vivo, no tiene por qué demostrar que Dios tiene razón.

80. Una de las tareas ecuménicas de las iglesias es reconocer los distintos significados asignados a los términos relacionados con los poderes y tratar de resistir al reduccionismo. Aunque la forma tradicional de relacionar los "poderes" a fuerzas espirituales parece ser la principal connotación bíblica, la interpretación de los poderes en términos de realidades sociales y políticas también se halla presente en la Biblia (véase, por ejemplo, el relato de las tentaciones en Mateo 4:1-11 y Lucas 4: 1-13) y puede considerarse una interpretación legítima del mensaje cristiano.

81. El interés Pentecostal Carismático en el choque de poderes plantea graves problemas y puede ser objeto de preocupaciones teológicas y pastorales. La idea del "choque de poderes", tal como se ha explicado más arriba, puede llevar a una presentación triunfalista y agresiva del evangelio. En algunos casos, se atribuye a los "espíritus" una influencia y un poder superiores a lo que resultaría apropiado teológicamente, desdibujando el significado de la responsabilidad individual y colectiva.

82. Una vez reconocido todo esto, hay que señalar que la demoniología y los exorcismos plantean desafíos cognitivos y espirituales tanto a las iglesias cuyo marco de referencia y teología están determinadas por una racionalidad científica consecuencia de la Ilustración, como a la cosmovisión de quienes explican los acontecimientos haciendo referencia a seres espirituales. Se necesita urgentemente un diálogo intercultural y ecuménico apropiado en beneficio de todo el ministerio de sanación de las iglesias.

 

Compartir recursos e ideas sobre la sanación cristiana dentro de la comunidad ecuménica

83. Muchas tradiciones de las iglesias tienen ricas intuiciones y prácticas litúrgicas propias, así como tesoros teológicos, que pueden contribuir hoy a una comprensión holística y a nueva valoración del ministerio de salud y sanación cristiano. Las tradiciones anglicana, ortodoxa y católica romana ofrecen liturgias de sanación distintas y distintivas. Hay que alentarlas a que las den a conocer a otras denominaciones y tradiciones y a compartir las fórmulas que existen dentro de la comunidad ecuménica de iglesias.

Estudio y diálogo sobre demoniología

84. Sería muy útil que una secretaría de misión del CMI iniciara un proceso de estudios en amplia escala sobre el tema de la demoniología y los poderes, ya que, como se ha señalado, es un tema que los cristianos y las comunidades cristianas afrontan en su vida cotidiana. Una parte de la tarea de estos estudios consistiría en examinar la cuestión de la rehabilitación del oficio de exorcista como ministerio cristino en las tradiciones de las iglesias donde no existe.

 

Iniciativa ecuménica sobre espiritualidad de sanación

85. Se podría examinar también si se necesitará para los años venideros una iniciativa ecuménica encaminada a profundizar la espiritualidad de sanación cristiana y estimular la organización de los correspondientes cursos de formación para los trabajadores voluntarios, los profesionales y trabajadores de atención de salud y los ministros ordenados.

Necesidad de mesas redondas sobre el futuro de la salud, la espiritualidad y la sanación

86. En muchos países, las instituciones de salud establecidas se hallan en un proceso de transformación y crisis institucional, debido en parte a factores económicos y a la inestabilidad financiera, así como a la falta de una administración y dirección adecuadas, a los costos crecientes de la medicina de alta tecnología, a los cambios en las pautas de comportamiento de los pacientes, al incumplimiento de los pacientes y a los desequilibrios demográficos existentes en muchas sociedades occidentales. Desde un punto de vista histórico, la misión cristiana ha desempeñado una función pionera en la creación y organización de los sistemas de salud en muchos países del Sur. Tiene también la responsabilidad de contribuir a superar la crisis de las instituciones establecidas de atención de salud al comienzo del siglo XXI. De acuerdo con la tradición de la Comisión Médica Cristiana y de conformidad con las propuestas recientes30, se recomienda que las distintas comisiones y asociaciones médicas cristianas de las diferentes regiones del mundo unan sus esfuerzos y establezcan foros de diálogo interdisciplinario sobre el futuro de la atención de salud y los sistemas de salud, tanto en Occidente como en el Sur. Deberán buscarse los medios de fomentar e intensificar la colaboración entre las distintas asociaciones médicas cristianas regionales para dar un nuevo perfil al ministerio cristiano de sanación y hacerlo más visible y eficaz a los ojos del mundo.

1 Documento preparatorio Nº 10 de la CMME: Puede consultarse en www.mission2005.org

2 Véase Christina de Vries: "The Global Health Situation: Priorities for the Churches' Health Ministry beyond AD 2000". International Review of Mission (IRM) Vol XC, Nos. 356/357, p. 149ss.

3 Para la definición del CMI, véase más adelante el párrafo 31.

4 Organización Mundial de la Salud (OMS): Informe sobre la salud en el mundo 2004- Cambiemos el rumbo de la historia. Ginebra, 2004.

5 Naciones Unidas: Objetivos de Desarrollo para el milenio. Cf. www.un.org/millenniumgoals/ Nos referimos aquí a #4: reducir en dos terceras partes la tasa de mortalidad de los niños menores de cinco años; #5: reducir la tasa de mortalidad materna en tres cuartas partes; # 6: Detener y comenzar a reducir la propagación del VIH/SIDA. Detener y comenzar a reducir la incidencia del paludismo y otras enfermedades graves.

6 OMS, op.cit.

7 Véase La Salud Integral: La Función de las Iglesias en la Salud. Informe de un estudio realizado por la Comisión Médica Cristiana, Ginebra, CMI, 1990. Documento recibido por el Comité Central del CMI, página 11.

8 Tales como los alimentos de preparación rápida y otras pautas de consumo de las que se derivan el sobrepeso de niños y adultos en las sociedades ricas, la adición a las drogas, el consumo excesivo de televisión y vídeo, etc.

9 Véase Harold G. Koeching, Michael E. Muccullogh, David B. Lason, eds, Handbook of Religion and Health, New York, Oxford University Press, 2001.

10 La cuestión de la relación entre el evangelio y las culturas se planteó seriamente en la conferencia mundial sobre misión celevada en el Salvador en 1996. Véase Christopher Duraisingh (ed.), Called to One Hope. The gospel in diverse cultures. Geneva, CMI, 1998.

11 Concepción elaborada especialmente por Paul Tillich. Véase. Paul Tillich: "The meaning of health" (1961) en Id., Writings in the Philosophy of Culture/ Kulturphilosophische Schriften (Main works/Hauptwerke 2) ed. by M. Palmer, Berlin-New York, 1990, pp. 342-52. Paul Tillich, "The relation of religion and health. Historical considerations and theoretical questions" (1946), en: Ibid., pp. 209-38. Id., Systematic Theology III. Life and the Spirit, History and the Kingdom of God. Chicago, 1963, pp. 275-82.

12 Estudio de la CMC sobre "La Salud Integral", op.cit., p. 16

13 Ejemplo de ello son los debates sobre el concepto de "salutogénesis" elaborado por el sociólogo médico Aaron Antonowsky, que se centra en lo que contribuye a mantener la salud y el bienestar del cuerpo y el alma, en lugar de centrarse en los factores que producen la enfermedad.

14 A Time to Heal . A Report for the House of Bishops of the General Synod of the Church of England on the Healing Ministry. London, Church House Publishing, 2000.

15 Mission in Context. Transformation -Reconciliation - Empowerment. An LWF contribution to the understanding and practice of mission. Geneva, LWF, 2004, páginas 39-40

16 Véase la revista IRM Vol. 93, Nº 370/71 julio/octubre de 2004, sobre "Divine Healing, Pentecostalism and Mission"

17 Véase como ejemplo el estudio de la CMC de 1990, La Salud Integral, op.cit.

18 Informe de grupo de una consulta con Pentecostales celebrada en Ghana en 2002, publicada en la revista IRM de julio/octubre de 2004, op.cit., p. 371.

19 Véase más adelante el capítulo 5.

20 Se hace aquí referencia a las congregaciones, así como a las instituciones de atención de salud relacionadas con la iglesia y a los servicios diaconales especializados.

21 CMME, documento preparatorio Nº 1.

22 CMME, documento preparatorio Nº 10, op.cit.

23 Dos consultas celebradas en el Instituto Alemán de Misión Médica (Difäm), Tubinga, Almania, que constituyeron el origen de la creación de la Comisión Médica Cristiana y de la labor en materia de salud del CMI. Véase The healing Church. The Tübingen consultation 1964. Geneva, CMI, 1965, y James C. McGilvray, The Quest for Health and Wholeness. Tübingen, Difäm, 1981.

24 Véase el excelente capítulo 4 del documento de la CMC "La Salud Integral", op.cit. páginas 43-46, en el que se trata el tema de la comunidad de sanación.

25 Sólo en la edad media se redujo a un signo sacramental reservado a los moribundos como "extrema unción".

26 La salud integral, op.cit.

Nota del traductor: En este libro de 1990 aparece la palabra "curación", que, con el tiempo, ha sido sustituida en el uso por su sinónimo "sanación". Se ha decidido utilizar el término "sanación" en todos los documentos de esta Conferencia .

27 Ibid., p. 45

28 Véase la revista IRM de junio octubre de 2004 , op.cit. (diálogo con los Pentecostales); véase también la declaración sobre misión de la Federación Luterana Mundial, op.cit., , p. 39. La afirmación de que toda sanación proviene de Dios se encuentra ya en los documentos producidos en la consulta de Tubinga de 1964, véase, The Healing Church, op.cit. p. 36.

29 En cambio, es Dios quien defiende a la iglesia. Mt. 10:19-20; Lc. 21:15; Mc. 13:11

30 Véanse los resultados de la consulta celebrada en Hamburgo en 2000, publicada en IRM , Vol. XC, Nos 356/357, enero/abril de 2001, sobre el tema "Salud, Fe y Sanación".