del secretario general del Consejo Mundial de Iglesias

Coros de ángeles proclaman en las alturas el nacimiento de Cristo y humildes pastores propagan las felices nuevas por los campos de Belén. Entre tanto, una madre y un padre cuidan de su hijo recién nacido. En la posada no había lugar para ellos, por lo que se refugian en un establo junto al ganado. Su situación es muy precaria y, sin embargo, el nacimiento del niño da lugar al canto de los ángeles:

Repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales,
que alababan a Dios y decían:
«¡Gloria a Dios en las alturas
y en la tierra paz,
buena voluntad para con los hombres!»

Lucas 2:13-14

El esplendor de la Navidad pone de relieve los muchos contrastes que nos rodean. En primer lugar, se trata de lo que –sorprendentemente– Dios nos ha dado. La revelación de la gloria en las alturas se da a personas que viven de la tierra, que dependen de pequeñas bendiciones que encuentran en los campos y corrales, en el cuidado de sus ovejas y en la celebración de un nuevo nacimiento. Son ellas las primeras en escuchar la promesa de algo que es mucho más que la mera supervivencia o los pequeños placeres. Osan imaginar la posibilidad real de que haya paz en la tierra. El canto de los ángeles los alienta a alabar únicamente a Dios y a buscar la paz con los demás, lejos y cerca.

Los contrastes en las condiciones de vida del mundo actual son por lo menos tan grandes como en los tiempos de Jesús. En todas partes vemos casos extremadamente contradictorios de pobreza y riqueza, tiranía y justicia, violencia brutal y sinceros intentos de reconciliación. Con todo, somos plenamente conscientes de la necesidad de una paz que sea digna de ese nombre: una paz justa para todos.

En esta época del año, al mirar hacia el Año Nuevo, en el Consejo Mundial de Iglesias encontramos aliento en la posibilidad de buscar la paz que nos brinda la Convocatoria Ecuménica Internacional por la Paz (CEIP) que se celebrará en Kingston, Jamaica, en mayo de 2011. Con la adopción del lema “Gloria a Dios, Paz en la Tierra”, la CEIP será la culminación del Decenio para Superar la Violencia (2001-2010) y la ocasión de renovar nuestro compromiso común en favor del establecimiento de una paz justa entre los pueblos.

Le instamos a asegurarse de que su iglesia participará en la CEIP, un acontecimiento al que todas las iglesias miembros del CMI han sido invitadas a enviar a sus representantes. Para el Consejo Mundial de Iglesias la paz constituye un aspecto esencial de la vida de la comunidad de iglesias y la construcción de la unidad de los cristianos.

Estos días volvemos a escuchar los primeros episodios de la vida de Jesucristo nuestro Señor y Salvador. Una vez más, nuestros corazones y nuestros espíritus se sienten renovados y nosotros, en respuesta a ello, nos volvemos a consagrar a la alabanza de Dios en las alturas y a nuestros ministerios de paz en la tierra.

Que la bendición de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, esté siempre con ustedes.

Pastor Dr. Olav Fykse Tveit
Secretario general
Consejo Mundial de Iglesias