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Die Mitglieder der ÖRK-Arbeitsgruppe besuchten arme ländliche Gemeinschaften in der Nähe von Buenos Aires, die Probleme mit dem Zugang zu Trinkwasser und einer belasteten Umwelt haben. ©Henrik Grape/ÖRK

El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas hizo hincapié en que el mundo debe alcanzar cero emisiones de carbono para el año 2050, si queremos evitar consecuencias catastróficas, tales como sequías severas y recurrentes, tormentas sin precedentes, así como la inundación de pequeños estados insulares y ciudades costeras.

“Sin duda, la transición hacia una economía libre de combustibles fósiles es una cuestión acuciante”, dijo el Rev. Henrik Grape, coordinador del Grupo de trabajo sobre cambio climático del Consejo Mundial de Iglesias (CMI), “pero en un contexto en que casi mil millones de personas subsisten en la pobreza y las desigualdades socioeconómicas siguen aumentando, esa transición también es una cuestión de justicia”.

Reunido en Buenos Aires del 25 al 27 de junio, el Grupo de trabajo del CMI sobre Cambio Climático exploró el concepto de “transiciones justas” y planificó su participación en la 24ª Conferencia de las Partes (COP 24) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que tendrá lugar en diciembre.

Significativamente, la próxima COP tendrá lugar en la ciudad carbonera de Katowice, en Polonia. “Muchas familias en Katowice dependen de la industria del carbón”, dijo Pawel Pustelnik, del Consejo Ecuménico de Jóvenes de Europa, quien, casualmente, proviene de esa región.

Por lo tanto, “una cuestión clave para esta COP –y después de ella– es encontrar la forma de mantener unidos los objetivos interrelacionados de lograr la sostenibilidad y, a la vez, de garantizar un medio de subsistencia para todos”, dijo Athena Peralta, secretaria ejecutiva del programa del CMI dedicado a la justicia económica y ecológica.

Si bien, lograr la seguridad energética a través de las energías renovables y permitir un acceso equitativo a la energía son aspectos importantes, “abordar el tema de la migración forzosa también debe ser parte de la discusión sobre las transiciones justas, especialmente en el Pacífico”, dijo Frances Namoumou, de la Conferencia de Iglesias del Pacífico.

Las transiciones son a veces arriesgadas y siempre generan ganadores y perdedores. Es fundamental velar por que los pueblos indígenas y otros grupos marginados no asuman los riesgos y costos, expresó Joy Kennedy, de Climate Action Now-Canada y del Consejo Canadiense de Iglesias.

En el marco de la reunión, se organizó un evento público sobre “el papel de las comunidades religiosas en la promoción de la ecojusticia”, en la Iglesia Evangélica del Río de la Plata (IERP).

Los miembros del Grupo de trabajo del CMI también visitaron las comunidades urbanas pobres cercanas a Buenos Aires, que afrontan dificultades para acceder al agua y gozar de un entorno limpio. Varios residentes de esas comunidades han emigrado desde áreas rurales de la Argentina y del vecino Paraguay, lo que pone de relieve los estrechos vínculos existentes entre la degradación medioambiental, el cambio climático, la migración y la pobreza.

Más información sobre la labor del CMI para el cuidado de la Creación y la justicia climática