El Consejo Mundial de Iglesias apeló a las iglesias miembros en Europa a que participen activamente en el proceso de integración del continente para que junto a las iglesias de los Estados Unidos, trabajen en el diálogo y la cooperación, con el objetivo de influir a sus gobiernos en favor de la paz y la justicia en el mundo.

El Comité Central, reunido en Ginebra del 26 de agosto al 2 de septiembre, aprobó una declaración sobre Europa en la que aplaude la inclusión de más de diez países en la Unión Europea en el año 2004.

El documento alerta que el éxito de la Unión Europea no puede apoyarse solamente en la economía de mercado. "Hoy más que nunca se necesita un 'corazón y un alma', un redescubrimiento y una renovación de valores y espiritualidad para Europa", afirma el CMI.

De modo particular, el Comité insiste en la erradicación del racismo y la pobreza, así como el respeto a los derechos humanos y a la creación de Dios. También exhorta a la Unión Europea a trabajar para el reconocimiento y funcionamiento de la Corte Penal Internacional.

La declaración enfatiza la importancia de los derechos humanos así como los aspectos morales y éticos en el desenvolvimiento de una política de seguridad común, e impugna la práctica e intención de países y alianzas de intervenir militarmente sin el mandato del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y fuera del marco de la ley internacional.

La globalización, según el CMI, significa que la seguridad del futuro de Europa deben buscarse en armonía con el resto del mundo. Asimismo, el Consejo se dice atento a las futuras negociaciones comerciales de Europa con los países de África, Caribe y Pacífico, una vez que el libre comercio tiende a beneficiar a la parte más fuerte.

"Si se sigue aplicando la actual política de la Unión Europea de promover el libre comercio en zonas donde Europa es fuerte pero no en zonas donde otros países tienen ventajas relativas, la brecha de separación podría ensancharse aún más. Esta situación acentuará el riesgo de conflicto, avivará la tensión social y aumentará el número de refugiados", afirma el CMI.

La declaración insiste en las contribuciones de las religiones, de modo especial del cristianismo, en la historia de la civilización europea, actualizando así la última posición del Comité Central sobre Europa, que data de 1992.

En los últimos 11 años, en muchos países del continente, las iglesias y la religión volvieron a ocupar espacio en la esfera pública como importantes actores sociales y políticos. La iglesia tienen por tanto una responsabilidad central en el desenvolvimiento histórico del continente.

El Consejo recordó que las comunidades religiosas son vehículos de la cultura y la identidad, "un fundamento esencial para una Europa ética y moral", por lo que deben tener su lugar como interlocutores en diálogo con las instituciones europeas.

Documentos completos del Comité Central se encuentran disponibles en:

www2.wcc-coe.org/ccdocuments2003.nsf/Standard-sp