Una declaración emitida en el día de ayer, 2 de septiembre, por el Comité Central del CMI, reunido en Ginebra,  pidió al gobierno de Estados Unidos que "desista de toda amenaza militar contra Irak y de cualesquiera nuevos planes de acciones militares contra ese país". Al mismo tiempo pide al gobierno de Irak que "respete las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, en especial que destruya todas las armas de destrucción masiva". Además pide a las iglesias miembros y organizaciones ecuménicas considerar "las causas profundas del conflicto mismo y pongan fin a la angustiosa crisis en Irak". 

El documento expresa la preocupación por los constantes esfuerzos realizados por el gobierno estadounidense para obtener apoyo de otros países con el objetivo de llevar a cabo una intervención armada en Irak.  

El Comité Central del CMI aprobó también una resolución sobre el proceso de paz en Sudán. El documento reconoce "los persistentes esfuerzos de las iglesias sudanesas para luchar por la paz a pesar de las muchas dificultades". Al mismo tiempo "acoge con beneplácito el Protocolo de Machakos y reitera su apoyo al proceso de paz de la IGAD". Además de instar a las iglesias miembros del CMI a continuar orando por la situación de este país africano, así como la necesidad de que ofrezcan su apoyo y aliento.  

Otra importante declaración aprobada fue una relacionada con la violencia en Colombia. El documento hace una denuncia al Plan Colombia y a todas aquellas estrategias que utilizan la fuerza para la resolución de conflictos. Solicita al gobierno tomar todas las medidas necesarias para respetar los derechos humanos. Insta a los gobiernos de la región a "que tomen las medidas posibles para favorecer la solución pacífica del conflicto civil en Colombia", así como a las ONGs de derechos humanos y las organizaciones vinculadas a las iglesias "a proteger y prestar asistencia a las víctimas así como a desarrollar programas de pacificación". 

Al mismo tiempo apela a las iglesias de los Estados Unidos a que intercedan ante su gobierno para que "cese de inmediato su intervención en el Plan Colombia", e insiste en que las iglesias, el Consejo Latinoamericano de Iglesias (CLAI) y otras iglesias apoyen "las iniciativas de paz y reconciliación".  

Otra serie de declaraciones están dedicadas a la situación de Asia Meridional, al conflicto de Israel y Palestina, así como a la situación de Indonesia, los efectos de los acontecimientos del 11 de septiembre y la situación en la Micronesia. 

En lo referente a Asia Meridional, se otorgó un énfasis especial a las tensiones entre India y Pakistán y a los conflictos étnicos y religiosos en países como Nepal, Sri Lanka y Bangladesh. 

En igual sentido, se presentó una respuesta ecuménica al conflicto israelo-palestino que reafirma el apoyo a las organizaciones israelíes y palestinas que "rechazan la lógica de la violencia y la ocupación". Condena igualmente la ocupación de instituciones religiosas "con fines militares o contrarios a su vocación religiosa". 

Se presentó una nota sobre la tragedia del 11 de septiembre, donde se reconocen las heridas y traumas que los sucesos provocaron en la vida de los ciudadanos estadounidenses, además de analizar algunos de los efectos que tales eventos han tenido sobre la paz, la seguridad internacional, el derecho internacional y el militarismo.  

Otra declaración sobre los Pactos de Libre Acción entre los Estados Federados de Micronesia, la República de las Islas Marshall y los Estados Unidos, se presentó para condenar las pruebas nucleares por los problemas de salud que ocasiona a los habitantes, en seguimiento a las temáticas trabajadas por la Asamblea de Vancouver.