Image
El Rev. Jacques Maury. Fotografía: Catherine Alt/CMI

El Rev. Jacques Maury. Fotografía: Catherine Alt/CMI

El Rev. Jacques Maury, un destacado protestante francés que presidió la Iglesia Reformada de Francia y, posteriormente, la Federación Protestante de Francia, ha fallecido a los 99 años.

El presidente de la Federación Protestante de Francia, el Rev. François Clavairoly, rindió homenaje a su predecesor, y recordó su compromiso con el ecumenismo, los vínculos que forjó con las iglesias miembros del Consejo Mundial de Iglesias (CMI), su interés por los jóvenes y los estudiantes, y su apoyo a los migrantes y extranjeros de Francia.

“En lo que al ecumenismo se refiere, Maury vivió todas las estaciones: desde la primavera que brotó a raíz del Concilio Vaticano II, hasta las estaciones más inciertas de los tiempos recientes”, afirma Clavairoly. “Sin duda, ayudó a los demás a entender el significado de la paciencia, la perseverancia y la sabiduría en este contexto”.

En enero, recuerda Clavairoly, Maury se sentó en la primera fila durante la reunión de Año Nuevo de la federación con dirigentes políticos. “Seguía los debates políticos actuales, y estaba más preocupado que nunca por el futuro de la democracia, y por la fidelidad y la vitalidad de su iglesia”.

Otro de los sucesores de Maury, el Rev. Jean Arnold de Clermont, habló de su “profundo reconocimiento por el camino que trazó en la historia de nuestra iglesia reformada, en el protestantismo francés y muchos otros ámbitos”.

Maury fue miembro de los comités Central y Ejecutivo del CMI y comoderador del Grupo Mixto de Trabajo del CMI y de la Iglesia Católica Romana, entre 1981 y 1990.

El secretario general interino del CMI, el Rev. Dr. Ioan Sauca, agradeció la labor de Maury en el movimiento ecuménico.

“Maury ofreció un apoyo incondicional al movimiento ecuménico, en épocas felices y en épocas de gran dificultad, y nos enseñó a todos el valor de la persistencia”, afirma Sauca. “Su respuesta cristiana combinó siempre la sabiduría y la compasión con una profunda necesidad de cuidar de todos nosotros”.

El Dr. Dwain Epps, antiguo director de la Comisión de las Iglesias para Asuntos Internacionales, escribió: “Añoraré que me llame tarde en la noche para ponerse al día de los últimos acontecimientos en el CMI o para consultarme sobre algo que había oído”.

El Dr. Tarek Mitri, antiguo profesional del ámbito de las relaciones interreligiosas, añade: “Jacques es inolvidable. Ha sido una presencia muy sensible. Lo recordaré siempre con reverencia. Dios ha resucitado”.

Georges Lemopoulos, antiguo secretario general adjunto, dijo: “Aprendí mucho de Jacques cuando fui nombrado secretario adjunto del Grupo Mixto de Trabajo. Recuerdo con gratitud sus consejos, basados siempre en su auténtica experiencia personal en la iglesia y en el ecumenismo. Visitaba el Consejo con mucha frecuencia y quería que tanto los recién llegados como los veteranos se lo contaran todo”.

Maury nació el 10 de noviembre de 1920 en Clamart, cerca de París. Su padre, Pierre Maury, fue un pionero del movimiento ecuménico único de la posguerra en la Federación Universal de Movimientos Estudiantiles Cristianos (FUMEC), junto a Willem Visser 't Hooft, quien luego sería el primer secretario general del CMI. El hermano de Jacques Maury, Philippe Maury, dirigió el departamento de comunicación del CMI entre 1957 y 1967.

Empezó a estudiar filosofía antes de la Segunda Guerra Mundial, y posteriormente, en 1940, retomó los estudios en la rama de teología, en la facultad protestante de Montpellier. En 1957, fue nombrado secretario general de la filial francesa de la FUMEC, cargo que ocupó hasta 1962, cuando se hizo pastor en Poitiers.

Durante esa etapa de su vida, Maury también se convirtió en un símbolo de superación y esperanza para las personas con discapacidad, tras perder una pierna debido a las secuelas de un accidente ferroviario.

También será recordado con gratitud por todos los participantes en el movimiento “Foyers Mixtes” (matrimonios mixtos). Fue uno de los fundadores del movimiento, desde 1963, y acompañó a las parejas mixtas con la misma pasión y entusiasmo durante muchos años.

Fue presidente del Consejo Nacional de la Iglesia Reformada de Francia entre 1968 y 1977, y luego de la Federación Protestante de Francia, entre 1977 y 1987. Entre 1989 y 1995, fue presidente de la CIMADE, originalmente una organización protestante francesa que trabajaba con migrantes, refugiados y solicitantes de asilo, y defendía sus derechos.

Tras su jubilación, visitaba con asiduidad las oficinas del CMI en Ginebra.