Toda persona que vive con VIH y SIDA debería tener acceso a los tratamientos brindados por la ciencia médica y las iglesias deben abogar por esta idea, dijo el comité central del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) en una declaración aprobada en la reunión que finaliza en el día de hoy. La declaración también desafía a las iglesias a un mayor compromiso para combatir la pandemia y acoger a las personas seropositivas en sus comunidades.

"Las comunidades de fe tienen la responsabilidad de luchar por que los tratamientos antirretrovirales, así como el tratamiento de otras infecciones oportunistas, sean accesibles y asequibles a todos" aquellos que los necesiten, afirma la declaración del comité central del CMI. "Por primera vez en la historia, el mundo posee los medios para invertir la tendencia de la epidemia mundial", señala la declaración.

El liderazgo de las iglesias es alentado a que "desempeñen su función de defensores de políticas justas y hagan a los gobiernos responsables de sus promesas". En particular, la declaración "pide a los gobiernos del G8 que cumplan sus promesas de financiación y acción para conseguir acceso universal a tratamiento, cuidado y apoyo para 2010".

Además, pide al sector privado, especialmente las empresas farmacéuticas, que "inviertan en las investigaciones necesarias" y "que aseguren que sus medicamentos destinados al tratamiento del VIH estén a disposición a bajo precio en los países de ingresos bajos y medios".

Miembros valiosos de la comunidad

El comité central del CMI reconoce que "aunque las iglesias han estado al frente de la atención y el apoyo de las personas afectadas por la pandemia, muchos de nosotros también hemos sido cómplices en la marginación y estigmatización de las personas que conviven con el VIH y el SIDA".

Por lo tanto exhorta a las iglesias a "continuar jugando un papel crítico en la superación de la pandemia mediante respuestas que estén matizadas por la compasión y cualificadas por la competencia". Entre ellas, menciona "aportar información completa y basada en pruebas sobre la prevención de la transmisión del VIH", así como "garantizar el acceso a servicios de análisis y asesoramiento voluntarios y confidenciales".

El comité central del CMI también hace un llamamiento a las iglesias y a los cristianos para que "fomenten una intervención y participación más intensas y significativas de las personas que conviven con el VIH y el SIDA", así como también "la aceptación por parte de las iglesias de las personas que conviven con VIH y SIDA". Ellos son "miembros valiosos de la comunidad", afirma la declaración.

Reflexión en curso

La declaración reconoce que hay "aspectos de la respuesta de las iglesias al VIH y el SIDA en los que hay continuo desacuerdo".

Por lo tanto, si bien reconoce la "responsabilidad de todos de protegerse a sí mismos mediante la práctica de la abstinencia fuera del matrimonio, la fidelidad en el matrimonio y un modo de vida saludable que incluya el rechazo al consumo de drogas", también requiere una "reflexión ecuménica contínua" sobre "la respuesta a quienes, en contra del testimonio [de las iglesias], participan en actividades sexuales de alto riesgo o consumen drogas, [respuesta que incluye] los medios apropiados para la prevención".

El comité central del CMI exhorta a las iglesias a fomentar "una reflexión teológica y ética más profunda sobre el VIH y el SIDA", así como también "estimular debates abiertos e incluyentes sobre cuestiones relacionadas con la sexualidad, la violencia de género y la utilización de drogas intravenosas, a fin de que las personas y las comunidades tengan la capacidad para ser menos vulnerable al VIH".

El SIDA, que causa ocho mil muertes diarias y ha dejado huérfanos a 13 millones de niños y niñas, "continúa representando una grave amenaza para la humanidad". El hecho de que muchas personas sigan estando "mal informadas" y por lo tanto "no estén equipadas para prevenir esta enfermedad eminentemente evitable" hace "imperativo comprometerse y trabajar por superar los virus de la ignorancia, la disidencia y el miedo".

La "Declaración sobre la respuesta compasiva de las iglesias al VIH y al SIDA" es la tercera emitida por el comité central del CMI en su historia. La primera fue aprobada 1986 y la segunda en 1996.

"Declaración sobre la respuesta compasiva de las iglesias al VIH y al SIDA" del comité central se encuentra (en inglés) 

Más información sobre la reunión del comité central del CMI

Más información sobre el trabajo del CMI sobre VIH/SIDA

Información sobre la Iniciativa Ecuménica sobre VIH/SIDA en África (EHAIA)