"La capacidad del movimiento ecuménico para responder a los desafíos del mundo actual depende en gran medida de la creación de redes y de formas de cooperación más creativas y orientadas al futuro", dijo ayer el Rev. Dr. Samuel Kobia, secretario general del Consejo Mundial de Iglesias (CMI), en la primera asamblea de ACT para el Desarrollo, una nueva alianza de iglesias y organizaciones relacionadas que trabajan en materia de desarrollo.

La asamblea se celebra del 6 al 7 de febrero de 2007 en Nairobi, Kenya, tras un proceso de consulta con contrapartes interesadas que ha durado dos años. ACT (Acción Conjunta de las Iglesias) para el Desarrollo reúne a iglesias y organizaciones relacionadas que tienen el mandato de trabajar para erradicar la pobreza, la injusticia y el abuso de los derechos humanos, con especial énfasis en el desarrollo a largo plazo. La nueva alianza se convierte, de este modo, en una de las mayores redes para el desarrollo que existe en el mundo.

"Una nueva realidad marcada por la globalización económica" y una "clara evolución en el pensamiento que ha pasado de la ayuda de emergencia al desarrollo" han hecho de la plataforma común de los ministerios especializados de las iglesias activos en materia de desarrollo algo que "debería haberse creado mucho antes", recalcó Kobia. ACT para el Desarrollo permitirá una "mayor y más cuidadosa cooperación entre [esos] ministerios especializados y con el CMI, sus iglesias miembros y organizaciones ecuménicas asociadas".

Entre otras ventajas, se espera que la nueva alianza proporcione una mayor "visibilidad en el terreno mundial", lo que a su vez debería posibilitar que sus miembros tuvieran "más éxito a la hora de recaudar fondos", dijo Kobia. Para que esto ocurra, los participantes de la alianza tendrán la oportunidad y la obligación de trabajar bajo una marca común, ACT para el Desarrollo, que se espera llegue a ser sinónimo de una labor de desarrollo de alta calidad y de alcance mundial.

Además de utilizar la marca conjunta en su trabajo, los participantes deben comprometerse con los valores de la alianza, con un código de buenas prácticas, y con la transparencia y la mutua rendición de cuentas. No obstante, la alianza no será un mecanismo para canalizar fondos entre donantes e implementadores. Al contrario, los participantes continuarán decidiendo a quién apoyan y de quién reciben fondos.

Un largo y tortuoso camino

"Me complace comprobar que ha prevalecido la razón", dijo Kobia. Aludiendo a los esfuerzos que fueron necesarios para que el CMI y los ministerios especializados de las iglesias llegaran al presente acuerdo, el secretario general del CMI admitió que a éste le había resultado difícil comprender las "necesidades incipientes de los ministerios especializados" y abrirles espacio. En lo que respecta a la colaboración entre los ministerios especializados, ésta había sido "obstaculizada, sino socavada por el marcado interés propio de las organizaciones".

"Los asociados nos necesitamos mutuamente dentro del movimiento ecuménico, con las funciones y responsabilidades específicas de cada uno", declaró Kobia. La creación de ACT para el Desarrollo representa "un gran paso" y "resultará beneficiosa para nuestros asociados a nivel local y nacional".

Al "recibir a ACT para el Desarrollo en la familia ecuménica", el CMI se convierte en convocador de un grupo directivo que supervisa su creación a fin de garantizar la coherencia del movimiento ecuménico. También convocará y moderará el comité ejecutivo de la alianza durante sus primeros años, proporcionándole al mismo tiempo una sede institucional y una plataforma para el análisis y la reflexión. Luego, el CMI mantendrá un puesto permanente ex oficio en el comité.

Kobia reconoció que persisten algunas inquietudes que deben ser tomadas "seriamente", entre ellas, la función específica del CMI, la posible competencia, el compromiso real de los ministerios especializados de trabajar juntos y el peligro de que la lógica de una ONG se imponga a la responsabilidad ecuménica. Sin embargo, insistió en que el CMI está comprometido a "utilizar su posición para proporcionar asistencia a la creación y desarrollo de un instrumento especializado que, se espera, beneficie al movimiento ecuménico en su conjunto".

Se espera que la alianza mantenga una estrecha relación con ACT International -el organismo de coordinación del socorro de emergencia relacionado con el CMI- y con la Alianza Ecuménica de Acción Mundial. El CMI está preparado para "buscar lazos más estrechos entre estas tres organizaciones a fin de que llegue pronto el momento en que sólo haya una entidad ecuménica que lleve el nombre de ACT", afirmó Kobia.

Cualquier iglesia miembro del CMI, departamento eclesial, ministerio u organismo relacionados que tenga por mandato la cooperación en materia de desarrollo puede solicitar su adhesión a ACT para el Desarrollo.

Dispondrá de más información sobre ACT para el Desarrollo en:

www.oikoumene.org/es/activities/act-para-el-desarrollo.html