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En medio de la extensa devastación causada por el ciclón Nargis, las instituciones teológicas de Myanmar no se libraron de sufrir daños y pérdidas.
"Hay tanto sufrimiento, tristeza y pérdidas", dijo el pastor Peter Joseph, secretario ejecutivo de la Asociación para la Educación Teológica en Myanmar, hablando en Ginebra el miércoles sobre las consecuencias del ciclón que azotó su país el 2 de mayo. Según cifras de las Naciones Unidas, perecieron más de 77.000 personas, hay más de 55.000 desaparecidos y 150.000 desplazados, y el número de afectados asciende a 2,4 millones.
"Dos de nuestros alumnos murieron en el Delta de Irrawaddy", informó Joseph. "No tenemos escuelas de teología allí, pero se hallaban en destinos de vacaciones, trabajando en sus iglesias en lo que llamamos educación sobre el terreno."
Once de las 32 instituciones teológicas que son miembros de la Asociación se hallan en la zona de Rangoon. La mayoría de ellas sufrieron daños y no podrán abrir para el nuevo año académico, que suele comenzar en junio. "Las más afectadas están tratando de reconstruir sus instalaciones lo más rápidamente posible con ayuda de las iglesias y de colegas de lugares cercanos y lejanos", dijo Joseph.
En medio de la devastación, las iglesias están luchando por ayudar a las personas necesitadas. "Las iglesias están movilizando a jóvenes de sus congregaciones para que ayuden a limpiar los lugares damnificados en Rangoon y presten servicios en otras zonas afectadas", informa Joseph, que es el párroco de la iglesia bautista Immanuel Telugu.
Esas personas no están solas. Organizaciones locales están movilizando a centenares de voluntarios y están proporcionando socorros en Rangoon y en la región del Delta, informó hoy la alianza mundial, Acción Conjunta de las Iglesias (ACT) Internacional.
"Cada día se envía ayuda y las organizaciones locales están atendiendo a miles de personas", dijo un representante de la ACT. Por medio de redes ya establecidas de organizaciones de base comunitaria, los miembros de la ACT han ayudado a más de 100.000 personas desde los días inmediatamente siguientes al ciclón.
"Los efectos de la destrucción se ven casi en todas partes... Pero lo que es sorprendente son los mecanismos para afrontar la crisis de que dispone la población birmana," explicó un representante de la ACT.
Asociación para la Educación Teológica en Myanmar (en inglés)