Por Annegret Kapp (*)

En Sri Lanka, el conflicto entre el ejército y los rebeldes tamiles tiene a la población civil entre la espada y la pared. Mientras el mundo mira para otro lado, cristianos activos en tareas de incidencia pública a nivel internacional piden que las iglesias insistan en que se preste atención a las víctimas atrapadas en la violencia.

Desde hace varios años, Sri Lanka es escenario de una guerra civil entre un gobierno dominado por la población mayoritaria cingalesa y rebeldes que pretenden defender los derechos de la minoría tamil. Los defensores de los derechos humanos se quejan de que esta guerra se está combatiendo a expensas de la población civil, en perjuicio de las personas desplazadas detenidas en campamentos que no pueden proveer a sus necesidades básicas, de los niños secuestrados para ser reclutados como soldados y de otros habitantes de las zonas de combate que son utilizados como escudos humanos por los rebeldes.

Representantes de iglesias, agrupaciones ecuménicas y organizaciones no gubernamentales examinaron el conflicto étnico de Sri Lanka en una sesión de la cuarta Semana de Incidencia Pública en las Naciones Unidas, patrocinada por el Consejo Mundial de Iglesias (CMI), que se celebró en la ciudad de Nueva York del 16 al 21 de noviembre.

Rohan Edirisinha, laico anglicano de Sri Lanka, presentó perspectivas para una solución política negociada. Según Edirisinha, que fue presidente de la Comisión de Justicia y Paz del Consejo Cristiano Nacional de Sri Lanka, el enfoque militarista del gobierno actual, centrado en derrotar a las fuerzas rebeldes tamiles en el campo de batalla, suscita dudas con respecto a las posibilidades efectivas de una tal solución.

El discurso político nacional, afirma Edirisinha, glorifica lo militar y se centra en la derrota de las fuerzas rebeldes y la reconquista de las zonas que éstos controlan. Como experto en derecho constitucional, defendió que "una constitución federal con [salvaguardias para] la descentralización del poder, y que combine un gobierno compartido con el autogobierno, debería ser la base de una solución política justa para la actual guerra de Sri Lanka".

El ex primer ministro de Noruega, Kjell Bondevik, que actuó como moderador de la reunión, afirmó la responsabilidad de las iglesias en la defensa de una solución negociada. El gobierno de Bondevik actuó como mediador de un alto el fuego en Sri Lanka en 2002, que fue abandonado completamente el pasado enero tras repetidas violaciones por ambas partes. Actualmente, Bondevik es moderador de la Comisión de las Iglesias para Asuntos Internacionales del CMI.

Los cristianos representan el nueve por ciento de los 19 millones de habitantes de Sri Lanka. Son la única comunidad religiosa que se halla presente en los dos lados de la división étnica entre los de habla cingalesa, en su mayoría predominantemente budistas, y los tamiles, que son predominantemente hindúes.

La unidad de la iglesia reviste una especial importancia para el testimonio cristiano en favor de la paz en Sri Lanka. Hay en el país una gran diversidad de denominaciones como consecuencia de varias oleadas misioneras, algunas de ellas relacionados con los antiguos poderes coloniales (Portugal, los Países Bajos y Gran Bretaña). Si las iglesias no hablan con una sola voz, su testimonio pierde fuerza.

Solidaridad ecuménica en la región y en el mundo

En el evento de Nueva York representantes de iglesias de todo el mundo expresaron su solidaridad con el pueblo de Sri Lanka.

Jochen Motte, de la Misión Evangélica Unida (Alemania), compartió sus impresiones de una reciente visita a Jaffna. En esta zona del norte altamente militarizada, la población civil sufre las consecuencias de las restricciones impuestas por el ejército. Destacó, como ejemplo, que "los pescadores son felices si consiguen un permiso para ir a pescar una o dos veces por semana, pero aún entonces no deben alejarse a más de dos kilómetros, so pena de ser tiroteados por los soldados".

El canónigo Grace Kaiso, del Consejo Cristiano Unido de Uganda, recomendó a las iglesias de Sri Lanka "que insistan en exigir una solución negociada, no militar. Durante 15 años, [en Uganda] nosotros repetimos este mismo estribillo y, por último, lo conseguimos".

Medidas adoptadas por el gobierno de Sri Lanka, como documentos de identidad especiales para los tamiles - lo que implica una discriminación - así como la ideología subyacente de supremacía racial, evocan recuerdos terribles a los veteranos de la lucha contra el apartheid. Pero como Sudáfrica tiene relaciones comerciales con Sri Lanka, se puede ver esta conexión como una posible apertura para la incidencia pública.

Como prioridad para la incidencia pública internacional de las iglesias en favor de Sri Lanka, se señaló la necesidad de comunicar las violaciones de los derechos humanos a los organismos de las Naciones Unidas y a los gobiernos, especialmente en el sur. Mientras los países occidentales tienen poca influencia en el gobierno de Sri Lanka, las críticas de los países que han pasado por situaciones similares podrían ser más eficaces.

En relación con los objetivos de incidencia pública que fueron objeto de debate, se hicieron propuestas relativas a procedimientos apropiados para la desmovilización de los niños soldados, que actualmente terminan en prisión cuando son capturados, y un llamamiento para que un grupo de trabajo de las Naciones Unidas sobre Sri Lanka visite el país y obtenga información de primera mano sobre la situación.

(*) Annegret Kapp, editora de la web del CMI, es miembro de la Iglesia Evangélica de Württemberg, Alemania.

El CMI y Sri Lanka

El proyecto del CMI "Acompañar a las iglesias en situaciones de conflicto" apoya a los cristianos de Sri Lanka en sus esfuerzos para construir alianzas en favor de la paz con personas de otras creencias, especialmente líderes budistas, y presionar para conseguir una solución negociada al conflicto.

El Comité Ejecutivo del CMI, en una declaración realizada durante su última reunión de septiembre, expresó su preocupación por la escalada de la violencia en Sri Lanka e instó a la comunidad ecuménica a sostener con sus oraciones al pueblo y a las iglesias de Sri Lanka.

Las visitas de solidaridad realizadas por una delegación ecuménica internacional de Cartas Vivas en 2007 y por el Secretario General del CMI pastor Dr. Samuel Kobia, a mediados de octubre, han dado una expresión concreta a la preocupación del Consejo.

Iglesias miembros del CMI en Sri Lanka (en inglés)

Más sobre la Semana de Incidencia Pública en las Naciones Unidas patrocinada por el CMI

Proyecto del CMI "Acompañar a las iglesias en situaciones de conflicto"

Consejo Cristiano Nacional de Sri Lanka