Poco después del inicio de cada año, cristianos de todo el mundo oran por la unidad de la iglesia. La Semana de oración por la unidad de los cristianos, que tradicionalmente se celebra del 18 al 25 de enero, se inspira en recursos facilitados conjuntamente por el Consejo Mundial de Iglesias (CMI) y el Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos de la Iglesia Católica Romana. Los materiales para enero de 2011 han sido preparados en colaboración con las iglesias de Jerusalén.

“En el contexto actual de desesperanza y sufrimiento, las iglesias de Jerusalén muestran determinación y ofrecen, junto con la iglesia mundial, un testimonio en favor de una paz justa en la ciudad de la paz”, dijo el secretario general del CMI, pastor Dr. Olav Fykse Tveit, en un sermón pronunciado en el Centro Ecuménico en Ginebra durante un culto organizado por las iglesias de la ciudad. El servicio de oración, que tuvo lugar el miércoles 19 de enero por la tarde, incluyó música tradicional de Oriente Medio y fue oficiado por dirigentes de las iglesias locales. El acto contó con la presencia de más de 200 personas.

Tveit observó que la descripción del Nuevo Testamento de la iglesia de Jerusalén explica “la unidad original de los primeros creyentes en Jesús. Ser uno significa estar juntos, partir el pan, alabar a Dios, pero también dar y compartir, en función de las necesidades de las personas”. Tveit dijo que la imagen de compartir en torno a la mesa era una imagen impresionante que “da una gran energía espiritual” a los esfuerzos ecuménicos.

“La mesa también es un lugar y un espacio que nos insta a pensar en la justicia y el modo en que los alimentos y el acceso al poder se comparten en el mundo, sobre todo en una época en que la especulación en los precios de los alimentos tendrá como consecuencia que los más pobres se empobrezcan aún más y pasen hambre”, prosiguió el secretario general del CMI.

Tveit advirtió que “lamentablemente todavía existe una mesa en la que, como cristianos, todavía no podemos comer juntos”, refiriéndose a las diferencias entre las iglesias que hacen que todos los cristianos no puedan compartir juntos la eucaristía. “Sin embargo, aquí también, el testimonio de los cristianos de Jerusalén, la iglesia madre de todos nosotros, nos puede ayudar, ya que nos muestra que es posible trabajar juntos a pesar de las divisiones, hacer llamamientos proféticos en favor de la justicia y la paz, e intentar llevar a cabo una acción conjunta”.

En el culto celebrado en Ginebra, el padre Mikhail Megally de la congregación ortodoxa copta agradeció a las otras iglesias locales el apoyo que han manifestado tras los violentos ataques perpetrados contra la comunidad copta en Egipto. Megally dijo a la asamblea que “los coptos son hijos de Oriente Medio. Pertenecen a esta región y forman parte de su identidad y su desarrollo. No podemos imaginar Egipto ni Oriente Medio sin sus cristianos”.

Texto completo del sermón del secretario general del CMI (en inglés)

Texto completo de los comentarios introductorios del padre Mikhail Megally (pdf, en francés con una traducción al inglés)