Con alrededor de 850 millones de personas padeciendo hambre en el mundo, de las cuales 90 por ciento viven en países en desarrollo, "el escándalo del hambre exige la atención inmediata de las iglesias", afirmó el secretario general del Consejo Mundial de Iglesias (CMI), pastor Dr. Samuel Kobia, en una declaración publicada el jueves.

Dado que "la seguridad alimentaria para todos es uno de los mayores problemas con que se enfrenta la humanidad", afirma Kobia, el CMI, "profundamente preocupado e indignado por esta insostenible situación", pide a las iglesias que "formulen y ejecuten programas que busquen afrontar el hambre y sus causas estructurales". Entre otras iniciativas, "se pide a las iglesias que eleven su voz contra la producción de agrocombustibles a expensas de la producción de alimentos y del medio ambiente".

Kobia elogió la determinación demostrada por los líderes mundiales en la Conferencia de Alto Nivel sobre Seguridad Alimentaria Mundial celebrada en Roma, del 3 al 5 de junio de 2008, "al afrontar los efectos del cambio climático en la producción alimentaria y la bioenergía, y tratar de resolver los problemas que plantea esta situación para el logro de la seguridad alimentaria mundial". Tras elogiar la iniciativa, expresó la esperanza de que los líderes mundiales "demuestren su compromiso de actuar contra el hambre y la pobreza y que de ello se derive la adopción de medidas oportunas".

Según la declaración del CMI, la "causa primordial" de la crisis alimentaria mundial son "las actividades humanas inapropiadas, que han inducido el cambio climático y han hecho que se disparen los precios de los alimentos". Como los comportamientos que han causado la pobreza, el hambre y el cambio climático están "provocados por la codicia", Kobia afirmó que "hay que desafiar a la humanidad para que supere su codicia".

Esto implica poner en tela de juicio el "paradigma de desarrollo predominante", que impulsa el mercado como el principal mecanismo "para coordinar la producción y distribución de alimentos", cuando, en realidad, es ese mismo mecanismo el "responsable de proporcionar incentivos a empresas avariciosas, que especulan con los precios de los productos básicos (incluidos los alimentos) y del petróleo".

Kobia anunció que el comité ejecutivo del CMI tratará la cuestión de la crisis de alimentos en su próxima reunión de septiembre de 2008. Para que las iglesias cumplan de manera eficaz su "función esencial" en este respecto, "deben afrontar juntas la crisis mundial de alimentos", afirmó.

Texto completo (en inglés) de la declaración del secretario general del CMI "Alimentos y Fe"

Reportaje (en inglés) sobre la respuesta de las iglesias a la crisis alimentaria