"Escuchen a los científicos y el clamor de la Tierra y atiendan a la realidad del cambio climático con la extrema urgencia que requiere", es el llamamiento del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) a los delegados a la segunda reunión de las Partes en el Protocolo de Kyoto (MOP2) y en la simultánea duodécima reunión de la Conferencia de las Partes en la Convención sobre el Cambio Climático (COP12).

Ambas reuniones tienen lugar en Nairobi del 6 al 17 de noviembre de 2006; como en todas las anteriores COP, el CMI está presente con un equipo ecuménico de representantes de comunidades de fe y de agencias ecuménicas de ayuda y desarrollo.

La declaración del CMI presentada hoy al Sector Ministerial de Alto Nivel de la COP12, recalca que "las naciones ricas e industrializadas utilizan mucho más de lo que equitativamente les corresponde del patrimonio atmosférico mundial". Por consiguiente no sólo deben "compensar plenamente" a otras naciones "por los costos de adaptación al cambio climático", sino también reducir drásticamente sus propias emisiones "para asegurar la satisfacción de las legítimas necesidades de desarrollo de los pobres del mundo".

La declaración se ocupa especialmente de la situación en Africa y el Pacífico. En esta última región "iglesias y comunidades [...] han implementado iniciativas para enfrentar el tema del cambio climático a su manera y con sus propios medios". En Africa, el CMI está trabajando junto a agencias ecuménicas de ayuda y desarrollo "en una variedad de proyectos comunitarios que enfrentan las consecuencias del cambio climático, en especial problemas relacionados con el agua". Además, la declaración sostiene que las organizaciones de inspiración religiosa en Africa y el Pacífico "son conscientes de la relación entre cambio climático y los desastres en ambas regiones".

La declaración es presentada por el Dr Jesse Mugambi, de la Universidad de Nairobi. La declaración afirma que los habitantes de Kenya dependen "de la nieve y los glaciaresdel Monte Kenya y del Monte Kilimanjaro como fuentes indispensables de agua" para cultivar sus alimentos y saciar la sed. Pero, testifica, "las nieves que cubrían la montaña durante generaciones casi han desaparecido. Las lluvias son cada vez menos previsibles. Se alternan sequías y fuertes tormentas, haciendo que la agricultura sea menos sostenible."

"El desarrollo equitativo para todos es posible sin dejar de mantener la integridad ecológica de la biosfera. Las comunidades de fe se ocupan del cambio climático porque es un asunto espiritual y ético que atañe a la justicia, equidad, solidaridad, autonomía y sustentabilidad. La situación es crítica. Todos debemos actuar ya", concluye la declaración.

El texto completo (en inglés) de la declaración del CMI a las COP12/MOP2

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