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 El Obispo Staccato Powell en el Comité de Planificación de la Asamblea del CMI en Chipre, 2019. Foto: Marianne Ejdersten / CMI

El Obispo Staccato Powell en el Comité de Planificación de la Asamblea del CMI en Chipre, 2019. Foto: Marianne Ejdersten / CMI

El obispo Staccato Powell es el presidente del Consejo de Obispos de la Iglesia Metodista Episcopal Africana de Sión, una de las iglesias fundadoras del Consejo Mundial de Iglesias (CMI). Durante los muchos años que ha prestado servicio al CMI, ha participado en cuatro Asambleas y ha sido miembro de muchos órganos rectores, incluido del Comité Central actual.

¿Cuál ha sido el principal desafío al que se han enfrentado durante la observancia de la Semana Santa y la celebración de la Pascua?

Obispo Powell: En nuestra tradición, estamos acostumbrados a congregarnos y reunirnos durante la Semana Santa. En muchos casos, lo habitual es que varias iglesias se reúnan cada día para celebrar juntas los cultos vespertinos. El Viernes Santo, los creyentes suelen congregarse para la predicación de las siete últimas palabras, y luego participan en un servicio al amanecer de la Pascua. Esto se hace además del culto regular de Pascua. Algunas personas solo vienen a la iglesia por Navidad, el Día de la Madre y el Domingo de Pascua. Por lo tanto, el hecho de que la gente no pudiera reunirse en el sentido tradicional fue bastante difícil.

¿Cuál fue su mensaje a su iglesia?

Obispo Powell: Debemos tener el propósito de acercarnos unos a otros, sea por teléfono, a través de la comunicación digital o de las plataformas de las redes sociales. En mi generación, hay gente que sigue prefiriendo hablar a enviar mensajes de texto, mientras que los mileniales y los de la generación X pueden estar sentados uno al lado del otro y sentirse cómodos enviando mensajes de texto en vez de hablando. Pero estamos obligados a encontrar otras maneras de comunicar.

Una de las cosas que estamos haciendo para mantener a los creyentes conectados y centrados en la fe es realizar llamadas telefónicas para las oraciones diarias. Ya estábamos haciendo estas llamadas antes de la pandemia del coronavirus, pero ahora han aumentado exponencialmente. También nos hemos dado cuenta de que a menudo la gente alarga las llamadas, tanto antes como después de la oración, simplemente para conversar y confraternizar virtualmente con una persona fuera de su hogar. Muchas de las personas que hablan por teléfono no se conocen personalmente, pero se han familiarizado con los nombres y las voces que escuchan en la llamada a la oración.

Esta koinonía da lugar a la creación de comunidades en torno a actividades ministeriales como la oración. Es algo que resulta valioso para la gente. Sabemos lo solas que pueden sentirse las personas confinadas en casa. Este período nos ha mostrado a muchos de nosotros lo que realmente significa estar aislados, y lo que la oración puede aportarnos en una época de soledad. En este sentido, estamos experimentando un reavivamiento de la fe.

Como Consejo Mundial de Iglesias, ¿qué oraciones podemos ofrecerles?

Obispo Powell: Pedimos a nuestras hermanas y hermanos del Consejo Mundial de Iglesias sus más fervientes oraciones. Esta preocupación sanitaria mundial del coronavirus (COVID-19) afecta a la población de diversas maneras. Muchas personas tienen miedo de contraer el virus; han visto familiares, amigos y seres queridos infectados que han sucumbido a la enfermedad.

Lo que más necesitamos es la oración permanente para que el Espíritu Santo nos ampare y no nos sobrevenga ningún mal en nuestras moradas. Oramos a un Dios bondadoso y amoroso, que nos protege de una forma única. Confiamos en que, en estos tiempos, nos dará refugio bajo sus alas. Esta es una oración que se puede ofrecer independientemente de nuestra comunión o tradición religiosa. Es una oración ecuménica para todos nosotros que abrazamos las promesas y exigencias de Cristo.

Iglesia Metodista Episcopal Africana de Sión

Página web del CMI "Cómo afrontar el coronavirus"