El CMI puede ser y sigue siendo actualmente profético,” dijo el Dr. Walter Altmann, moderador del Comité Central del Consejo Mundial de Iglesias (CMI), en su reflexión sobre las vicisitudes del movimiento ecuménico y sobre la identidad del CMI.

El 29 de agosto, en una sesión del Comité Central, Altmann dijo que el movimiento ecuménico, tradicionalmente simbolizado como un barco, debe seguir “navegando”, y se refirió a que su peregrinación conduce hacia “la transformación y la erradicación de la injusticia”. Los 150 miembros del Comité Central están actualmente reunidos en la Academia Ortodoxa de Creta en Kolympari, Grecia.

Altmann dijo que el proceso de estudio del CMI denominado AGAPE (Globalización alternativa para los pueblos y la Tierra) ha demostrado que “la principal estructura económica global muestra una realidad que excluye a la mayoría, beneficia a unos pocos privilegiados, y destruye los recursos naturales de la tierra”. Y expresó que las conclusiones del estudio AGAPE son muy importantes para la actual crisis financiera europea.

Dijo además: “Estamos reunidos en Grecia, el país más duramente golpeado por la crisis en la comunidad del euro. Independientemente de los errores que se hayan cometido debido a la práctica política de Grecia, no cabe duda de que estuvieron asociados a la política mundial de mercados sin trabas y de especulación financiera sin límites”.

Altmann añadió que “muchas, por no decir la mayoría, de las declaraciones del documento de referencia AGAPE acerca de las consecuencias actuales y posibles de la injusticia económica lamentablemente resultaron ser verdad en los últimos años”.

Al hablar del llamamiento de las iglesias en favor de un firme y eficaz tratado sobre el comercio de armas, Altmann expresó su esperanza en el proceso a pesar del aplazamiento de las negociaciones en la Conferencia de las Naciones Unidas acerca del Tratado sobre el comercio de armas, celebrada en julio de este año. Altamnn encabezó la delegación ecuménica que participó en la Conferencia de las Naciones Unidas en Nueva York.

“Durante muchos años las iglesias de todo el mundo han estado reclamando un tratado sobre el comercio de armas que proteja a las personas de las exportaciones irresponsables de armas. No hemos de renunciar a esta reivindicación” observó Altmann, citando un pasaje del mensaje del secretario general del CMI, Dr. Olav Fykse Tveit, al terminar la conferencia sobre el tratado.

Del mismo modo, Altmann expresó su comprensión por la frustración que muchos sienten por la falta de un compromiso firme respecto de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible, conocida también como Rio+20. Eso no le impidió referirse a los aspectos positivos de esa conferencia.

Y dijo al respecto: “Una vez más nosotros, en tanto CMI, juntamente con otras organizaciones afiliadas como la Alianza Ecuménica para la Acción Mundial y la Alianza de ACT, destacamos los aspectos positivos del documento final de Rio + 20, entre otros la adopción de un lenguaje que afirma los derechos, en particular a algunos muy específicos, como el derecho al agua potable y al saneamiento”.

Y continuó diciendo que “el documento final de Rio ofrece suficiente material a nuestras organizaciones para que puedan continuar la labor de defensa y promoción de derechos en torno a los temas estrechamente unidos de derechos humanos y medioambientales”.

Asimismo Altmann expresó su valoración del Concilio Vaticano II en su informe y dijo: “No cabe duda de que el Concilio Vaticano II recibió en gran medida el aporte de la investigación bíblica y teológica que tuvo lugar durante esos años, en particular en los debates sobre la Tradición en la Comisión de Fe y Constitución.”

Se refirió a las iniciativas ecuménicas en colaboración con la Iglesia Católica Romana diciendo que son pasos importantes hacia el reconocimiento mutuo en el camino hacia la unidad de los cristianos.

Al hablar de las luchas de las iglesias por la justicia, la paz y la transformación, Altmann hizo una reflexión sobre el tema de la próxima 10 Asamblea del CMI que se celebrará en Busan, Corea.

“El tema de la Asamblea: 'Dios de vida, condúcenos a la justicia y la paz' es una invocación a Dios, sabiendo que estamos en medio del camino, y que no podemos quedarnos quietos. Y no debemos resistir, sino, por el contrario, debemos dejar que Dios nos impulse hacia adelante en el camino de justicia y de paz”.

Texto integral del discurso del Moderador

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