Image
Image of neighbourhood in rubbles after a bomb hits the ground.

Barrio reducido a escombros cerca del hospital de Al Shifa en Gaza, abril de 2024.

El ataque ha llevado a varias organizaciones caritativas a suspender la entrega de alimentos a palestinos que están al borde de la hambruna.

La muerte de estos siete trabajadores humanitarios amenaza con hacer retroceder los esfuerzos desplegados para abrir un corredor marítimo desde Chipre que permita aliviar las condiciones desesperadas en Gaza. 

En un informe del mes pasado apoyado por la ONU se afirma que “se prevé” una hambruna “inminente” en la mitad septentrional de Gaza, y según Oxfam, desde diciembre, el número de personas en el territorio palestino que padece “niveles catastróficos” de hambre ha casi doblado. 

Asimismo, según la ONU, desde el inicio de la guerra entre Israel y Hamás, más de 200 trabajadores humanitarios han sido asesinados en Gaza. 

En un conflicto, el personal humanitario no debe convertirse nunca en un blanco, dijo Pillay. “Es trágico que personas que dedican su tiempo a servir a los demás tengan que perder su propia vida. Estos ataques que se cobran la vida de personas inocentes son totalmente inaceptables y no pueden justificarse a ningún nivel. “Invitamos a todas las iglesias miembros del CMI a unir sus voces para orar por la justicia, la paz y la reconciliación en Gaza”.

Pillay concluyó diciendo: “El 25 de marzo el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó una ansiada resolución sobre Gaza, en la que pedía un alto el fuego urgente y la liberación inmediata de todos los rehenes. Esta resolución debe aplicarse y estas matanzas sin sentido deben cesar”.