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children in a public manifestation for climate justice

5 de noviembre de 2021, Glasgow, Escocia (Reino Unido): Una niña sujeta una pancarta en la que se lee “El capitalismo está matando el planeta”, en respuesta al llamado ‘#UprootTheSystem’ (desmantelar el sistema) lanzado por el movimiento Fridays for Future (Viernes por el Futuro) que congregó a decenas de miles de personas de toda condición en una huelga por el clima en Glasgow el 5 de noviembre, el Día de la Juventud y el Empoderamiento Público en el marco de la COP26. El lema de la jornada era “tratar de abordar las causas profundas de las crisis ecológicas y sociales, situando a las personas y las zonas más afectadas en el centro de la batalla, y luchar por una sociedad que anteponga las personas y el planeta a los beneficios”. La huelga tuvo lugar mientras Glasgow acogía la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático COP26, una cumbre que reunió a los dirigentes mundiales para negociar una respuesta a la crisis climática actual.

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“No tenemos nada en contra de las empresas; al fin y al cabo, ¡nuestros padres trabajan en ellas!”, afirmó. “Solo pedimos inversiones sostenibles”.

Si los niños no tienen miedo a “seguir la pista al dinero”, ¿tienen miedo los adultos? ¿Y las iglesias? ¿Y los gobiernos?

Más de 300 participantes en un seminario web, titulado “Salvar las vidas de los niños: una banca responsable – Guía de supervivencia para los actores religiosos y sus asociados: cómo utilizar nuestro poder como clientes bancarios para detener las bombas de carbono”, trataron de responder a estas difíciles preguntas y encontrar una solución.

El evento, coorganizado por el Consejo Mundial de Iglesias, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la Iniciativa Conjunta de Aprendizaje sobre las Comunidades Religiosas Locales (JLI, por sus siglas en inglés) y el Movimiento Laudato Si, consistió en un seminario orientado a la acción en aras de la supervivencia de los niños y de las generaciones venideras, a la luz de los últimos hallazgos divulgados por los principales científicos.

La Prof.ª Dra. Patricia Mbote, directora de la División de Derecho del PNUMA, inauguró el seminario web reflexionado acerca de la responsabilidad moral de los actores religiosos a la hora de garantizar que sus acciones se ajusten a sus valores y creencias. “Las acciones también abarcan las prácticas financieras”, dijo. “Los sectores financiero y bancario tienen un impacto significativo en el medio ambiente y en las comunidades vulnerables”, afirmó.

Pero, ¿cuánta gente lo sabe?

Cuando la activista cristiana del cambio climático Jessica Bwali, comoderadora del seminario web, preguntó “¿En qué medida están familiarizados con el papel que juegan los clientes de los bancos a la hora de responder a la emergencia climática?”, los participantes, a través de una encuesta interactiva, mostraron tener una amplia gama de conocimientos, y todos manifestaron el deseo de aprender más.

Según Paloma Escudero, asesora especial para UNICEF en materia de defensa de los niños y la acción por el clima, se necesita desesperadamente más educación al respecto. “El cambio climático supone un riesgo sumamente elevado para mil millones de niños”, explicó. “Veinticuatro de los treinta y tres países más afectados por la crisis climática están en el África subsahariana”.

De las preguntas indagatorias surgieron nuevas ideas sobre cómo ayudar a estos niños vulnerables. La responsable del programa del CMI para los Derechos del Niño, Frédérique Seidel, que inició y comoderó el seminario web, preguntó: “¿Por qué una banca responsable con el clima es un imperativo moral?”.

Entre otros motivos, es un imperativo moral porque muchos bancos se niegan a reconocer su papel en la concesión de apoyos económicos que conducen a un mundo insostenible, dijo Shawna Foster de la Red de Acción de la Selva Tropical (RAN, por sus siglas en inglés): “Los bancos intervienen para mantener vivo el mercado de los combustibles fósiles”, observó. “Una manera en que los bancos ayudan a los combustibles fósiles, cuando en realidad podrían no hacerlo, es lanzándoles un salvavidas para no ahogarse en las deudas y superar los tiempos difíciles”.

Otros ponentes y participantes compartieron informes, recursos y plataformas que pueden servir de herramientas para seguir aprendiendo.

Un aspecto importante que debe conocerse sobre los bancos responsables con el clima es la definición de “deber fiduciario”, dijo Nikki Reisch, directora del programa de Clima y Energía del Centro para el Derecho Ambiental Internacional (CIEL, por sus siglas en inglés). “Hemos estado escuchando que el deber fiduciario a menudo sirve de excusa para la inacción”, dijo. “Pero primero permítanme dar un paso atrás y explicar: ¿qué significa deber fiduciario en relación con las finanzas y, en particular, con las finanzas responsables?”. Reisch subrayó que la interpretación del deber fiduciario de los bancos debe tener en cuenta el calentamiento global, así como los mejores intereses de los hijos de los clientes bancarios.

Muchas conclusiones son el resultado de una minuciosa investigación llevada a cabo por grupos como la Iniciativa “Déjalo en el Suelo” (LINGO, por sus siglas en inglés). Su director, Kjell Kühne, se propuso identificar los mayores proyectos de combustibles fósiles del mundo. “Encontramos cuatrocientos proyectos de este tipo”, indicó. “La mitad de ellos son proyectos de extracción de carbón y la otra mitad de petróleo y gas. Cuarenta por ciento de estos proyectos todavía no se han iniciado. Si no se detienen, sus emisiones potenciales combinadas representarían el doble del presupuesto mundial de carbono que no debe superarse, lo cual daría al traste con los objetivos del acuerdo sobre el clima de París y la lucha contra la alteración climática”.

Durante la sesión de clausura del seminario, dedicada a buscar formas de avanzar, los ponentes y los participantes expresaron sus ideas y su firme determinación de actuar en favor del cambio.

“Nuestro objetivo es que se retiren siete mil millones de dólares de posibles inversiones en combustibles fósiles, y esto solo podemos conseguirlo si lo hacemos juntos”, advirtió Sophia Cowen de la campaña y plataforma Switch it Green.

Lynne Iser de la red de ancianos Elders Action Network dijo: “En mi trabajo he aprendido que los ancianos tienen una voz moral, al igual que la tienen los creyentes”.

Una consecuencia inmediata del seminario web, según pudieron observar sus organizadores, fue que se fortaleció la colaboración.

Kirsten Laursen Muth, directora ejecutiva de la Iniciativa Conjunta de Aprendizaje sobre las Comunidades Religiosas Locales, fue una de las coorganizadoras del evento. “Esperamos seguir colaborando con los otros organizadores de este evento y seguir adelante con la labor que todos nosotros estamos haciendo en este ámbito”, afirmó.

El Dr. Iyad Abumoghli, fundador y director de la Iniciativa Fe para la Tierra, que también participó en la organización del seminario web, lo describió como un “encuentro entre ciencia y religión”.

Abumoghli instó a las iglesias y otras instituciones a no solo considerar sus bancos, sino también sus propias finanzas internas. Asimismo, presentó los planes para la COP28 que tendrá lugar en Dubai en 2023. “Estamos facilitando un movimiento mundial en vista de la COP28”, explicó. “Vamos a tener una cumbre de líderes religiosos de alto nivel en la que sus voces se aunarán para volver a llamar a la acción, y también para avanzar juntos, unidos en la acción contra el cambio climático en aras de las generaciones venideras”.

Seidel describió los esfuerzos con miras a detener las bombas de carbón como una de las medidas más acuciantes para la protección de los niños. El programa del CMI “Compromisos de las iglesias con la niñez” coordinará los próximos pasos de la iniciativa.