Diaconía y solidaridad ecuménica

El cuidado de la humanidad según el ejemplo y la compasión de Cristo.

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La diaconía es el cuidado que los cristianos ofrecen a la humanidad según el modelo de la compasión, el ejemplo y las enseñanzas de Cristo. Ese servicio puede describirse como “la liturgia después de la liturgia”. La palabra diaconía deriva del término griego diákonos (διάκονος), que significa servidor, sirviente. Cuando se creó el Consejo Mundial de Iglesias en 1948, la atención a los refugiados después de la Segunda Guerra Mundial era la prioridad principal y ha influido en la política desde entonces. Pero la diaconía va mucho más allá del socorro de emergencia: Jesús dijo: “Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Juan 10:10). La mejor manera de proporcionar esos cuidados, sobre todo en un contexto ecuménico –con recursos limitados y una enorme demanda–, sigue siendo un gran desafío para las iglesias.

Jesús dijo: “De cierto les digo que todo lo que hicieron por uno de mis hermanos más pequeños, por mí lo hicieron” (Mateo 25:40). Por consiguiente, nuestra comprensión de la diaconía es que es una parte fundamental del servicio cristiano. En todos los países, hay una gran demanda de servicios públicos de atención social; en muchos países, la falta de fondos se traduce en la inexistencia de servicios de atención social de gestión pública. Esta realidad hace recaer enormes responsabilidades sobre las iglesias y las organizaciones no gubernamentales para que ofrezcan cuidados. Entre los desafíos que afectan a la diaconía cristiana se encuentran la injusticia económica, la pobreza, el cambio climático, la falta de disponibilidad de servicios públicos, la migración, el racismo, los conflictos étnicos y religiosos, la atención sanitaria inadecuada, la falta de educación, la delincuencia, la violencia, el aislamiento y los abusos contra personas y grupos. Existen múltiples maneras de proporcionar diaconía, como por ejemplo a través de ministerios especializados y profesionales o en la labor cotidiana de las congregaciones, realizada con frecuencia por voluntarios no remunerados.

Nuestra comprensión de la atención social en el contexto cristiano nos lleva al concepto de la diaconía ecuménica. Para ser testigos y practicantes eficaces, es fundamental la colaboración entre las iglesias y los organismos a escala nacional e internacional. Jesús dijo: “‘Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas’. El segundo en importancia es: ‘Amarás a tu prójimo como a ti mismo’. No hay otro mandamiento más importante que éstos” (Marcos 12:30-31). Para los cristianos, nuestro vecindario es el mundo: teniendo en cuenta que el ecumenismo eficaz también depende del apoyo mutuo y de la responsabilidad mutua, nuestro servicio diaconal debe ser mundial a la vez que local.

La diaconía ecuménica no puede limitarse al servicio. Trata también de desarrollar un papel transformador: un llamado a transformar la sociedad. Una diaconía basada en activos puede contribuir a crear y fortalecer la comunión entre las iglesias y sus asociados ecuménicos, haciendo posible que las comunidades se conviertan en agentes de cambio y transformación.

En 2014, una consulta celebrada en Malawi llevó a elaborar un importante documento: “Llamados a la acción transformadora: Diaconía ecuménica”. En junio de 2018, el Comité Central del CMI pidió que se trabajara más en el documento, que será presentado al Comité Central en 2020.

 

 

Poner fin a la pobreza extrema: Un imperativo moral y espiritual

Como líderes de distintas tradiciones religiosas, compartimos la sólida visión de que es preciso eliminar la pobreza extrema para el año 2030. Por primera vez en la historia de la humanidad, podemos hacer algo más que limitarnos a vislumbrar un mundo sin pobreza: podemos lograr que ese deseo se haga realidad. Para alcanzar este objetivo, será necesario asumir dos compromisos: actuar a partir de las experiencias más representativas de lo que funciona y lo que no, y usar nuestra influencia para instar y retar a otros a que se nos unan en esta causa apremiante, inspirados por nuestros valores espirituales más profundos.

General Secretary

Bautismo, Eucaristía, Ministerio (Documento de Fe y Constitución Nº 111, "Texto de Lima")

En este conocido texto, aprobado por la Comisión Plenaria de Fe y Constitución reunida en Lima (Perú), en 1982, se examina el acuerdo cada vez mayor - así como las diferencias que aún subsisten - en ámbitos fundamentales de la fe y la vida de las iglesias. BEM, el documento ecuménico más ampliamente distribuido y estudiado, ha servido de base para muchos acuerdos de

Commission on Faith and Order

Rev. Matthew Ross, encargado del programa de Diaconía y Creación de Capacidad

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