“Cristo amó a la iglesia y se entregó por ella”. (Efesios 5:26-27)

Señor, haz que pueda mirar tu iglesia como tú lo haces,
no solo esta hermosa iglesia, pura y gloriosa,
que está contigo y canta tu victoria;
sino, sobre todo, la iglesia real e imperfecta
aquella en que vivo, sufro y crezco,
la que un día me acompañará en mi camino hacia ti.

Sí, Señor, porque has resucitado y estás activo,
sigo descubriendo las señales de tu belleza.
Solo tú eres santo
y compartes tu santidad con nosotros
si recibimos tu Palabra y vivimos de acuerdo con nuestro bautismo.

Haz, pues, que sea capaz de reconocer tus pasos
en la vida de cada iglesia o pequeño grupo de iglesias.
Que ya no me pertenezca a mí mismo
sino a ti, que me has amado y te has entregado por mí
para que yo, a cambio, viva para ti y me entregue a los demás.

(Rev. Martin Hoegger, Iglesia Reformada del Cantón de Vaud, Suiza)