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Durante un servicio de oración el 3 de abril, el Consejo Mundial de Iglesias (CMI) se centró en el tema del próximo Día Mundial de la Salud: “Salud para todos”.

La participación significativa de las mujeres en la solución de conflictos y la construcción de la paz promueve una paz más sostenible, según las conclusiones del debate de un panel con mujeres activistas por la paz, después de la proyección del documental sobre la iniciativa de 2015 “Women Cross the DMZ” (Mujeres cruzan la zona desmilitarizada).

El Consejo Mundial de Iglesias (CMI) ha celebrado el 50º aniversario de un acuerdo histórico entre las iglesias luteranas, reformadas y unidas de Europa, en virtud del cual se reconocieron mutuamente el bautismo y la ordenación, y afirmaron la posibilidad de celebrar juntas la Cena del Señor.

Para los 380 000 palestinos que viven en Jerusalén Este, la vida diaria se ve a menudo empañada por desigualdades que afectan a todo: desde la vivienda, los servicios sanitarios, las guarderías y hasta la recogida de basuras. Aunque los palestinos representan el 39% de la población de la ciudad, existen muchas discrepancias en los servicios que reciben.

El Dr. Jad Isaac suele pensar en números. Por lo que respecta a las tierras de la Ribera Occidental a las afueras de Jerusalén y el valle del Jordán –que se conocen simplemente como E1 (abreviatura de Este 1)–, Isaac sopesa una cifra descarnada: la pérdida de dos mil millones de dólares cada año para los palestinos frente a la capacidad de obtener la misma cantidad de ingresos netos, saldar deudas y, a su vez, ayudar a países más pobres. La cifra astronómica equivale a las oportunidades desaprovechadas en el ámbito del turismo debido a la falta de acceso al área E1, el valle del Jordán y el mar Muerto, según el Estudio del coste económico de la ocupación realizado por el Instituto de Investigación Aplicada de Jerusalén.

Un grupo de 20 estudiantes chiíes internacionales visitó del 4 al 8 de marzo el Instituto Ecuménico de Bossey y el Consejo Mundial de Iglesias (CMI) participando en un diálogo que reforzó los puentes interreligiosos, las amistades y la esperanza en el futuro.

Inmediatamente después de la investidura del Rev. Prof. Dr. Jerry Pillay como noveno secretario general del Consejo Mundial de Iglesias (CMI), el 17 de febrero, dirigentes de iglesias y de organizaciones ecuménicas, amigos, familiares y miembros del personal del CMI compartieron sus saludos y palabras de bienvenida.

Hanna Barag, una israelí que se autodenomina “diplomática de los derechos humanos” para la organización Machsom Watch, lleva décadas observando lo que viven los palestinos en los puestos de control. Y es —en una palabra— “deshumanizante”, asegura.

Mientras continuaban las operaciones de búsqueda y rescate en Turquía y Siria tras el fuerte terremoto, las iglesias se movilizaron para ofrecer ayuda humanitaria y oraciones.

A raíz de la concesión al Consejo Mundial de Iglesias (CMI) del primer premio a la divulgación y la interacción en los medios sociales bajo la categoría de organización internacional, los miembros del equipo de comunicación del CMI compartieron su visión y reflexiones sobre los ingredientes de una estrategia exitosa en los medios sociales.

En 1919, Sir Ronald Henry Amherst Storrs, entonces gobernador militar de Jerusalén, trajo a Jerusalén a tres familias armenias —las familias Balian, Karakeshian y Ohanessian— para renovar los mosaicos del siglo XVI de la Cúpula de la Roca de la mezquita de Al-Aqsa.

En un discurso pronunciado al día siguiente de su elección como papa, Benedicto XVI se comprometió a trabajar por la unidad plena y visible de todos los seguidores de Cristo y a hacer todo lo que estuviera en su mano para promover la causa fundamental del ecumenismo.

Samyah*, de 26 años, no tiene documento de identidad, ni palestino ni israelí. Nacida en Cisjordania, en el pasado tuvo un documento de identidad de Jerusalén, por su padre, pero se lo retiraron. Se enteró de que se lo habían retirado con 16 años, cuando tuvo la oportunidad de viajar con su colegio a Suiza, pero no pudo por este motivo. Desde entonces, Samyah y su familia luchan por recuperar su documento de identidad de Jerusalén.