Si al entrar en la capilla de madera oscura de la comunidad monástica de Grandchamp, una aldea cerca del lago de Neuchâtel (Suiza), no se mira atentamente hacia la derecha, es posible no ver el grito del Cristo torturado en la cruz, tallado por el artista brasileño Guido Rocha, encarcelado y torturado por las dictaduras militares en Brasil y luego en Chile.
20 Septiembre 2019