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Ein Streiter für Familienwerte, berufen von Gott

Als Kenneth Ben in den sechziger und siebziger Jahren aufwuchs, wurde am Anfang und am Ende jedes Tages ein Gebet gesprochen. Sein Vater war Pastor und hatte eine Kanzel zu Hause. Seine Eltern richteten ihr gesamtes Leben an christlichen Werten aus. Ben lernte ebenfalls früh die Bedeutung einer großen Familie kennen, zu der auch die Großeltern und andere Verwandte gehörten.

Un defensor de los valores familiares llamado por Dios

Cada día de la infancia de Kenneth Ben durante los años sesenta y setenta empezaba y terminaba con una oración. Su padre, que era pastor, tenía un púlpito en la casa. Tanto él como su madre construyeron un estilo de vida en torno a los valores cristianos. Ben también aprendió pronto el valor de la familia extensa, que incluye a los abuelos y otros familiares.

Tveit: Jenseits nationaler Grenzen sind wir eine Menschheit

Mit seiner Rede anlässlich eines von UNICEF ausgerichteten Empfangs am 22. Januar hat der Generalsekretär des Ökumenischen Rates der Kirchen, Pastor Dr. Olav Fykse Tveit, seine ökumenische Sicht auf Themen wie Migration, Inklusion und Gerechtigkeit beschrieben.

Werden andere verletzte Frauen noch mehr von der Bildfläche verschwinden, weil Hollywood die Stimme erhebt?

Bischöfin Mary Ann Swenson kann die Lage der Rechte von Frauen oder wie sie selbst schnell richtig stellt, „die gerechte Behandlung aller Menschen“ egal welchen Geschlechts, aus einer einmaligen Position heraus beobachten und für diese eintreten, denn sie ist einerseits Bischöfin der Evangelisch-Methodistischen Kirche in Hollywood, und leitet eine Gemeinde, deren Mitglieder nicht nur bei der Golden Globes-Verleihung anwesend, sondern sogar unter den Nominierten waren. Gleichzeitig aber ist sie auch stellvertretende Vorsitzende des ÖRK-Zentralausschusses und damit Teil einer weltweiten Gemeinde. In dieser Funktion besucht sie Gemeinwesen und Menschen, die fern vom privilegierten Leben der Stars sind und für die Gewalt gegen Frauen an der Tagesordnung ist.

Ahora que Hollywood rompe el silencio, ¿quedarán otras mujeres vulneradas aún más sumidas en la sombra?

La obispa Mary Ann Swenson se encuentra en una posición única como observadora y defensora de los derechos de las mujeres o, como ella se apresuraría a aclarar, “del trato justo de los seres humanos”, sea cual sea su género. Como obispa residente de la Iglesia Metodista Unida de Hollywood, California (Estados Unidos de América), es pastora de miembros de la iglesia que, no solo estaban en la gala de los Globos de Oro, sino que estaban nominados a los premios. Y paralelamente, como vicemoderadora del Comité Central del CMI, la obispa Swenson es parte de una parroquia mundial, que viaja a comunidades muy alejadas de los privilegios de Hollywood, donde las mujeres son víctimas de la violencia y viven en comunidades donde se considera que ellas no tienen voz ni derechos.

Methodisten aus Fidschi rufen zum Gebet für den Weltklimagipfel auf

Während sich die Welt in Bonn, Deutschland, zur 23. Konferenz der Vertragsparteien (COP23) des Rahmenübereinkommens der Vereinten Nationen über Klimaänderungen versammelt, veröffentlichte die Methodistische Kirche in Fidschi eine Erklärung, in der sie Methodisten auf der ganzen Welt einlädt, sich dem Gebet für die Führung des Landes sowie für das Talanoa-Verhandlungsverfahren, das in den nächsten zwei Wochen angewandt wird, anzuschließen.

Llamado a la oración por la COP23 de la Iglesia Metodista de Fiyi

Con vistas a la reunión mundial que ha dado comienzo en Bonn (Alemania) con motivo de la 23ª Conferencia de las Partes (COP 23) de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, la Iglesia Metodista de Fiyi ha publicado una declaración llamando a los metodistas de todo el mundo a unirse en la oración por los dirigentes del país y por el proceso de negociaciones talanoa que tendrá lugar durante las próximas dos semanas.

“Se tiene que decir la verdad”

En una “Reunión de información y debate sobre el racismo, la discriminación, la afrofobia y la xenofobia” celebrada en el Centro Ecuménico de Ginebra, los oradores reflexionaron, lamentaron y, en ocasiones, simplemente permanecieron sentados en silencio mientras consideraban la experiencia de los afrodescendientes en los Estados Unidos de América.