Con motivo del Día Mundial del Agua 2020, y con gran preocupación por la seriedad de la pandemia del Covid-19 y sus consecuencias para las personas de todas las regiones del mundo, especialmente los pobres, el Consejo Mundial de Iglesias y la ACT Alianza reafirman la responsabilidad de las iglesias y de las organizaciones religiosas de asegurar que las personas tengan acceso a agua limpia, asequible y suficiente para satisfacer sus necesidades físicas y domésticas, incluyendo el lavado de manos.

El 22 de marzo celebramos el Día Mundial del Agua. Desde 1993, la ONU declaró este día como un medio para dirigir la atención a la importancia de los recursos de agua dulce que se están agotando rápidamente. Este año también marca el 10o aniversario del reconocimiento de la ONU del derecho humano al agua y al saneamiento.

El nuevo coronavirus ha llegado a 180 países con más de 200,000 casos de infección y más de 10,000 muertes. El Covid-19 tiene el potencial de infectar al menos la mitad de la población mundial y dejar un número inconcebible de muertes si no se implementan las medidas más estrictas.

Mientas países enteros están en confinamiento, el consejo más importante para la prevención de la infección es básicamente “lavarse las manos” con agua y jabón. Sin embargo, no es posible para todas las personas en el mundo lavarse las manos varias veces al día, simplemente porque no tienen acceso a agua limpia y segura para beber, mucho menos para lavarse las manos. Las personas en los campos de refugiados, por ejemplo, están en mayor riesgo por falta de agua suficiente.

La práctica del lavado de manos para promover una higiene adecuada es la “bala de plata” para evitar que una infección se propague, junto con el distanciamiento físico entre personas. Hasta que el mundo encuentre una vacuna para el Covid-19, lavarse las manos con agua y jabón es nuestra mejor medida preventiva.

“El agua es fuente de salud y bienestar y exige de nosotros, los seres humanos, una acción responsable, como copartícipes y sacerdotes de la Creación (Rom 8:19 ss., Apoc. 22). Como iglesias, estamos llamados a participar en la misión de Dios de engendrar una nueva creación en la que se asegure a todos vida en abundancia (Juan 10:10; Amós 5:24). Por ello, hay que denunciar y actuar cuando el agua que da la vida se halla amenazada de forma tan sistemática y generalizada.” – ‘Declaración sobre el Agua para la Vida’ de la 9ª Asamblea del Consejo Mundial de Iglesias en Porto Alegre, 2006

El CMI y la ACT Alianza reconocen y afirman las directivas de la Organización Mundial de la Salud para prevenir y combatir la pandemia y llaman a sus miembros alrededor del mundo a conceder la más alta prioridad a “hacer todo lo posible para proteger la vida” y a seguir al pie de la letra las reglas y lineamientos de las autoridades con base en las directivas de la OMS.

Rev. Dr. Olav Fykse Tveit
Secretario general, Consejo Mundial de Iglesias

Sr. Rudelmar Bueno de Faria
Secretario general, ACT Alianza

“Haciendo frente al coronavirus” – Página de inicio del CMI


https://www.oikoumene.org/es/resources/documents/assembly/2006-porto-alegre/1-statements-documents-adopted/international-affairs/report-from-the-public-issues-committee/water-for-life?set_language=es