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Prayers for Leaders

Oración de apertura

En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Dios todopoderoso y fiel,

venimos ante ti en obediencia a tu palabra, que nos insta a orar por todas las personas y por aquellos que ocupan puestos de liderazgo.

Infunde tu divina sabiduría a los dirigentes, para que en el ejercicio de su autoridad siempre intenten servir con humildad y actuar con justicia.

Amplía la visión de todos los dirigentes para que vean más allá de los límites provincianos.

Haz que tu amor y compasión envuelvan sus corazones,

y ello les permita atender con diligencia los intereses de los demás.

Haz que no se cansen de hacer el bien al servir a todos con alegría y determinación.

Oramos por los dirigentes que desempeñan una función en cualquier nivel:

iglesias, gobiernos, organizaciones cívicas, finanzas, salud, educación.

Oramos por que tu Espíritu Santo les conceda sabiduría y coraje al dirigirnos en estos tiempos. En nombre de Jesús, oramos. Amén.

 

Lectura bíblica: Lucas 7: 1-10

1 Una vez concluidas todas sus palabras al pueblo que lo escuchaba, Jesús entró en Capernaúm. 2 Y el siervo de cierto centurión, a quien este tenía en mucha estima, estaba enfermo y a punto de morir. 3 Cuando oyó hablar de Jesús, le envió ancianos de los judíos para rogarle que fuera y sanara a su siervo. 4 Ellos fueron a Jesús y le rogaban con insistencia, diciéndole: —Él es digno de que le concedas esto 5 porque ama a nuestra nación y él mismo nos edificó la sinagoga. 6 Jesús fue con ellos. Y cuando ya no estaban muy lejos de su casa, el centurión le envió unos amigos para decirle: —Señor, no te molestes, porque no soy digno de que entres bajo mi techo. 7 Por eso no me tuve por digno de ir a ti. Más bien, di la palabra y mi criado será sanado. 8 Porque yo también soy hombre puesto bajo autoridad y tengo soldados bajo mi mando. Y digo a este: “Ve”, y él va; digo al otro: “Ven”, y él viene; y digo a mi siervo: “Haz esto”, y él lo hace. 9 Cuando Jesús oyó esto, se maravilló de él y, dándose vuelta, dijo a la gente que lo seguía: —¡Les digo que ni aun en Israel he hallado tanta fe! 10 Cuando volvieron a casa los que habían sido enviados, hallaron sano al siervo.

Palabra del Señor.

Demos gracias a Dios.

 

Reflexión

El liderazgo es importante, sobre todo en tiempos de crisis. El último año ha puesto de manifiesto diversos estilos de liderazgo que van desde los de pequeñas comunidades y aldeas hasta los de dirigentes políticos con un perfil mundial. Hemos presenciado algunas respuestas que nos han dejado atónitos y sin palabras. Al mismo tiempo, sin que nadie nos lo pidiera, aplaudimos espontáneamente el trabajo de otros. Independientemente de nuestra aprobación o desaprobación, la respuesta y las medidas consiguientes de cada líder repercutieron de una manera u otra en la vida de los demás. Si bien las repercusiones visibles hicieron que algunos líderes fueran vistos como héroes, también hicieron que otros fueran percibidos por la opinión pública como villanos.

En la lectura de hoy, se nos presenta a un hombre que no solo estaba enfermo y a punto de morir, sino que se encontraba en la desafortunada y lamentable posición de siervo. No le deseo a nadie ser esclavo de otro ser humano. No obstante, en esta historia, al reflexionar sobre el liderazgo, quiero dirigir nuestra atención al centurión que puso de manifiesto algunos rasgos muy dignos de ser tenidos en cuenta. Este dirigente valoraba a las personas y afirmaba su humanidad con independencia de su ‘estatus’. Fue esta cualidad la que le llevó a enviar unos mensajeros a Jesús para rogarle que sanara a alguien que estaba bajo su autoridad. Los mensajeros también elogiaron sus virtudes al intentar convencer a Jesús de por qué merecía que accediera a su petición. Este líder no se centraba en sí mismo o en su propio bienestar. Más bien, su atención y energía estaban destinadas a lograr la sanación de una persona a la que otros ni siquiera hubieran considerado digna de ello.

Además de su profundo sentido de compasión y cuidado, el centurión hizo gala de un inusual equilibrio entre profunda humildad y fe. No era de esperar encontrar estas cualidades en un dirigente cuya vida no se sustentaba en las prácticas religiosas del judaísmo. Y es precisamente la sorprendente descripción de los rasgos de este líder lo que lleva a Jesús a elogiarlo. En las acciones y las palabras de esta persona, vemos un ejemplo del tipo de liderazgo que resulta determinante para ayudar a las comunidades, las ciudades, los países y, de hecho, a nuestro mundo a atravesar con seguridad la pandemia. Oramos por que en estos tiempos de compasión Dios nos de líderes solidarios, humildes y llenos de fe.

 

Oraciones de intercesión

Señor, oramos por la salud y el bienestar de nuestros líderes, que ponen en riesgo su salud al servir a la comunidad en general.

Señor, en tu misericordia, escucha nuestra oración.

Señor, oramos por que prediquen con el ejemplo, guíen a la sociedad con información exacta y fiable, e inspiren a las comunidades religiosas para que sirvan a nuestra humanidad común con amor incondicional.

Señor, en tu misericordia, escucha nuestra oración.

Señor, oramos por que los líderes de las diversas comunidades religiosas, así como los dirigentes de los gobiernos, la sociedad civil y la comunidad científica, cooperen con humildad y respeto mutuo, traspasando las barreras y fronteras para superar esta pandemia. 

Señor, en tu misericordia, escucha nuestra oración.

Señor, oramos por los dirigentes de las empresas farmacéuticas, de los Estados y de las organizaciones internacionales para que se garantice el acceso a las vacunas contra la COVID-19 a las personas más vulnerables de todos los lugares, independientemente de su poder adquisitivo.

Señor, en tu misericordia, escucha nuestra oración.

Señor, oramos por que nos concedas a cada uno de nosotros la gracia y el coraje de asumir la responsabilidad y el liderazgo que nos corresponden en nuestros respectivos contextos, de actuar con profunda compasión y de cuidar de todas las personas y la creación en nuestra esfera de influencia. 

Señor, en tu misericordia, escucha nuestra oración.

Unámonos en la oración como Jesús nos enseñó: Padre nuestro. . .

 

Bendición

Que el Señor les bendiga y les guarde;

que el Señor haga resplandecer su rostro sobre ustedes y tenga de ustedes misericordia;

que el Señor levante hacia ustedes su rostro, y ponga en ustedes paz.

 

Las citas de las Escrituras corresponden a la versión Reina Valera Actualizada © 2015 de Editorial Mundo Hispano, cuya utilización ha sido autorizada.