Venimos ante ti, humildemente, conscientes de que el Altísimo reina en los asuntos de la humanidad, y la entregas a quien deseas.
Sabemos que haces nulo el consejo de las naciones;
que frustras las maquinaciones de los pueblos.
Confesamos que, como las naciones del mundo, no siempre hemos buscado tu consejo y hemos hecho lo que parecía bueno a nuestros ojos, en detrimento de nosotros mismos y de nuestro medio ambiente.
Perdónanos, oramos, y reconciliémonos contigo mientras nos arrepentimos de los errores que hemos cometido.
Creemos, Dios, que tu consejo permanece para siempre por todas las generaciones;
y que la verdad de tu Palabra está, sin duda, en declarar que:
Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor,
¡el pueblo que él escogió como su propiedad!
Dios de amor,
mientras presentamos ante ti hoy en oración la cumbre entre los presidentes Biden y Putin,
traemos ante ti a todos los dirigentes de las naciones del mundo.
Guíalos en los caminos de la paz y la justicia.
Otorga sabiduría a todos los que tienen autoridad para que, mientras gobiernen,
seamos liberados del pecado que da lugar a la guerra y la violencia.
Que nuestras vidas sean ordenadas de tal manera que las naciones del mundo juntas
sean, en verdad, el reflejo del Reino de Dios.
Cuando se reúnan estos dos líderes mundiales en esta ocasión,
coloca a su alrededor a consejeros y asesores
cuyas pasiones estén más allá de los intereses de Rusia y los Estados Unidos de América.
Que su visión se amplíe más allá del bienestar de sus naciones
para incluir el bien de toda la humanidad y la mejora del medio ambiente mundial.
Dios misericordioso,
por obra del Espíritu Santo,
haz de estas dos naciones y de todas las naciones del mundo instrumentos divinos que
promuevan la paz, la libertad, la justicia y la rectitud.
Que esta reunión y otras como ella
pongan fin al mal que se inflige a unos y otros de diversas maneras.
Da, oramos, a todas las personas un amor genuino de la paz y el orden.
Que el amor de Cristo lleve al mundo a la reconciliación y la unidad,
para que ninguna nación se entrene más para hacer la guerra.
Y que llegue pronto el día en que los reinos del mundo se conviertan en el reino de nuestro Señor Jesucristo donde reinará por los siglos de los siglos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Amén.