Junto a María y Zacarías: Una oración basada en Lucas 1:46-79)

Llamada a la oración

Con María y Zacarías cantamos:

“Levantemos nuestros corazones y engrandezcamos a nuestro Señor,

alégrense nuestros espíritus en Dios, nuestro Salvador,

que quita a los poderosos de sus tronos,

y levanta a los humildes,

que alumbra a los que habitan en tinieblas,

para encaminar nuestros pies por caminos de paz”.

Oración de apertura

Justo y misericordioso Creador y Redentor, Dios de María y Zacarías,

Levanta nuestros corazones, Dios, en tu presencia,

para que conozcamos a todos los habitantes de la tierra como tú los creaste, tu pueblo amado.

Ayuda a nuestros espíritus a alegrarse, Dios,

al saber que en Cristo nos has liberado de la esclavitud del pecado del racismo.

Alumbra nuestras tinieblas, Dios,

para que veamos dónde nos hemos alejado de ti y de los demás.

Encamina nuestros pies, Dios, por el camino de la paz,

para que nos alejemos de nuestros malos caminos y caminemos contigo hacia la justicia y la paz.                                                          AMÉN

Interludio “Walk with Us” (Alexis French)

https://www.youtube.com/watch?v=pdiuX9OeISg&ab_channel=AlexisFfrenchVEVO

Lectura de las Escrituras: Lucas 1:46-79

46 Y María dijo:

—Engrandece mi alma al Señor;

47 y mi espíritu se alegra en Dios, mi Salvador,

48 porque ha mirado la bajeza de su sierva.

He aquí, pues, desde ahora me tendrán por bienaventurada todas las generaciones,

49 porque el Poderoso ha hecho grandes cosas conmigo.

Su nombre es santo,

50 y su misericordia es

de generación en generación, para con los que le temen.

51 Hizo proezas con su brazo;

esparció a los soberbios en el pensamiento de sus corazones.

52 Quitó a los poderosos de sus tronos

y levantó a los humildes.

53 A los hambrientos sació de bienes

y a los ricos los despidió vacíos.

54 Ayudó a Israel, su siervo,

para acordarse de la misericordia,

55 tal como habló a nuestros padres;

a Abraham y a su descendencia para siempre.

56 Y María se quedó con ella como tres meses, y regresó a su casa.



57 Se cumplió para Elisabet el tiempo de su alumbramiento, y dio a luz un hijo. 58 Los vecinos y los parientes oyeron que Dios había engrandecido su misericordia hacia ella y se regocijaron con ella.

59 Aconteció que, al octavo día, vinieron para circuncidar al niño, y lo llamaban con el nombre de su padre, Zacarías. 60 Y su madre respondiendo, dijo: —¡No! Más bien será llamado Juan. 61 Y le dijeron: —No hay nadie en tu familia que se llame con este nombre. 62 Preguntaban por señas a su padre cómo quería llamarle. 63 Y, pidiendo una tablilla escribió diciendo: “Juan es su nombre”. Y todos se maravillaron. 64 Al instante su boca fue abierta, y se le soltó la lengua y comenzó a hablar bendiciendo a Dios. 65 Cayó temor sobre todos sus vecinos, y por toda la región montañosa de Judá se divulgaban todas estas cosas. 66 Y todos los que las oían las guardaban en su corazón, diciendo: —Pues, ¿quién será este niño? Porque ciertamente la mano del Señor estaba con él.

67 Zacarías, su padre, fue lleno del Espíritu Santo y profetizó diciendo:

68 —Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido

a su pueblo.

69 Ha levantado para nosotros un Salvador poderoso

en la casa de su siervo David,

70 tal como habló por boca de sus santos profetas que fueron desde antiguo:

71 Salvación de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos aborrecen,

72 para hacer misericordia con nuestros padres

y para acordarse de su santo pacto.

73 Este es el juramento que juró a Abraham nuestro padre, para concedernos que,

74 una vez rescatados de las manos de los enemigos,

le sirvamos sin temor, 75 en santidad y en justicia

delante de él todos nuestros días.

76 Y tú, niño, serás llamado profeta del Altísimo

porque irás delante del Señor para preparar sus caminos;

77 para dar a su pueblo conocimiento de salvación

en el perdón de sus pecados

78 a causa de la entrañable misericordia de nuestro Dios,

con que la luz de la aurora nos visitará de lo alto;

79 para alumbrar a los que habitan en tinieblas y en sombra de muerte;

para encaminar nuestros pies por caminos de paz.

Cántico “Magnificat Anima Mea Dominum” (Taizé) [3:15 min]

https://youtu.be/X-6k6qTOMvE

Oraciones de intercesión y de acción de gracias

Dios de amor y justicia, con esperanza y alegría pertinaces nos aferramos a tu promesa, y nos dirigimos a ti con nuestra oración de intercesión y de acción de gracias:

Oramos por un mundo donde las fronteras se vengan abajo para la llegada segura de refugiados que traen el magníficat mientras afrontan con valentía el Mediterráneo y el Canal de la Mancha. Dios de justicia y paz...

Escucha nuestra oración.

Oramos por un mundo que levante a los humildes mientras recordamos a los hijos de comunidades étnicas minoritarias que viven con el estigma y el racismo abriéndose camino entre instituciones que los juzgan. Dios de justicia y paz...

Escucha nuestra oración.

Oramos por un mundo en el que el poder patriarcal sea silenciado para que los hombres descubran con Zacarías su compromiso con la paz y la ternura acabando con la cultura del acoso y la violencia motivada por el racismo. Dios de justicia y paz...

Escucha nuestra oración.

Oramos por un mundo transformado por el testimonio de las mujeres que encarnan la importancia de las vidas negras y que, como María, fomentan cánticos y señales de transformación en sus instituciones, comunidades y familias. Dios de justicia y paz...

Escucha nuestra oración.

Oramos por la iglesia, que podría verse interpelada para reconocer el magníficat de María en el anhelo de vida y liberación de tantos que se sienten despreciados o tratados con condescendencia. Dios de justicia y paz...

Escucha nuestra oración.

Y, por ello, damos gracias y nos alegramos de que el Espíritu de Dios siga elevándose por encima de nosotros agitando al mundo, derrocando tronos, traspasando ilegalmente fronteras y alterando los equilibrios de poder en favor de ‘los más pequeños’, que en su mayoría se parecen a Cristo. Dios de justicia y paz...

Escucha nuestra oración.

Oremos con confianza la oración que Jesucristo nos enseñó: “Padre nuestro, ...”.

Bendición apostólica

Que la gracia de nuestro Señor Jesucristo,

que vino a liberarnos de los pecados de la división y la dominación,

el amor de Dios,

          que nos creó para estar con Dios y con los demás,

y la comunión del Espíritu Santo,

          que nos une en la verdad, la paz y la justicia,

Sean con todos ustedes, ahora, y siempre.  AMÉN

Postludio: Shalom Alechem (Barcelona Gipsy Klezmer Orchestra Live)

https://youtu.be/iSU0UG4VSEI