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Women praying, standing in a circle

Participants in a seminar on women and militarization in Asia gather in a circle to pray at a peace park in Itoman, Okinawa, Japan. The park includes stone markers inscribed with the names of more than 241,000 people who died in the Battle of Okinawa. The seminar was sponsored by United Methodist Women and the Wesley Center in Tokyo.

Fotografía:

Intercesiones

Damos gracias por:

  • Los característicos templos, el arte y las culturas de la región.

  • La educación y el desarrollo económico que han mejorado la vida de muchos.

  • La forma en que el consejo de iglesias de Japón ha promovido la reconciliación con el resto de Asia.

  • El testimonio profético de los cristianos en Japón y Corea del Sur.

  • El persistente testimonio de la justicia en favor de las "mujeres de consuelo" de la Segunda Guerra Mundial.

  • La gran tolerancia religiosa exhibida por los taiwaneses y su labor pionera en la educación teológica contextual.

  • El Foro Ecuménico por la Paz, la Reunificación y la Cooperación para el Desarrollo en la Península de Corea que, junto con otros foros, ha tratado de reunificar a Corea, defender los derechos humanos y trabajar por la paz y la justicia.

Oramos por:

  • El fin de la represión popular y de las amenazas de confrontación militar, especialmente en la península de Corea.

  • La reunificación de Corea, para que prevalezcan la paz y la justicia.

  • La resolución pacífica de las numerosas disputas por las islas en el mar de la China meridional, reclamadas por Taiwán y sus vecinos, y por una mayor comprensión y cooperación entre Taiwán y la China continental.

  • Las mujeres y otros grupos marginados, y las desigualdades que padecen.

  • Una mayor aceptación de los inmigrantes, para que puedan hacer una contribución positiva.

  • Una esperanza y un sentido renovados para los jóvenes, que viven bajo la presión de la competencia y el consumismo.

Oraciones

Reunificación pacífica de la península de Corea

“Porque él es nuestra paz. De dos pueblos hizo uno solo, al derribar la pared intermedia de separación y al abolir en su propio cuerpo las enemistades” (Ef 2:14)

¡Dios! Confesamos que tú eres el Señor de la paz, de la vida y de la justicia en la península de Corea. Tú, Señor, deseas la paz y la reconciliación para los pueblos de Corea del Norte y de Corea del Sur, que sufren el dolor de la división. Si bien los conflictos ideológicos han desaparecido de la escena mundial, la península de Corea sigue luchando con este tipo de enfrentamientos y la paz es difícil de lograr. Oramos, Señor, por que tu amor, tu paz y tu justicia se conviertan en una realidad viva en la península dividida de Corea. Condúcenos, Señor, a construir una península de Corea justa, donde los pobres y los débiles de la sociedad estén
protegidos y puedan vivir en igualdad de condiciones. Puede que las relaciones entre el sur y el norte de Corea, así como las relaciones mundiales, se endurezcan.
Pero, a pesar de estas circunstancias externas, haz, Señor, que luchemos y nos esforcemos por
amar y compartir la vida con nuestros hermanos y hermanas de Corea del Norte, y que sigamos construyendo la paz para que tu justicia y tu paz se conviertan en una realidad en estas tierras.

(Excerpt from a Common Prayer by participants of The 2011 Oikos Summer Theological School, held in Jangseong, Republic of Korea)

 

¿Quién digo yo que eres Tú? No lo sé.
Pero sí sé,
Tú – Buenas nuevas para los cautivos y los pobres.
Liberador de los oprimidos, amigo de Minjung,
pueblo sufriente, reprimido,
oído atento al silenciado,
restaurador del torturado, defensor de los pequeños,
esperanza de los desesperados, hogar para los exiliados
¿Quién digo yo que eres Tú? No lo sé.
Pero sí sé,
Tú – eres la Flor de la libertad en el valle de la represión
Jesucristo, Hijo del Dios viviente.

(Seong Won Park, Iglesia Presbiteriana de Corea.)

Canto