Declaración sobre el acompañamiento ecuménico para una paz justa

en Palestina e Israel

Cuando llegó cerca, al ver la ciudad, lloró por ella diciendo: —¡Oh, si conocieras tú también, por lo menos en este tu día, lo que conduce a tu paz! Pero ahora está encubierto a tus ojos.

Lucas 19:41-42 (RVA-2015)

El Consejo Mundial de Iglesias está fiel y plenamente comprometido con la promoción de una paz justa en Israel y Palestina, para ambos pueblos de la región. Este compromiso forma parte del entramado de nuestra fe, y de la herencia del movimiento ecuménico. Tratamos de expresarlo acompañando a las iglesias, los asociados interreligiosos y las comunidades de estas tierras en su testimonio y en su labor por la justicia y la paz.

Como respuesta programática al llamado de los líderes de las iglesias locales “vengan y vean”, el Programa Ecuménico de Acompañamiento en Palestina e Israel (PEAPI) es una de las principales expresiones del compromiso ecuménico en acción, en la que el acompañamiento conlleva proporcionar una presencia internacional protectora a las personas y comunidades amenazadas, supervisando e informando de las violaciones de los derechos humanos, y dando testimonio de la realidad de la vida bajo la ocupación.

Buscamos la paz en la tierra natal de Cristo, una paz basada en la justicia y no en la violencia, el derramamiento de sangre y la exclusión de unos hacia los otros, o la imposición perpetua de la ocupación y el control militar de un pueblo entero.

Al igual que afirmamos el derecho del Estado de Israel a existir y el derecho del pueblo judío a la autodeterminación, afirmamos el mismo derecho del pueblo palestino al ejercicio de sus derechos de autodeterminación en un Estado viable en los territorios ocupados desde 1967, con Jerusalén como ciudad compartida por dos pueblos y tres religiones. Igual que condenamos categóricamente el antisemitismo como pecado contra Dios y contra la humanidad, rechazamos la discriminación, la marginación, el castigo colectivo y la violencia contra el pueblo palestino por motivos étnicos, de raza o de religión por ser también un pecado contra Dios y contra la humanidad.

Abogamos por un enfoque de la situación en Israel y Palestina que no se reduzca a una competición entre dos oponentes, en la que se debe elegir uno u otro lado, sino que reconozca y afirme la humanidad común y la dignidad y los derechos que Dios ha dado por igual a todos los pueblos de la región.

El CMI sigue apoyando y promoviendo la visión de los dos Estados como la única disposición practicable para la coexistencia pacífica y para el fin de la ocupación y la marginación institucionalizada en la región.

No obstante, el Comité Ejecutivo del CMI, reunido en Bossey (Suiza) del 22 al 28 de mayo de 2019, observa con profunda tristeza que muchos de los recientes acontecimientos en la región y en relación con la misma no traen paz ni justicia, sino que perpetúan la ocupación, las violaciones de derechos humanos, el sufrimiento, las tensiones y amenazas de conflicto y terrorismo, la pérdida de vidas, y la negación cada vez más explícita de la igualdad de derechos humanos y dignidad de los demás. Entre otras cosas, estos acontecimientos han socavado las esperanzas que quedan de lograr una solución de dos Estados, en demoledor detrimento tanto de palestinos como de israelíes.

 

Por ello, el Comité Ejecutivo:

Insta a todas las iglesias miembros, a todos los asociados ecuménicos e interreligiosos y a todas las personas de conciencia y buena voluntad a seguir defendiendo y afirmando la igualdad de dignidad y de derechos humanos de todas las personas, tanto israelíes como palestinas;

Exhorta a los miembros de la comunidad internacional, junto con las iglesias miembros y los asociados ecuménicos e interreligiosos del CMI, a no consentir la reducción de la asistencia humanitaria a las comunidades palestinas, ni la amenaza de la misma, con fines de influencia política;

Reafirma el compromiso del CMI con el acompañamiento ecuménico para una paz justa en Israel y Palestina y, en especial, con apoyar a las iglesias de la región en sus ministerios por la paz, la justicia, los derechos humanos y el alivio del sufrimiento humano;

Renueva el compromiso del CMI de trabajar con los asociados ecuménicos e interreligiosos en el ámbito internacional, así como con grupos palestinos e israelíes en el ámbito local, para promover los derechos humanos, la no violencia, y el fin de la ocupación militar de los territorios palestinos;

Insta a todas las partes de la región, y a todos los miembros de la comunidad internacional, a renovar su compromiso para lograr la solución de los dos Estados, que conlleva el establecimiento de un Estado palestino viable en los territorios ocupados desde 1967, en pie de igualdad con el Estado de Israel, por el bien tanto de los palestinos como de los israelíes;

Expresa su profunda preocupación por el aumento de los atentados y de los esfuerzos para deslegitimar el apoyo al pueblo palestino para aliviar su sufrimiento, así como el activismo no violento por una paz justa en Israel y Palestina.