Consejo Mundial de Iglesias
Conferencia Internacional de Paz
"Las iglesias mancomunan sus esfuerzos por la paz y la justicia en Oriente Medio"
Amman, Jordania, 18-20 de junio de 2007
Imperativos de Amman:
Han transcurrido casi sesenta años desde que las iglesias cristianas hablaron por primera vez con una sola voz sobre la paz entre árabes e israelíes. Durante los últimos cuarenta años las iglesias cristianas han pedido que se ponga fin a la ocupación israelí de Palestina. En el lugar mismo donde Jesucristo caminó sobre la tierra, hay ahora muros que separan a las familias, y los hijos de Dios - cristianos, musulmanes y judíos - están presos en una espiral de violencia, humillación y desesperación. Los cristianos palestinos, desde Gaza hasta Jerusalén y hasta Nazaret, han hecho un llamamiento a sus hermanas y hermanos en Cristo con esta petición urgente: "Ya basta. Sobran las palabras sin hechos. Es hora de actuar".
Acogemos con agrado la declaración oportuna y profética de los Jefes de las Iglesias de Jerusalén. Afirmamos que "las Iglesias son parte del conflicto porque no pueden permanecer en silencio mientras haya sufrimiento. La función de las Iglesias es buscar la sanación y llevar a todas las partes a la reconciliación". Nuestra fe en Dios nos recuerda que "todos los hijos de Dios de todas las religiones y partidos políticos deben ser respetados". Aseguramos a las Iglesias de Palestina e Israel nuestras oraciones, colaboración y recursos.
Así pues, en Amman, Jordania, del 18 al 20 de junio de 2007, días en los que hemos sido testigos de un agravamiento de la crisis en los territorios palestinos ocupados y entre los que se incluía también el Día Mundial del Refugiado de las Naciones Unidas, nosotros, los representantes de iglesias cristianas y organizaciones relacionadas con iglesias procedentes de todos los ángulos de la tierra, confirmamos la decisión del Comité Central del Consejo Mundial de Iglesias y ponemos en marcha el "Foro Ecuménico Palestina Israel" como instrumento para "catalizar y coordinar los esfuerzos ya existentes y los nuevos esfuerzos emprendidos por las iglesias en favor de la paz, con el objetivo de poner fin a la ocupación ilegal de conformidad con las resoluciones de las Naciones Unidas, y demostrar el compromiso de las iglesias en favor de una acción interreligiosa por la paz y la justicia al servicio de todos los puebles de la región".
Se ha adoptado esta medida respondiendo a tres imperativos fundamentales que nos inducen a la acción:
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El imperativo ético y teológico de una paz justa
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El imperativo ecuménico de unidad en la acción
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El imperativo evangélico de solidaridad costosa
Las premisas de esta acción son las siguientes:
1. Que las resoluciones de las Naciones Unidas son la base para la paz y que las convenciones de Ginebra son aplicables a los derechos y responsabilidades de las personas afectadas.
2. Que los palestinos tienen el derecho a la autodeterminación y el derecho a regresar a sus tierras.
3. Que una solución de dos estados debe ser política, geográfica, económica y socialmente viable.
4 Que Jerusalén debe ser una ciudad abierta, accesible, no excluyente y compartida para las dos poblaciones y las tres religiones.
5 Que tanto Palestina como Israel tienen legítimas necesidades de seguridad.
6. Que los asentamientos israelíes en los territorios palestinos ocupados son ilegales y constituyen un obstáculo para la paz.
7. Que el "muro de separación" construido por Israel en los territorios palestinos ocupados es una grave violación del derecho internacional y se debe quitar del territorio ocupado.
8. Que no hay ninguna solución militar para este conflicto. No puede justificarse la violencia en ninguna de sus formas, ya sea perpetrada por israelíes o palestinos.
9. Que la paz regional completa es inseparable de una paz justa en Israel y Palestina.
10. Que la vida y el testimonio de las iglesias locales tienen una importancia central en los esfuerzos para promover una paz justa desplegados por las iglesias de todo el mundo.
Entendemos que Foro Ecuménico Palestina Israel es un espacio en el que elaboraremos enfoques estratégicos detallados para los dos procesos de construcción de la paz y mantenimiento de la paz. Un grupo restringido no excluyente, convocado urgentemente por el CMI, debería tener el mandato de facilitar esta tarea y asegurar también una mejor coordinación entre todos los protagonistas. El grupo restringido recibirá los informes de los grupos de trabajo de la conferencia de Amman y el CMI elaborará y anunciará su composición y mecanismo.
La construcción de la paz incluirá lo siguiente:
1. Fomentar las perspectivas teológicas y bíblicas y los recursos de educación cristiana en torno a los problemas centrales del conflicto.
2. Elaborar estrategias que apoyen los procesos de justicia y reconciliación, especialmente el diálogo y la cooperación interreligiosos.
3. Fortalecer las respuestas de las iglesias a la ocupación.
4. Reconocer y estimular todos los esfuerzos de la sociedad civil israelí y palestina que concuerdan con la visión y los objetivos del Foro, y cooperar con ellos.
El mantenimiento de la paz incluirá lo siguiente:
1. Definir y promover medidas, incluidas las económicas, que contribuyan a poner fin a la ocupación y a fomentar un desarrollo y crecimiento sostenibles.
2. Intensificar los esfuerzos actuales y definir nuevos modelos de solidaridad de las iglesias en la acción. Apoyar a las iglesias locales y a las organizaciones relacionadas con iglesias no sólo para que sobrevivan y continúen sus ministerios eficaces, incluyendo los servicios de educación, salud, culturales y sociales, sino también para que crezcan y den testimonio de la esperanza.
3. Elaborar una estrategia de defensa de los derechos a largo plazo para movilizar a todos nuestros miembros y promover cambios.
Desafíos de Amman:
Hemos escuchado las voces de las iglesias cristianas de Palestina e Israel que nos interpelan y nos dicen:
1. Actuad con nosotros para liberar a todas las personas de esta tierra de la lógica del odio, el rechazo mutuo y la muerte, a fin de que veamos en los otros el rostro y la dignidad de Dios.
2. Orad con nosotros en nuestros esfuerzos para resistir al mal en todas sus formas.
3. Elevad vuestras voces junto con las nuestras cuando decimos "la verdad al poder" y señalamos con valentía las injusticias que vemos y experimentamos. La ocupación ilegal ha robado dos generaciones de vidas en este torturado lugar y amenaza a la siguiente con la desesperación y la ira.
4. Corred el riesgo de soportar las maldiciones y abusos que caerán sobre vosotros y manteneros en solidaridad con nosotros y con nuestras hermanas y hermanos palestinos de todas las religiones, cuando rechazamos con valentía la posibilidad de que continúe la ocupación.
5. Ayudadnos a derribar murallas y construir y reconstruir puentes entre todos los pueblos de la región. El extremismo, venga de donde venga, produce el caos. Amenaza con dividirnos y destruir los puentes entre los pueblos que permitirían llegar a la reconciliación y la paz.
6. Unid vuestra esperanza a la nuestra en el reconocimiento de que el mal y la desesperación han sido vencidos por la muerte de nuestro Señor en la Cruz y por su Resurrección.
7. Insistid con nosotros en que todas las personas desposeídas, todos los refugiados, tienen el derecho a regresar.
8. Asociaros con nosotros en nuestra búsqueda y construcción de la paz. La paz es posible. Los cristianos, los musulmanes y los judíos han podido, pueden y podrán comprenderse unos a otros y vivir juntos como vecinos.
Y nosotros, los representantes de iglesias cristianas y organizaciones relacionadas con iglesias de todos los ángulos de la tierra, respondemos:
Si, lo haremos. Unidos actuaremos y oraremos, hablaremos y trabajaremos, arriesgaremos nuestras reputaciones y nuestras vidas, para construir con vosotros puentes que permitan alcanzar una paz duradera entre los pueblos de este torturado y hermoso lugar - Palestina e Israel - poniendo fin a estos decenios de injusticia, humillación e inseguridad, a decenios de vivir como refugiados y bajo la ocupación. Trabajaremos con vosotros para buscar la paz y alcanzarla. Hemos dejado pasar demasiado tiempo. El tiempo no ha servido a la causa de la paz, sino a la causa del extremismo. Esta es nuestra tarea urgente que no puede esperar.